Friday, July 29, 2022

FRACTAL SEXTET: música fractal a la sexta potencia progresiva



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy tenemos el increíble deleite de presentar “Fractal Sextet”, el disco del colectivo también denominado FRACTAL SEXTET que armó el maestro suizo Stephan Thelen para que se pudiera concretar la grabación de sus nuevas composiciones centradas en la guitarra fractal (y retomar un par de composiciones previas), las mismas que acabaron exigiendo una logística armada por un amplio ensamble de músicos. También haya aquí una composición del maestro italiano Fabio Anile. La línea de trabajo de esta congregación consiste principalmente en seguir firmemente la senda de “Fractal Guitar” y “Fractal Guitar 2”, dos discos solistas de Thelen donde se proyecta una visión clara de una estética comprometida con vanguardia rockera del nuevo milenio; a partir de ahí, el sexteto brinda una exuberancia especial y genuina a esa visión. El sexteto, que tiene a Thelen a cargo de las guitarras, la guitarra e-bow y las programaciones fractales, y a Fabio Anile a cargo de los pianos acústico y eléctrico, el sintetizador y los samplers, se completa con Jon Durant [guitarras con y sin trastes, y Cloud Guitars], Colin Edwin [bajo], Yogev Gabay [batería] y Andi Pupato [percusión]. Thelen ya colaboró con Durant con un hermoso álbum “Crossings” del año 2021 y, a su vez, Durant es colega de Edwin en BURNT BELIEF (dúo gestor de otro hermoso disco del año pasado titulado “Mutual Isolation”). Edwin es principalmente conocido por su extenso paso por PORCUPINE TREE, pero tanto en BURNT BELIEF como en O.R.K., así como en este proyecto del FRACTAL SEXTET, él da rienda suelta a sus inquietudes más experimentales (mientras está liberado del grupo liderado por Steven Wilson). Durant es un respetado veterano del avant-prog, el jazz contemporáneo y el ambient, siendo además gestor de la Cloud Guitar, una guitarra eléctrica provista de enormes efectos cibernéticos para crear texturas y soundscapes. Anile es un músico italiano experto en electrónica y ambient, Pupato es un percusionista especialista en avant-jazz y fusión contemporánea, y Gabay es integrante del grupo avant-progresivo israelí ANAKDOTA. Todo una asociación cosmopolita que congrega a maestros de Suiza, Gran Bretaña, Estados Unidos, Italia e Israel. El material aquí recogido fue grabado entre abril de 2020 y febrero de 2022 en Zurich, Londres, Roma y Portland, dado que los planes iniciales de conformar una banda capaz de grabar y tocar presencialmente se vieron anulados por el arribo de la pandemia. Benjamis Schäfer y Markus Reuter se hicieron cargo del proceso de mezcla en Berlín entre los meses de febrero y marzo de 2022, mientras que la consecuente masterización tuvo lugar en el estudio Magic Garden Masterin de Los Ángeles, EE.UU., en manos de Brian Lucey. La publicación oficial del disco “Fractal Sextet” tendrá lugar el próximo 16 de setiembre y la campaña de pre-venta tendrá lugar a inicios de ese mismo mes, pero aprovechamos la ocasión de que tenemos ya en nuestras manos un ejemplar de este ítem; repasemos ahora cada tema contenido en él.


