Saturday, July 02, 2022

La soleada jornada rockera de GAYLE ELLETT & THE ELECTROMAGS

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy presentamos a GAYLE ELLETT & THE ELECTROMAGS, un trío estadounidense dedicado a cultivar un jam rock instrumental con proyecciones eclécticas, incluso a veces trazando conexiones con el estándar progresivo; también presentamos a su álbum debut, el cual se titula “Shiny Side Up” y fue publicado hace muy poco, el día 10 del presente mes de junio de 2022. El trío está conformado por el fundador y principal compositor de la banda Gayle Ellett [guitarras eléctrica y acústica, órgano Hammond B-3 y piano eléctrico Fender Rhodes], Graig Kahn [batería y percusión] y Mark Cook [bajo]. Por supuesto, el nombre de Gayle Ellett nos suena por su laboriosa función como guitarrista-teclista de los veteranos y aún vigentes DJAM KARET (una de las bandas más interesantes y prolíficas de la vanguardia rockera estadounidense desde los 80s), pero es que también ha sido integrante o colaborador de otras entidades musicales como HERD OF INSTINCT, HILLMEN, FERNWOOD, SPOKE OF SHADOWS, además de ser autor de música para películas y series televisivas. El bajista Cook también tiene su propio renombre como ejecutante de la Warr Guitar, el bajo y los teclados en SPOKE OF SHADOWS, HERD OF INSTINCT, la legendaria banda HANDS, 99 NAMES OF GOD, etc. El asunto con GAYLE ELLETT & THE ELECTROMAGS es que su propuesta musical, en lugar de enfilarse directamente hacia estructuras complejas y ambientes fastuosos, prefiere partir de grooves y riffs relativamente sencillos que se sientan enraizados en la tradición del rock estadounidense de inicios de los 70s (principalmente) para, a partir de allí, elaborar algunos arreglos razonablemente sofisticados. Las sesiones de grabación del material contenido en “Shiny Side Up” se repartieron entre estudios ubicados en Topanga, California, y Arlington, Texas. La portada, inspirada en la imaginería psicodélica de los cómics de los 60s-70s, estuvo a cargo de Matt Mahurin. Bueno, repasemos ahora los detalles estrictamente musicales de este disco.


Durando 6 ¼ minutos, ‘No Deposit, No Return’, abre el disco con un ágil despliegue de colorido rockero que va alternando sus grooves básicos entre el rock de garaje y el blues-rock típico de los 70s, siendo en estas últimas instancias que el ensamble muestra sus mecanismos sonoros más refinados. El solitario fraseo solista de guitarra del prólogo es como una puerta que se abre a un paisaje de mediodía. ‘Highway 27’ prosigue por una senda expresiva donde los ecos de la extroversión de la pieza de apertura se amplifican de una manera sólida y convincente. Algunos ornamentos de piano eléctrico y órgano añaden un cierto señorío al asunto. Luego sigue la dupla de ‘The Old Canyon Road’ y ‘Southern Slide’ para que el trío siga dando rienda suelta a sus trucos musicales. El primero de estos temas mencionados se orienta hacia el paradigma de Jeff Beck en su paradigmática faceta de exploraciones jazzeras desde el rock. La vitalidad aquí expuesta concreta uno de los referentes más majestuosos de todo el álbum, erigiéndose, por tanto, en un primer cénit del mismo. En cuanto a ‘Southern Slide’, Ellett y sus compañeros de viaje prosiguen por esta senda de jazz-rock, pero esta vez con un Groove más ceremonioso y un esquema sonoro un poco más denso. Muy bien pudo haberse tratado de un jam perdido de THE ALLMAN BROTHERS que adquiere aquí un esplendor renovado por vía de una estrategia de HILLMEN. Cuando llega el turno de ‘Hardtailed Knucklehead’, la estrategia musical del grupo retorna de lleno a la espiritualidad fulgurosa y celebratoria que marcó a la secuencia de los dos primeros temas del álbum. Esta pieza se sustenta sobre la ilación de dos motivos bien diferenciados entre sí: el primero es frontalmente saltarín, mientras que el segundo ostenta un garbo más exquisito, el cual abre campo para que la guitarra se suelte a sus anchas mientras la dupla rítmica gesta una arquitectura bien delineada. Tras un solo de batería prologar, ‘Donuts & Fishtails’ se enfila hacia un ejercicio de jazz-rock que nos remite a una versión más adusta del patrón estético de los legendarios DIXIE DREGS. Esta vez, el lucimiento está repartido patentemente entre los tres músicos, siempre al servicio del motif central y las variaciones que van emergiendo a lo largo del camino. Otro cénit decisivo del repertorio.  

 

La miniatura ‘Beyond The Mily Way’ dura menos de minuto y medio: su función es la de brindar un ambiente crepuscular y, de cierto modo, misterioso, a través de los parcos acordes de guitarra que se van sucediendo. ‘Brass Saddles & Steel Trees’ tampoco es muy extensa, pues dura menos de 2 ½ minutos. Su enfoque vira hacia un sendero musical opuesto al de la miniatura precedente, pues es un ejercicio de bastante lúdico de remodelación del estándar de THE VENTURES. Eso sí, el breve solo de piano eléctrico que surge en algún paraje intermedio le da un momentáneo aire distinguido al asunto, al igual que el último solo de guitarra. ‘Three Way Switch’ es una pieza cuyo prólogo se sitúa en medio de la parsimoniosa melancólica y el relax contemplativo, para que luego emerja el cuerpo central con una prestancia ágil signada por una gracilidad jazz-rockera. Ésta asentará la atmósfera predominante de la pieza, aunque todavía hay espacio para algún interludio lento en cierto momento estratégico. La dupla final de ‘Crash Bar’ y ‘Trail Dust’ ocupa un espacio total de poco más de 10 ½ minutos. ‘Crash Bar’ ostenta un vitalismo que ya hemos apreciado en varias piezas precedentes; la inserción de unos pequeños solos de órgano es un detalle crucial para reforzar el colorido inherente a la composición, así como lo es también la aparición de algunos ornamentos de guitarra acústica en el último tercio del jam. En cuanto a ‘Trail Dust’, su esquema de trabajo comienza con una exhibición de agilidad propia del Southern Rock para luego centrarse masivamente en la faceta sutil del jazz-rock de tenor atmosférico. Los ornamentos del teclado ayudan a llenar espacios en medio de la bien perfilada autoconstricción que opera en la interacción entre los músicos; sonando toda esta sección como un híbrido de NEIL YOUNG & CRAZY HORSE y PINK FLOYD, resulta ser un estupendo cierre para el álbum. Todo esto fue lo que GAYLE ELLETT & THE ELECTROMAGS nos brindaron con el catálogo contenido en “Shiny Side Up”, un disco ameno que se inserta convincentemente en la lógica de los jams con base en el rock de los 70s, pasando fluidamente de pasajes marchosos (y hasta cañeros) a otros más sofisticados. Art-rock instrumental de muy refinada factura, no hay pierde con este disco que recomendamos ampliamente.

 

 

Muestras de “Shiny Side Up”.-

The Old Canyon Road: https://www.youtube.com/watch?v=ZEa5cd_6d1U

Donuts & Fishtails: https://gayleelletttheelectromags.bandcamp.com/track/donuts-fishtails

Three Way Switch: https://gayleelletttheelectromags.bandcamp.com/track/three-way-switch


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