Wednesday, October 26, 2022

FRANCISCO VALDIVIA: narrativa progresiva para ángeles y risueñores

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy tenemos la muy feliz ocasión de presentar el más reciente trabajo fonográfico del compositor y multiinstrumentista español FRANCISCO VALDIVIA, nativo de Algeciras, provincia de Cádiz, parte de la hermosa Andalucía. El disco en cuestión se titula “El Ángel Y El Ruiseñor” y fue publicado de forma independiente el 11 de diciembre del pasado año 2021... Llega un poco tarde esta reseña, pero cualquier elogio vertido en ella es genuino. En el disco que ahora reseñamos, el maestro VALDIVIA se hizo cargo de las guitarras eléctricas y acústicas de 6 y 12 cuerdas, la guitarra clásica, el bajo, el sintetizador, la batería electrónica, las percusiones acústicas y electrónicas, y los instrumentos virtuales. También se hace cargo del canto principal y los coros en varias canciones del álbum, pero también colaboran en el canto de algunas canciones del disco Pepe Miñero y Elena Valdivia. Siendo un músico de formación académica, muchas de las grabaciones previas que ha realizado el maestro VALDIVIA se han centrado en exploraciones de composiciones y estándares de tiempos pasados, pero también tiene su nicho propio dentro del escenario actual del rock progresivo español, especialmente con su disco del 2019 “El Falso Amigo Dios”, el cual también es una estupenda obra musical. La senda estética plasmada en “El Ángel Y El Ruiseñor” refuerza solventemente los delineamientos prog-sinfónicos del otro disco que acabamos de mencionar. Para este disco, la portada consiste en una pintura de Pepe Miñarro, mientras que el diseño gráfico estuvo a cargo de José Mari Aguirrezabala (integrante de esa genial banda que es RIVENDEL). Bueno, vayamos ahora a los detalles del disco que ahora reseñamos.


‘El Robo De La Historia’ establece una apertura enérgica e intensiva para el repertorio, situándose grácilmente sobre un terreno de confluencias entre los GENESIS de fines de los 70s y el paradigma del así llamado neo-prog. Con el medio tiempo articulado por el esquema rítmico y el importante rol de las armonías de guitarra, los teclados gozan de ciertos espacios para elaborar orquestaciones y ornamentaciones meticulosamente refinadas. Por su parte, el vigor del canto expresa cabalmente el talante contestatario de la letra. Luego sigue el turno de ‘La Invención Del Cielo’, que es uno de los temas más notables del disco según nuestra apreciación. A través de su espacio de 6 ¾ minutos, esta canción encarna solventemente una cautivadora y envolvente combinación entre el colorido señorial de un ANTHONY PHILLIPS y las cristalinas vibraciones melódicas de YES en su faceta más contemplativa, siendo así que la espiritualidad razonablemente sosegada que signa al desarrollo temático se sustenta sobre un groove sobriamente complejo. Cuando llega el momento del solo central de guitarra, ya se nota que la canción se ha de enrumbar hacia su máxima expresión de fastuosidad. Una belleza de canción. ‘Otra Realidad’ se encamina directamente hacia terrenos pastorales dulcemente etéreos donde la luminosidad inherente al esquema melódico creado para la ocasión se impone sin traicionar a su propia delicadeza cristalina. La fluidez con la que se compenetran las guitarras clásica y eléctrica es simplemente perfecta. ‘Ruiseñor’ encarna un nuevo viaje hacia la tradición prog-sinfónica mientras recoge algunos matices pastorales de la canción precedente. Una buena mezcla de estándares de los legendarios españoles CRACK y los no menos legendarios italianos LE ORME opera en los delicados entramados de las guitarras y los teclados sobre un tempo de 5/4 a medio tiempo. ‘Hortus Conclusus’ exuda magnificencia por doquier a lo largo y ancho de sus 12 ¼ minutos de duración; es, de hecho, la pieza más extensa del disco. Todo comienza con aires bucólicos de inspiración renacentista, los cuales pronto abren campo al arribo de un bloque melódico entrañable y acogedor con añadidos aires folclóricos. Algunos guitarreos van un poco a los territorios de OLDFIELD y HACKETT, mientras que los teclados se ubican entre los paradigmas de GENESIS y de CAMEL. Algunas variantes que van surgiendo en el camino sirven para concretar el potencial de preciosista pomposidad prog-sinfónica que emana de la estructura esencial de la pieza. El ensoñador epílogo pastoral acoge aires melancólicos que resultan muy apropiados para el realce de la candidez melódica que ha atravesado a toda la pieza.

‘Dos Mapas De Tierras Que No Existen’ concreta una síntesis de los aspectos bucólicos de varias piezas precedentes, añadiéndose unas sutilmente densas texturas de guitarra eléctrica en la primera mitad, y otras repletas de evocadora calidez en la segunda mitad con el apoyo adicional de unas envolventes capas de teclado. ‘El Ángel Nuevo’ vira notablemente hacia un terreno ceremonioso que nos remite simultáneamente al STEVE HACKETT de 1975 y a los CAMEL de 1976. Aunque este instrumental se apoya en un swing lento, no puede ocultar su majestuosa fuerza de carácter, el secreto de su peculiar gancho. ‘Querubín El Aprendiz’ sigue por esta senda y capitaliza convincentemente la dimensión más muscular del ideario musical de VALDIVIA, algo que es exigido implícitamente por el carácter airado de la letra (que puede parecer de temática anticlerical, pero que en realidad se inspira en la apreciación estético-escatológica que hizo el filósofo alemán WALTER BENJAMIN del cuadro Angelus Novus de PAUL KLEE). No siendo particularmente enérgico el compás creado para la canción, los riffs de la guitarra cargan con la misión de enfilar su fuego expresivo y focalizar en torno a sí las intervenciones de los demás instrumentos. Recién en el pasaje epilogar es que las cosas se ponen un poco más dramáticamente furiosas. El último tema del disco es ‘Abril Del 39’ es una elegía con un mensaje también anticlerical pero con un trasfondo pro-republicano; una estupenda balada sinfónica que emite un llamado a la conciencia con una delicadeza propia de un poemario de Miguel Hernández. Mientras llega el fade-out para culminar la faena, los ruidos de la Madre Naturaleza nos recuerdan que pertenecemos a la Tierra y nos invocan a hacer algo respecto a la dignidad del ser humano que la habita. En fin, tenemos en “El Ángel Y El Ruiseñor” una obra bella y estilizada emergida de la siempre inspirada mente de FRANCISCO VALDIVIA, quien desde hace algunos años ya va dando muestras de que es un auténtico notable dentro de la actual escena progresiva española y que ha sabido dar su toque particular a la vertiente sinfónica del género. Sin duda, se trata de un disco muy recomendable el que hemos reseñado ahora... Y lamentamos haber tardado tantos meses en comentarlo aquí, pero bueno, aquí está este texto. 

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