Tuesday, December 13, 2022

El testimonio recobrado de lo que había sido un punto final para el colectivo vanguardista FAUST

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy echamos un vistazo a un disco que es más que simplemente eso; es, ante todo, una reliquia recuperada de ese hundido barco progresivo que fue piloteado por la banda alemana FAUST (con un francés en su alineación) durante su etapa de los 70s. Nos referimos a “Punkt”, un material grabado en mayo de 1974 después del álbum “Faust IV” y que, según se suponía en aquel entonces, iba a ser el verdadero disco de despedida de la banda (su título significa punto final). La conformación de la banda consistía en Werner Diermaier [batería y percusión], Hans-Joachim Irmler [teclados y voz], Jean-Hervé Péron [bajo, corno y voz], Rudolf Sosna [guitarras, teclados y voz] y Gunther Wüsthoff [saxofones y sintetizador]. FAUST era, por aquel entonces, una de muchas bandas de vanguardia que habían logrado fichar por el sello Virgin Records, siendo así que su propuesta musical tan abiertamente versátil desde un enfoque experimental del discurso del rock progresivo había logrado captar la atención de una parte del público melómano allende las fronteras de su Alemania natal. También es verdad que el grupo pasaba por una crisis de comunicación desde el periodo de realización del antes mentado disco “Faust IV”, pero, con todo, el colectivo se dispuso a preparar el disco sucesor... Pero bueno, a fin de cuentas, el grupo perdió el contrato con Virgin antes de terminar el proceso de postproducción, lo cual conllevó que este disco que ahora tenemos en nuestras manos no llegara a ver la luz del día en su momento. Entremos en más detalles históricos (o prehistóricos) de este ítem. Resulta que su existencia no era totalmente ignorada por los seguidores de FAUST: estaba apodado como “The Munich Album” y los integrantes de la banda le llamaban “5 ½”. En aquel entonces, la gente de FAUST volvía a suelo patrio tras una financieramente desastrosa gira inglesa y la disolución de su vínculo con el mánager Uwe Nettelbeck, con la mente puesta en el que iba a ser el segundo disco del grupo para el sello Virgin Records. El lugar de las sesiones de grabación era uno de los Musicland Studios de Munich. Ya estaba muy avanzado el material en un trascurso de 10 días, pero, tras haber escuchado lo que se grabó, Richard Branson, el mandamás de Virgin, decidió rescindir el contrato con el grupo y se rehusó a pagar a los responsables de organizar las grabaciones. Así las cosas, los FAUST tuvieron que cargar con una enorme multa y se quedaron sin poder echar mano a su material grabado. Péron, Irmler y Sosna fueron arrestados y sus respectivas madres tuvieron que pagar la deuda con los gerentes de Musicland Studios para resolver la situación... Y de paso, los tres músicos se apropiaron clandestinamente de las grabaciones. Y aquí estamos con el paso de los años, en un mundo donde “Punkt” ha logrado concretar su existencia formal como ítem fonográfico a mediados del pasado mes de mayo tanto en CD como en vinilo, por vía del sello alemán Boreau B (operante en Hamburgo). Aparecido primeramente en la caja del pasado año 2021  “1971-1974” como uno de varios volúmenes extra, ahora es un redescubrimiento autónomo fundamental para el rock experimental, tal vez el más importante del año 2022. Repasemos ahora los detalles de su repertoiro. 