Abre el repertorio ‘Zeptoscope’, tema que ocupa un espacio de 10 ¾ minutos. Desde el primer instante hay una cadencia bien marcada dentro de una sofisticación que, aunque patente, se desarrolla bajo una pauta de sutileza. A partir de allí, se arma una atmósfera situada entre lo gentil y lo cósmico bajo un ropaje serenamente misterioso. Los solos de guitarra que van emergiendo en sucesivos pasajes estratégicos forjan recursos de filuda densidad, algo que ayuda bastante a que la pieza vaya ganando en musculatura a lo largo de una sobria dosificación. Pero, a fin de cuentas, el tema concluirá envuelta en la misma atmósfera con la que comenzó. ‘Fractal 5.7’ sigue a continuación para seguir explorando dinámicas complejas, las cuales remodelan y amplifican la estructura de la versión original presente en “Crossings”, el álbum de Durant y Thelen que mencionamos antes. Aquí hay un groove jazz-rockero absorto en una placidez crepuscular mientras las guitarras se reparten las labores con las armonías y los solos, y los teclados enriquecen el bloque sonoro global con capas y ornamentaciones. Todo es muy lírico aquí mientras se preserva esa aureola misteriosa que había signado de manera tan importante al tema de apertura. Un primer cénit del repertorio. La pieza más extensa del disco es la cuarta, durando poco más de 11 ½ minutos; se titula ‘Mise En Abyme’ y también se trata de una nueva versión de una idea originalmente compuesta para “Crossings”. En esta ocasión, el ensamble trabaja con vibraciones delicadas cuyo talante etéreo no esconde la tensión operante de forma latente en la inteligentemente enmarañada ingeniería rítmica. Todo se mantiene nebuloso la mayor parte del tiempo, pero algunas horadaciones permiten que se filtre algo de neurosis (solos de guitarra) o algo de intensidad introspectiva (solo de bajo). En medio de ellas se halla ‘Planet Nine’, un señorial tema bien asentado en el estándar del discurso jazz-progresivo en cuanto al desarrollo y al refuerzo de su swing básico, algo que obliga al ensamble a darle un viraje aún más vaporoso y sutil a su construcción de esquemas sonoros. Como dato curioso, uno de los solos de guitarra cita una sección de ‘Sailor’s Tale’, el clásico instrumental de “Islands”, el cuarto álbum de KING CRIMSON. Tras un breve dueto de batería y percusión, el ensamble íntegro regresa y lo hace con un expresionismo vivazmente activado, casi como si la luz de un nuevo día estallara con un fulgor divino. Otro estupendo cénit del álbum.
 

El final del álbum llega de la mano de ‘Slow Over Fast’, otra pieza de ambiciosa duración (casi 11 minutos) cuya misión específica es la de trabajar en la dimensión más propiamente extrovertida del ensamble, lo cual permite la gestación de una nueva instancia climática del disco. Contando con una particular agilidad de parte del entramado de las guitarras y teclados, por un lado, y con un meticulosamente ingenioso desarrollo de síncopas alternadamente sueltas y constreñidas por parte del trípode rítmico, el desarrollo temático logra pintar un paisaje sonoro donde se combinan la frescura de la brisa primaveral y el ígneo fervor del verano. Parece que cualquier síntoma suelto de vivacidad que formó parte ocasional de varias precedentes del álbum fue un anticipo de la espiritualidad invocada para este tema de cierre. Algunas florituras de piano son simplemente geniales. El epílogo vira drásticamente hacia un ambiente de anochecer, con un calmo diálogo entre la guitarra y el bajo sobre una sedosa base percusiva. Hay un bonus track no registrado en la edición física del álbum: dura casi 10 minutos y medio y se titula ‘Point Of Inflection’. Su función es la de dar rienda suelta a la faceta extrovertida del ensamble a través de una contundente confluencia de jazz-rock y psicodelia pesada. El medio tiempo con el que se maneja el compás recurrente de la pieza permite que se destaque el desafío mutuo entre la percusión y la batería, además de que los solos de guitarra suelten todo su nervio. En las instancias finales, esta garra grupal se deja arropar por una ambientación razonablemente etérea. Toda esta es la grandeza musical que los maestros Anile, Durant, Edwin, Gabay, Papato y Thelen plasmaron en “Fractal Sextet”. El colectivo del FRACTAL SEXTET nos ha brindado una exquisita demostración de música aventurera que plantea uno de muchos rumbos posibles para el rock artístico del nuevo milenio. Con toda sinceridad, recomendamos enormemente la adquisición de este disco apenas salga al mercado. 



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