Sunday, March 24, 2024

SLEEPYTIME GORILLA MUSEUM: un canto a los últimos hombres en clave de rock vanguardista progresivo


 
 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Desde el 23 de febrero pasado tenemos una gran novedad dentro de la vanguardia rockera estadounidense: el retorno de SLEEPYTIME GORILLA MUSEUM con el álbum “Of The Last Human Being”, el mismo que fue publicado por el sello Avant Night (un nuevo sello que se asocia con Joyful Noise Recordings). 
La publicación de este nuevo trabajo se hizo en CD y en doble vinilo (de color dorado, gris difuminado y rosado). El colectivo conformado por Nils Frykdahl [guitarras, flauta, campanas, efectos, voz y coros], Carla Kihlstedt [violín, viola, violinofón, guitarra-percusión, voz y coros], Michael Mellender “Iago” [guitarras, xilófono, trompeta, eufonio, percusión, voz y coros], Dan Rathbun [bajo, dulcémele, trombón, vibráfono, xilófono, glockenspiel, voz y coros] y Matthias Bossi [batería, glockenspiel, xilófono, piano de juguete y coros] vuelve a lucir sus galones de creatividad experimental desde su residencia californiana. El estilo de la banda simultáneamente se enraíza en el avant-metal mientras se aleja de esa área en nombre del chamber-rock, el brutal prog y la experimentación ecléctica, volviendo a hacerse presente tras un largo hiato desde el periodo de los años 2010 y 2011, que fue cuando justamente se iniciaron las sesiones de grabación del nuevo material. Para ser más exactos, este disco se inició en el estudio Polymorph de Oakland, California, añadiéndose ideas y más temas en años subsiguientes, tanto en el mencionado estudio como en los estudios domésticos de otros integrantes. Incluso hay un tema que data del año 2004 y que tuvo su publicación original en un single. Sólo dos de las trece piezas contenidas en “Of The Last Human Being” fueron gestadas y grabadas en el año 2023. Parece mentira que hayan pasado 17 años desde “In Glorious Times”, ese tercer trabajo de estudio que se había erigido como la obra maestra de SLEEPYTIME GORILLA MUSEUM. De todas maneras, los integrantes de la banda se mantuvieron ocupados en varios proyectos, siendo uno de ellos FREE SALAMANDER EXHIBIT, el cual contenía precisamente a 3/5 de la actual alineación de SGM. A propósito, en el disco nuevo aparecen ocasionalmente el percusionista Moe! Staiano, el bajista Thor Harris y la vocalista Shinichi Momo Iova-Koga haciendo sus aportes invitados; también, hay una muestra de campaneos de una iglesia ortodoxa ucraniana provista por Anya Aslanova y Nick Ohler. El centro conceptual de Of The Last Human Being” es la noción de que el apocalipsis del Antropoceno ya ha empezado y nuestros tiempos son sólo parte de los muchos instantes que tienen que pasar antes de que aquél se complete. Bueno, veamos ahora los detalles de su repertorio.
 

Los primeros 6 ½ minutos del disco están ocupados por ‘Salamander In Two Worlds’, una canción evocadora envuelta en un clima etéreo cuyo lirismo inherente se siente un tanto perturbador. El canto es suave y amenazante a la vez, mientras los arreglos de vientos y percusión delinean y desarrollan una atmósfera sutilmente inquietante, la cual pasa a ser crepuscularmente fastuosa poco antes de que la canción llegue a su ecuador. Es aquí que el grupo ya pone sobre la mesa sus habituales cartas de tensión rockera, siendo así que en el último tercio ya se expande íntegramente la parafernalia apocalíptica con un ímpetu oscurantista. ‘Fanfare For The Last Human Being’ es una miniatura de corte circense que oscila entre lo surrealista y lo naïf, sin dejar de hacer sentir al oyente que hay algo perturbador tras las bambalinas del ensamble actuante. ‘El Evil’ se enfila directamente hacia la garra rockera con un señorío denso que se mueve muy fluidamente a través de las complejas cadencias armadas por la dupla rítmica. Hay algo de agilidad celebratoria en medio del sistemático desasosiego que inunda a los diversos ornamentos musicales en curso. Puede parecer un maremágnum para el despistado, pero no, lo que opera aquí es una arquitectura retorcida y sinuosa que se apoya en sus propias tinieblas para buscar su impulso expresivo. Su finl se engarza con otra miniatura titulada ‘’Bells For Kith And Kin’, la cual muestra una serie de campaneos que oscila entre lo mortuorio y lo mágico. Éste es el puente que nos lleva a ‘Silverfish’, una pieza firmemente asentada sobre un enclave ceremonioso que, de a pocos, va soltando algunos recursos de corte acid-folk para apuntalar la tensión emocional que el canto de Carla refleja muy bien a lo largo de la canción. Tras la furia explícita y volcánica de ‘El Evil’, el sórdido embrujo de ‘Silverfish’ (acentuado por algunos cánticos rituales) funciona muy bien como un contraste de extraño e inescrutable ensueño. ‘S.P.Q.R.’ exhibe un regreso pleno al frenesí rockero y lo hace jugando con un swing impetuoso y unos cánticos implacablemente asertivos. Neurosis y trepidaciones airadas fusionadas en una única fuerza expresiva. Sus 4 minutos y pico pasan como volando. ‘We Must Know More’ exuda aires de sátira Felliniana con elementos extra del estándar teatral Zappiano; la gente de SGM se mete en la fuente de autocomplacencia de la música de cabaret y ejerce su deconstrucción desde su seno.

