Monday, March 11, 2024

BONDAGE FRUIT: resurrección de un gran referente del eclecticismo progresivo japonés

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy tenemos unas muy buenas noticias desde la vanguardia progresiva japonesa: se trata del retorno de BONDAGE FRUIT tras un hiato de 19 años. El sello Maboroshi No Sekai publicó el 25 de enero pasado el séptimo disco de este legendario ensamble de rock progresivo experimental, el sexto de estudio: su título es simplemente “Bondage Fruit VII”. El colectivo recurrente de Kido Natsuki [guitarras], Katsui Yuji [violín], Ohtsubo Hirohiko [bajo y contrabajo], Takara Kumiko [vibráfono y percusiones] y Okabe Youichi [batería, percusiones y tambor electrónico] reactiva a lo grande el posicionamiento musical de BONDAGE FRUIT en esta fase de resurrección. Este disco supone una nueva exploración, tras muchos años de ausencia, en su visión musical aguerrida y dinámica donde se cruzan los patrones del jazz-rock, el avant-prog y la fusión contemporánea; su trayectoria fonográfica que va desde 1994 a 2005 ha dejado grandes recuerdos en los coleccionistas del género progresivo dedicado a explorar sus matices más experimentales, siendo así que sus tres primeros discos de estudio y el sexto eran los más habitualmente elogiados. Natsuki se ha mantenido bastante activo en varios proyectos desde antes de que BONDAGE FRUIT entrara en su largo receso, especialmente en los grupos KOREKYOJINN y THE WORLD HERITAGE. Yuji también se ha mantenido ocupado en grupos como el ya mencionado THE WORLD HERITAGE y TWIN TAIL. Todo el material aquí contenido fue compuesto por Natsuki, mientras que los arreglos fueron el fruto de la labor grupal. Las sesiones de grabación tuvieron lugar en el Yatsugatake Hoshi to Niji Recording Studio en agosto de 2023. La mezcla estuvo a cargo de Uchida Naoyuki Makisato Lab, mietras que la masterización fue realizada por Mitsukazu Tanaka en Studio Chatri. El resultado general es el de un magno despliegue de creatividad jazz-progresiva que nos ha dejado una muy grata impresión; este retorno supuso una inquietud sistemáticamente luminosa.
 

Pasemos ya a los detalles del repertorio contenido en “Bondage Fruit VII” para justificar la última noción del párrafo anterior. ‘Aoi Kikai’ ocupa los primeros 6 ¼ minutos del disco y lo hace desplegando una calidez especial sobre un groove llamativamente marchosos que comienza con arquitectónicas cadencias de la percusión tonal. El violín y la guitarra, al delinear el relativamente sencillo motif central, abre espacios para que el ensamble íntegro se suelte en una extroversión cautivadora. Eso sí, a mitad de camino, emerge un puente signado por una aureola de arcana solemnidad, la cual se deja arropar por un lirismo envolvente. Se trata de un brere reposo antes del regreso del fulgor predominante. Sigue a continuación la dupla de ‘Mori No Okite’ y ‘Furiko’, diseñada para seguir ampliando las estrategias sónicas del ensamble. ‘Mori No Okite’ es un delicado ejercicio de ágil fusión con un imponente espíritu bucólico facilitado por el impacto que tiene el encuadre de la guitarra acústica y las percusiones para instaurar el ambiente general de la composición. Hay un vitalismo patente operando en las interacciones entre los músicos, pero ese vitalismo se halla meticulosamente contenido por la cristalina claridad del desarrollo melódico. En este sentido, la voz del violín se erige como una guía del trayecto colectivo, estando algunas florituras de la guitarra al servicio del realce de la algarabía musical. Por su parte, ‘Furiko’ se mete de lleno en un área jazz-rockera con connotaciones Mahavishnunescas y un talante ligeramente Crimsoniano, aunque también laten unas vibraciones fusionescas que emparentan con las que fueron tan explícitas en la pieza precedente. También se pueden advertir algunas confluencia con los paradigma de grupos indonesios tales como TOHPATI ETHNOMISSION o SIMAKDIALOG. Es algo así como el hermano macho alfa de 
‘Mori No Okite’ que hace gala de su particular musculatura. El epílogo es sereno y evocador, un buen golpe de efecto. ‘Kuroi Ikimono’ es como una cruza entre BOUD DEUN y LED BIB, un viaje a través de agradables trazos temáticos en medio de un despliegue de garra expresiva que, en ciertas ocasiones estratégicas, abre espacios para algunos ornamentos vanguardistas. La solidez con la que el bajo aporta algunas virguerías a mitad de camino merece una mención especial por su forma de iluminar los meandros del bloque sonoro.
 
El quinto tema del álbum se titula ‘Caminante’ (así, en español) y causa un impacto inmediato con esas impresionantes florituras de guitarra acústica que abren presurosamente la senda del desarrollo temático. Con las columnas edificadas por las percusiones y la batería, el contexto sonoro donde se elabora el entramado grupal queda listo para que el violín dibuje texturas renovadoras para el bien definido centro temático. Lo que suena aquí dejarse llevar por el embrujo de los dos primeros álbumes de RETURN TO FOREVER. ‘Cypress’ es la pieza más extensa del repertorio oficial con su duración de poco más de 13 ½ minutos. El imperio de la gracilidad fusionesca sobre un compás sutilmente complejo donde se entrecruzan lo arábigo con lo tropical hacen que la maraña instrumental se emparente cercanamente con el que impulsó al tema anterior. Eso sí, la presencia de la guitarra eléctrica y el rol más determinante de la batería dentro de la dupla percusiva hacen que este tema conquiste una garra muy particular, la cual se transforma fácilmente en fastuosidad. Alrededor de la frontera del quinto minuto, todo vira sorprendente hacia un recurso de minimalismo introspectivo bajo la guía de las percusiones tonales, cuyos aleteos se refuerzan con las adiciones de ornamentos de violín y percusiones. Cuando la guitarra entra a tallar, se prepara un crescendo cuyas formas se van armando a lo largo del camino hasta concretarse en un intenso despliegue de electrizante júbilo donde el nervio y la magia se hermanan en una única potencia expresiva. Excelente epílogo para el que tal vez sea el cénit del repertorio oficial. ‘Happy Bastard’ trae consigo el broche final y lo hace saludando a sus colegas de THE ARISTOCRATS con unos aires extrovertidos que los propios BONDAGE FRUIT ya habían explorado en 
“Bondage Fruit VI”. Las cadencias afrobrasileñas aportadas por algunos pasajes percusivos refuerzan el alborozo reinante. El golpe final es contundente, pero todavía queda el bonus track ‘Three Voices’, que se alarga por un generoso espacio de 13 ¾ minutos: es una versión un poco más reducida del tema de apertura del antes mencionado “Bondage Fruit VI”. Percibimos aquí lo que básicamente se puede describir como una combinación de los ambientes y grooves que signaron a los temas #1 y #4; así pues, se redunda en el hecho de que este disco hereda varios aspectos del anterior. De pasada, no podemos evitar resaltar cuán cautivador es el ensoñador epílogo de esta pieza.


Todo esto fue lo que se nos brindó en “Bondage Fruit VII”, el testimonio de la decisiva resurrección de BONDAGE FRUIT como una entidad activa dentro de la escena progresiva japonesa. La propuesta ecléctica y rotunda de BONDAGE FRUIT nunca fue olvidada y da gusto que podamos volver a hablar sobre ella en tiempo presente. Un disco totalmente recomendable y, sin todavía concluirse el primer tercio del año 2024, podemos asegurar que se impone como una de las obras progresivas más destacadas del momento. 

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