Sunday, October 30, 2022

El equinoccio electrónico de los estadounidenses ZAZAZ

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy presentamos al trío instrumental estadounidense ZAZAZ, el cual está conformado por los dos sintetistas Colin Roper y Michiko Swiggs, y el baterista Justin Schwartz. El aporte de este ensamble de música electrónica para el presente año 2022 es el álbum titulado “Equinox”, el cual fue publicado de forma independiente el día 2 del pasado mes de abril, tanto en CD como en casete. Este trío fundado hace poco tiempo en Seattle, Washington, cultiva una propuesta de prog electrónico muy ligada a la tradición de la escuela de Berlín, al estilo de los TANGERINE DREAM y el KLAUS SCHULZE de la segunda mitad de los 70s, más otros aspectos sónicos inspirados en VANGELIS y JEAN-MICHEL JARRE y ciertos matices sinfónicos muy ocasionales. La estrategia estética del trío se centra mayormente en crear atmósferas y núcleos temáticos amables a través del potencial evocativo que tienen las capas, secuencias y armonizaciones cibernéticas gestadas por los dos arsenales de sintetizadores que manejan Roper y Swiggs. Para más detalles, repasemos el repertorio contenido en “Equinox”.

Abre el repertorio ‘Solstice’, una pieza bastante ágil que comienza con un breve prólogo sigiloso, pero que al poco rato pone sobre el tapete un groove extrovertido donde las orquestaciones y centros temáticos se centran en un híbrido entre los TANGERINE DREAM de la etapa 80-84 y JEAN-MICHEL JARRE. Un poco más adelante, dicho núcleo temático vira hacia un aura ceremoniosa mientras la batería le da un toque más sofisticado a la siempre reinante vitalidad de la pieza. Acto seguido emerge ‘Spectrum’, que con su duración de poco más de 8 minutos es el tema más extenso del disco. De paso, también se impone como un cénit decisivo del mismo. La pieza está diseñada para crear una perfecta combinación de space-rock con frenéticas vibraciones y prog sinfónico de notorias ambiciones melódicas. De hecho, su esquema de trabajo se condice bastante con las ocasionales aventuras futuristas de THE ALAN PARSONS PROJECT mientras se le añade algunos toques propios del paradigma de RICK WAKEMAN a través de un filtro aligerado que se remite más bien al VANGELIS de los documentales de los 80s. Para el último tercio, el trío se concentra en ciertos juegos de cadencias que tienen bastante de majestuoso para, finalmente, usar la coda como una retoma del motif central. ‘Time To Go’ sigue más o menos por la línea del primer tema, pero con una fastuosidad más controlada, lo cual significa que el trío se centra más en el paradigma del tecno-pop con matices de electrónica berlinesa. Cuando llega el turno de ‘Reach Out’, el grupo crea un ambiente más solemne al modo de una observación del inicio y la evolución del atardecer mientras se contempla un escenario marino. No siendo una pieza lánguida per se, su espiritualidad se mueve a través de una senda de expresividades reflexivas. ‘Steps’, el tema que sigue, parte de esta instancia reflexiva y le da un ropaje sonoro más denso mientras elabora un sencillo juego de orquestaciones sintetizadas. El uso de un swing exótico por parte de la batería en compañía de una percusión programada le da un dinamismo especial al tenor envolvente de la pieza; muy en línea con los TANGERINE DREAM de inicios de los 80s, una vez más.

Con la dupla de ‘No Man’ y ‘Treatment’, el trío se dispone a expandir muchas de las pautas concretadas en el repertorio precedente. El primero de estos temas parece enfocarse hacia lo introspectivo con su manera de cruzar los paradigmas de KLAUS SCHULZE (etapa 75-78) con el de los KRAFTWERK de la etapa 78-81 (más algunos matices de los OMD de los discos segundo y tercero, como de rebote). Alrededor de la frontera del segundo minuto y medio, la pieza adquiere y capitaliza efectivos recursos de densidad sónica. ‘Treatment’, por su parte, explora nuevamente las facetas más ágiles de la electrónica arropada por una fastuosidad progresiva, creando puentes entre el patrón de los TANGERINE DREAM de 1980 y el JEAN-MICHEL JARRE de la etapa 81-82. La base rítmica, con sus cadencias tribales, ayuda crucialmente a delinear y preservar los detalles finales del señorío perpetrado por los arsenales duales de los sintetizadores. ‘Procession’ es el tema a cargo de cerrar el disco. Su sección inicial se interna en una monótona caverna misteriosa antes de que el ensamble deje que se despliegue un cuerpo central genuinamente vivaz, el mismo que se sostiene sobre un groove animado y bastante impulsado por un fragor mecanicista. El epílogo donde solo suenan los sintetizadores exhibe una sobriedad relativamente luminosa, lo cual crea un efectivo contrapelo frente a la ambientación general de la sección introductoria. En fin, todo esto fue lo que el colectivo de ZAZAZ nos brindó con “Equinox”, un manifiesto de nuevas brisas para la estratósfera particular de la música electrónica con proyecciones progresivas. Vale la pena mantenerse atentos a lo que este grupo pueda hacer en el futuro cercano, dada la buena primera impresión que nos ha causado este disco.  



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