Wednesday, October 19, 2022

BLACK MIDI: el fuego renovador de la vanguardia progresiva británica


 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy tenemos el enorme agrado de presentar el nuevo disco de una de las más notables bandas de prog vanguardista de los últimos años: nos referimos a “Hellfire” de BLACK MIDI, el cual fue publicado a mediados del pasado mes de julio por el sello Rought Trade, tanto en CD como en vinilo (ediciones roja y roja transparente). Este grupo sigue girando en torno al trío de Geordie Greep [voz, guitarras eléctricas, clásica, acústica y lap steel, pianos de cola y eléctrico Fender Rhodes, mandolina, acordeón, sintetizadores, flautín, silbatos y percusión extra], Cameron Picton [bajos, sintetizadores, marxofón, flauta, armónica, guitarras clásica, acústica y eléctrica, xilofón, percusión extra, efectos y samplers], Morgan Simpson [batería y percusiones surtidas]. A lo largo del disco que ahora tenemos en manos, ellos cuentan con las colaboraciones de un muy nutrido personal: Kaidi Akinnibi (saxofones tenor, soprano y barítono), Blossom Calderone (cello), Joscelyn Dent-Pooley (violín), Seth Evans (piano y órgano Hammond), Finn Carter (piano), Max Goulding (percusión adicional), Demi Garcia-Sabat (percusión adicional), Mike Ro-Phone (percusión adicional), Ife Ogunjobi (trompeta), Joe Bristow (trombón), B.J. Cole (guitarra pedal steel), Marta Salogni (sintetizador), Joe MacLaren (contrabajo eléctrico), Radio Raheem (voz radial) y Hus Ragip (narración). Lo que el grupo nos brinda es su habitual mezcla de RIO, brutal prog y jazz-prog con una energía propia que permite el asentamiento de una garra modernista dentro del esquema de trabajo musical. Veamos ahora los detalles del repertorio contenido en este álbum.
 
La miniatura de menos de minuto titulada precisamente ‘Hellfire’ abre el álbum con un despliegue de controlados delirios surrealistas bajo una confluencia de la desafiante musculatura de unos ART BEARS y la suntuosidad traviesa de un FRANK ZAPPA. De esta manera, se abre camino ‘Sugar/Tzu’, una pieza que recibe amplios ecos de la fastuosidad de la pieza inicial para capitalizarlas con un groove y una atmósferas rotundas y poderosas que se sitúan en un enclave extravagante donde confluyen los paradigmas de RASCAL REPORTERS, ETRON FOU LELOUBLAN y GUTBUCKET. Con sus alternancias entre lo ceremonioso y lo cínico, el canto se ajusta adecuadamente al delirantemente impetuoso paisaje sonoro que arman los instrumentos actuantes. Tras estos electrizantes 5 minutos y pico iniciales del álbum, llega el turno de ‘Eat Men Eat’, una canción que apuesta por una sofisticación más explícita a partir de la frescura renovadora que alimenta a la incrementada sofisticación del desarrollo multitemático. Los cambios de ritmo y ambiente son ambiciosos y osados, llenos de genuino nervio rockero mientras exhiben una ingeniería retorcida. Pasan muchísimas cosas en los 3 minutos y pico que ocupa esta canción. ‘Welcome To Hell’ se desenvuelve sobre un esquema rítmico muy llamativo que, de todas maneras, contiene recursos sofisticados en su swing. Por su parte, los arreglos instrumentales se orientan hacia los mismos recovecos surrealistas y furiosos que antes marcaron a la segunda pieza del álbum. ‘Still’ es una de las dos piezas del álbum que duran 5 ¾ minutos. Comienza con aires country sobre un tempo grácil, y pronto llega el bloque instrumental a agitar un colorido grandilocuente que encauza a la pieza hacia un clímax efímero, el mismo que abre camino a un reposado epílogo de tenor misterioso. ‘Half Time’ es otra miniatura, esta vez, de menos de medio minuto, la cual despliega un collage dadaísta al estilo de FAUST. Así las cosas, emerge ‘The Race Is About To Begin’, el tema más extenso del álbum con su espacio de 7 ¼ minutos. Jugando con los aspectos más joviales y tensos de su ideario musical, la banda y sus colaboradores de turno elaboran una exultante celebración de la furia, la mofa y la festividad caótica bajo una lógica de deconstrucciones eclécticas. Los pasajes más serenos asumen un aura solipsista que genera una indefinida inquietud bajo su superficia relajada. Esta pieza es el cenit hacia el cual apuntaba la secuencia de todos los temas precedentes. 
 
‘Dangerous Liaisons’ es una excursión en los parajes del encuadre jazz-progresivo que permite al ensamble jugar con una agilidad nueva. Por supuesto, no faltan algunos arrebatos tajantes ubicados en algunos lugares estratégicos. Esto (y lo que hallaremos en la canción siguiente) es lo más cercano a lo que usualmente llamamos lirismo dentro del sistemáticamente desafiante cosmos musical de BLACK MIDI. Tras un inicio acústico de matices country, ‘The Defence’ regresa de lleno a la exuberancia surrealista y ceremoniosa que tanto ha marcado a muchos pasajes de casi todas las piezas precedentes; además, en esta ocasión se añade exóticos aires fusionescos al groove básico, así como unas vibraciones envolventes a los arreglos de cuerdas. La segunda pieza que dura 5 ¾ minutos es ‘27 Questions’ y también es la encargada de cerrar el repertorio. Su energía es bizarra y caleidoscópica, a veces ostentando algo parecido a un groove fornidamente marcial. Los aires evidentemente Zappianos que impulsan la sinuosa y tortuosa ingeniería de esta canción se combinan a la perfección con los elementos que también brotan inspiradamente del RIO de primera generación (en una inaudita confluencia entre UNIVERS ZERO y SLAPP HAPPY). Un gran final para uno de los discos más aventureros del año 2022. Bueno, todo esto fue lo que el colectivo de BLACK MIDI (con sus colaboradores de turno) nos brindó con “Hellfire”.
 
 
Muestras de “Hellfire”.-
Eat Men Eat: https://www.youtube.com/watch?v=1uW3M7U-JDU
The Race Is About To Begin: https://www.youtube.com/watch?v=k2nNWpK5SQA    
27 Seconds:  https://www.youtube.com/watch?v=SXn2ElcHW9A

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