Durando alrededor de 9 ¼ minutos, ‘Morning Land’ abre el repertorio con radiante y precisa soltura, apelando a un esquema sonoro donde se entrecruzan los grooves del jazz-rock y las viscerales distorsiones propias de la psicodelia, algo así como una mezcla de CAN y THE VELVET UNDERGROUND con añadidos retazos de stoner. Las diversas recitaciones que se hacen notar a través de las gruesas murallas de guitarreos y efectos sintetizados aportan un aspecto un tanto farsesco al asunto mientras el swing básico se va reforzando sostenidamente a punta de repetición; con esto último, la persistencia de la garra rockera está garantizada. Muy buen inicio del repertorio. ‘Crapolino’ sigue a continuación para establecer una instancia abstracta donde los efectos electrónicos y los juegos vocales se conjugan en una ceremonia surrealista bien situada bajo un manto de tensión oscurantista. Las vibraciones alienígenas emanadas de esta atmósfera cósmica se explayan a través de un paisaje deconstructivo. El tercer tema del álbum es el más extenso del mismo; se titula ‘Knochentanz’ y se explaya a través de un espacio de 11 ¾ minutos. Todo comienza con un preludio de corno que muy pronto abre camino a la emergencia de un groove machacón, el mismo que sirve como empuje para que se dé una sostenidamente creciente sofisticación en el bloque instrumental. Éste se torna cada vez más grueso y abre puertas a la expansión de colores sónicos, como cuando se da un diálogo entre el corno y el saxo, y también cuando se aumenta la presencia de recursos percusivos. La base rítmica de esta pieza está poseída por un redundante minimalismo mientras la instrumentación gesta un bien cuidado dinamismo desde su propio seno. A mitad de camino, lo machacón adquiere una musculatura nueva, lo cual permite al grupo incrementar la densidad musical de manera perfectamente natural. La sección epilogar se centra en climas cósmicos mientras la batería repite un patrón de redobles que, a su manera, va muy a tono con el vitalismo que ha estado llenando al núcleo central de la pieza... Hasta que todo cesa de manera abrupta. Posiblemente este tema sea el cénit del álbum. 


La miniatura ‘Fernlicht’ abre la segunda mitad del disco estableciendo un encuadre sonoro grave bajo un ropaje misterioso que mucho tiene de crepuscular. Evocador dentro de un enclave frontalmente futurista, el motif central ostenta unas ciertas vibraciones ensoñadoras sin caer en lo explícitamente etéreo. A partir de la mencionada miniatura, ‘Juggernaut’ emerge desde una orilla musical muy distinta, la del blues-rock. Todo empieza con un breve riff frenético de guitarra que bien podría haber pertenecido a una canción de THE KINKS, pero una vez que la guitarra da un quiebre bluesero para anunciar el amalgamiento global del grupo, el asunto se torna más explícitamente psicodélico. De esta manera, se va estableciendo mecanismos emparentados con los respectivos paradigmas de GURU GURU y AGITATION FREE para inyectar una aguerrida inquietud lisérgica al esquema instrumental. ‘Schön Rund’ es la segunda pieza más extensa del repertorio con sus casi 10 minutos de duración y, de hecho, encarna otro momento culminante del disco. Tras una primera instancia donde se suceden un denso bloque espacial y un hermoso pasaje de piano signado por un talante impresionista. Una vez que la batería entra en acción, el grupo se concentra en elaborar unos cuantos jams jazzeros de los cuales emana una iluminación señorial con distantes ribetes crepusculares. Los efectos de sintetizador que brotan en un primer momento concretan unos finos efectos psicodélicos de tenor flotante. Más adelante, el núcleo central y la atmósfera se dejan arropar por una aureola serena por un pequeño rato antes de que el ensamble se atreva a virar hacia una exaltación más propia del discurso del avant-jazz. Es en este momento que las intervenciones del saxo generan exultantes recursos energéticos que permiten al nuevo dinamismo aprovechar su propio empuje integral. El fin del álbum llega de la mano de ‘Prends Ton Temps’: este epílogo regresa a la lógica de la repetición compulsiva con vistas a generar un nuevo paisaje surrealista dentro de un enclave futurista. Está bien logrado el abierto contraste entre los traqueteos casi robóticos y los silencios durante la instauración del cuerpo central, aunque estos últimos son más adelante llenados por emergentes ornamentos percusivos y de órgano. 


Todo esto fue “Punkt”, ese otrora quinto disco no oficial de FAUST que ahora se ha vuelto oficial y ha sido bautizado apropiadamente para la posteridad. Este ítem fonográfico, el cual recomendamos mucho, encarna lo que para los Sres. Diermaier, Irmler, Péron, Sosna y Wüsthoff era supuestamente la instancia final de un camino recorrido. Los posteriores procesos de reunión y bifurcación de FAUST están bien documentados pero, para completar nuestra apreciación de este disco en especial, debemos entender que se trataba, en su momento, del testamento final de la época clásica de FAUST, y ahora tiene el status de testimonio recobrado. ¡Qué bueno que este testamento pueda ser escuchado hoy en día de manera oficial y definitiva!

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