Wednesday, June 29, 2022

La remodelación del ensamble neerlandés LADY LAKE

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy contamos con la muy especial ocasión de presentar el nuevo trabajo de una veterana banda neerlandesa de rock progresivo originada allá en la década de los 70s: nos referimos a LADY LAKE y su nuevo disco en cuestión se titula Not Far From Llyn Llydaw”. La alineación actual de LADY LAKE consiste en Leendert Korstanje [órgano Hammond L112, sintetizador Moog Voyager, piano y piano eléctrico Fender Rhodes 73 Mk I], Jurgen Howers [violín eléctrico, cello eléctrico, flautas dulces y percusión] y Jan Dubbe [batería y percusión]. Kortsanje es el único música remanente de los tiempos originarios de la banda. El sello francés Musea Records se hizo cargo de la publicación de Not Far From Llyn Llydaw” el 18 de mayo pasado, tanto en CD como en vinilo azul, causando de esta manera un nuevo motivo de revoltoso entusiasmo para todos los coleccionistas de música progresiva de aquella primera generación de los 70s. No podemos obviar el hecho de que el trompetista Peter Schoemaker colaboró con el trio en el tema que abre este álbum. Este álbum fue grabado y mezclado en dos estudios de distintos países: Lenny’s Luscious Laboratory, en los Países Bajos, y Gite de la Tourette, en Francia. La labor de masterización estuvo a cargo de Darius von Helfteren en el estudio Amsterdam Mastering, siendo así que el grupo se encargó de la producción. El lago galés mencionado en el título del álbum a Snowdon, la montaña más alta de Gales. Antes de seguir adelante, viajemos un poco al pasado. La prehistoria de LADY LAKE se inició en la localidad neerlandesa de Deventer (provincia de Overijssel) en 1973 con la fundación del grupo de blues-rock SESSION. El grupo no duró mucho, pero un par de años tras su disolución, uno de sus exguitarristas, Fred Rosenkramp, recibió la vista del teclista Leendert Korstanje, quien dejó la banda DELAY (también de la misma localidad), con la intención de hacer música prog-sinfónica junto al bajista Eddy Bakker y el baterista-percusionista Joop van Leeuwen. El nuevo grupo asumió el nombre de LADY LAKE en honor del segundo álbum del grupo británico GNIDROLOG, y pudo realizar su único álbum de estudio No Pictures” en 1977. LADY LAKE se mantuvo activo hasta 1982, teniendo en sus filas al nuevo baterista-percusionista Jan Dubbe a poco de publicado el disco antes mencionado, y grabando nuevos temas, pero sin llegar a concretar un segundo LP. El grupo se reunió a inicios de los 90s para realizar algunos conciertos, y tras otro momento de para, volvió a reunirse a fines de los 90s, logrando publicar un segundo álbum en 2005 bajo el título de “SuperCleanDreamMachine”. La alineación era el trío de Rosenkamp, Korstanje y Dubbe. Según parece, este año 2022 nos trae al grupo de vuelta con un trío ligeramente modificado que ofrece un remodelado enfoque sonoro, siempre dentro del paradigma prog-sinfónico. Bueno, veamos ahora los detalles de Not Far From Llyn Llydaw”.


Abre el álbum ‘Séjour Au Gîte De La Tourette’, una pieza que comienza en clave misteriosa y sombría en base a unas relativamente torturadas líneas de cello eléctrico, para luego abrir campo a la emergencia de un motivo ceremonioso cuya misión es la de definir el cuerpo central. El modo en que todo comienza en clave serena (con matices jazzeros) y luego pasa a una instancia más densa se siente muy fiel a esa mezcla de colorido y fastuosidad que era tan común en muchas entidades progresivas continentales de los 70s. El breve epílogo donde la trompeta exhibe un efímero recurso de sombría tensión redondea cabalmente el desarrollo temático. Sigue a continuación ‘Nachtfahrer’, tema que da prioridad a las vibraciones frontalmente extrovertidas en torno a las cuales giran la ambientación y el groove fundantes del ágil motif central, algo a medio camino entre los paradigmas de Bo Hansson y Rick Wakeman. Para el epílogo, el dueto de mellotrón de flautas y cello arma una atmósfera relajada y reposada. Durando poco más de 2 minutos, ‘Emmy’ elabora un cálido ejercicio de lirismo típicamente sinfónico que proporciona un cabal aire señorial al sencillo núcleo melódico de base folk-rockera compuesto para la ocasión. ‘Alpenkreuzer’ es un cénit definitivo de este repertorio, siendo también la pieza más extensa del mismo con su espacio de casi 9 minutos y medio de duración. Comenzando con un preludio de piano en clave romántica, el trío pronto se pone en acción con un entramado sonoro grácil y jovial; el violín eléctrico llena espacios con solvencia mientras las bases y sobrias orquestaciones de los teclados se encargan de mantener un fundamento adecuado para el perfil vivaz de la pieza. Más adelante, el esquema melódico asume unos aires más circunspectos mientras vira hacia un tempo de 13/8, y es así que la pieza se encamina a su aterrizaje final. ‘24 Mayfield Road’ se encarga de encauzar una vibrante síntesis entre los espíritus expresivos de los temas #2 y #4, esta vez con una suntuosidad más explícita y una gracilidad más llamativa. Tal vez se puede advertir ciertos aires de familia con los CAMEL de la etapa 74-76 y YES, hasta cierto punto, también con CURVED AIR. A fin de cuentas, se trata de otro tema muy bien logrado que permite perpetuar el fulgor plasmado por el precedente. Otra pieza relativamente breve es ‘Yuletide In Glenshee’, la cual patentemente sigue la pauta de ‘Emmy’: otro ejemplo de prog amable con raigambre folk-rockera

‘Patchouli Girls’ es una pieza refinada y palaciega que se orienta ágilmente por un sendero híbrido de jazz-rock y sinfonismo. De hecho, el primer factor mencionado signa esencialmente al solo de piano eléctrico que emerge en algún momento de la travesía musical. Lo que suena se conecta hasta cierto punto con el patrón estético de un JEAN-LUC PONTY mientras mantiene firme la perspectiva prog-sinfónica. Resulta bastante efectivo que un tema tan bueno como éste, que de por sí encarna otro punto culminante del disco, preceda al arribo del último momento pomposo del disco, impuesto por la pieza homónima, la misma que dura poco más de 8 minutos. El esquema de trabajo delineado para este tema empieza trasladando la luminiscencia protagónica en el tema anterior y en el tercero hacia un contexto un poco más comedido. La arquitectura multitemática de la pieza permite a la banda la solvencia suficiente para virar después a una atmósfera lánguidamente solemne (a medio camino entre los paradigmas de PINK FLOYD y GENESIS de la primera mitad de los 70s). Así las cosas, la luz inicial desaparece para dejar que se manifieste la bruma nocturna en toda su envolvente imponencia, una manifestación decisiva para el final de ‘Not Far From Llyn Llydaw’. El epílogo del disco llega de la mano de la miniatura ‘Llyn Llyddaw’, un ejercicio de tersura pastoral donde las flautas dulces evocan al ensueño al cual nos tendremos que rendir para lo que queda de la jornada nocturna creada por la sección final del tema precedente. Un tema así no estaría fuera de lugar en un disco de JORDSJØ o en alguno de los dos primeros de GRYPHON. En fin, esto es lo que se nos brindó en Not Far From Llyn Llydaw”, disco que da buena cuenta de los niveles de vigor creativo y energía expresiva bajo los cánones del ideal progresivo que LADY LAKE explora en esta etapa de remodelación de su voz propia.



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