‘The Gift’ exhibe otra sofisticada andanada de efluvios rockeros progresivamente electrizantes, esta vez con una dosis de neurosis más intensa que en 
‘S.P.Q.R.’, creando así un vínculo directo con esa distinción tanática y afilada que el grupo dominó en sus discos segundo y tercero. Los arreglos multivalentes de la secuencia multitemática es un excelente recurso de excelso señorío, siendo así que el ensamble va cimentando a paso firme los marcados recovecos con los que se topa el oyente. ‘Hush, Hush’ es el novena pieza del album y la más extensa del mismo con su espacio de 7 ¾ minutos. Hay una dominante densidad parsimoniosa que se impulsa sobre una cruza de nu-jazz y ambient con ribetes étnicos, se desdobla en el etéreo bloque instrumental y el trágico tenor del canto femenino. Unos breves interludios inquietantes añaden un cariz de fatalidad al asunto. En general, estos suena como una cruza entre la BJÖRK de 1997-2001, la KATE BUSH de 1985-89 y BENT KNEE. ‘Save It!’ es como una resurrección simultánea de SLAPP HAPPY y FAUST dentro de un enclave industrial, así de vivaracho: una manifestación de travieso fulgor en oposición al ominoso crepúsculo que se expandió a lo largo de las dos canciones precedentes. ‘Burn Into Light’ recupera parte de la filuda y aguerrida suntuosidad de las canciones #3 y #8, haciendo gala de riffs urgentes, complejos juegos de síncopas y lujosas líneas de violín, pero esta vez hay un nervio un poco más contenido, como si la furia cediera un poco de espacio a las sugerencias del pensamiento crítico y la reflexión desilusionada. Hay algo de fúnebre en los incendiarios sonidos instrumentales y vocales del epílogo, los cuales se van hundiendo mientras unos hermosos acordes minimalistas de guitarra acústica salen al frente. ‘Old Grey Heron’ es otro tema de generosa duración, esta vez, de casi 7 ½ minutos. Su estructura compositiva se centra en unos repetitivos arpegios que, en la mayor parte del tiempo, marcan el groove; la batería se ocupa de gestar ornamentos percusivos hasta poco antes de llegar a la frontera del quinto minuto, que es cuando ya arma un swing bien perfilado. El tenor general de la canción es burlón, pero ya no como una sátira abierta, sino como un chiste elaborado de un bufón que nos quiere anunciar algo realmente serio en medio de su extravagante parafernalia. ‘Rose-Colored Song’ trae consigo el cierre del álbum y lo hace estableciendo una gama de múltiples grises dentro de una atmósfera sórdidamente refinada, como un híbrido de UNIVERS ZÉRO, SHUB-NIGGURATH y ART BEARS. Sin recurrir a ningún registro chocante, el clima de terror está muy bien armado, incluyendo la extensa monotonía baja con que termina la pieza.


Todo esto fue lo que se nos brindó en “Of The Last Human Being” desde los cuarteles de unos SLEEPYTIME GORILLA MUSEUM que por fin han salido de un periodo de hibernación e interminables conatos para concretar otro ejemplo de su grandeza musical. El colectivo que en su tiempo era todo un referente de las nuevas agitaciones del rock progresivo vanguardista vuelve a lucir sus galones con las mismas dosis de creatividad y versatilidad de siempre, utilizando con una nueva frescura esa maquinaria ecléctica y oscurantista que les dio un muy merecido renombre. Renombre que ha reactivado instantáneamente en este año 2024.

 
Muestras de “Of The Last Human Being”.-
Salamander In Two Worlds: https://sleepytimegorillamuseum1.bandcamp.com/track/salamander-in-two-worlds
Hush, Hush: https://www.youtube.com/watch?v=Dpmf2DNVhy4  

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