Wednesday, May 01, 2019

STRATUS LUNA: una nueva luz en la actual escena progresiva brasileña


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

La escena progresiva brasileña tiene una nueva estrella en su firmamento, una nueva luz brotando desde su inmensidad: es la luz de STRATUS LUNA, cuarteto conformado por Giovanni Lenti [batería], Ricardo Santhiago [guitarras eléctrica, acústica y lap steel], Gabriel Golfetti [bajo y teclado] y Gustavo Santhiago [teclados, flautas y sitar]. La propuesta musical que exhibe este grupo en su disco homónimo de debut publicado a inicios de este mismo mes de abril se estructura en torno a un eclecticismo pulcramente organizado que se alimenta con estupendas ideas melódicas y convincentes atmósferas, ideas y atmósferas que se pasean fluidamente por los terrenos del sinfonismo, el space-rock, el jazz-fusion, el Canterbury y la psicodelia ocasionalmente reciclada a través de tintes post-rockeros. Mucha gracia y mucha claridad estética para un ensamble cuyos integrantes (ahora viene lo bueno) tienen edades entre los 17 y los 21 años de edad: ésta era su cronología en el momento de grabar los siete temas que conforman el repertorio de “Stratus Luna”, entre julio del año 2017 y julio del año siguiente. Este disco, vale anticiparlo ahora, es puro fulgor, testimonio indudable de que los STRATUS LUNA son la nueva luz en la actual escena progresiva brasileña. Es impresionante lo claras que tienen sus ideas estos niños prodigio que iniciaron la banda hace 5 años con el formato de trío. El sello MusicMagick se encargó de la publicación nacional mientras que el incansable sello MoonJune Records apoya con la distribución internacional. Bueno, veamos ahora los detalles del disco, ¿vale?


Los 14 primeros minutos del disco están ocupados por la sucesión de ‘Nimue’ y ‘O Centro Do Labirinto’, un momento crucial para instalar un punto de referencia importante para lo que habrá de seguir en adelante. El primero de estos temas comienza con un robusto prólogo cósmico que bien pronto se revela como un híbrido de space-rock y sinfonismo con talante denso. Una vez instalado el cuerpo central, nos topamos con un excelso híbrido de recursos progresivos que combina ángulos jazzeros, psicodélicos y bucólicos dentro de una estrategia sonora impolutamente compacta. Los fraseos de la guitarra se sitúan dentro del paradigma Cameliano mientras los teclados se arman acoplamientos de lo etéreo y lo vigoroso con pulso firme. Cuando llega el turno de ‘O Centro Do Labirinto’, el grupo está preparado para realizar un estupendo híbrido de sinfonismo y jazz-prog que comienza con vibraciones tremendamente ágiles y luego se enfoca en una atmósfera reflexiva, una atmósfera que se apoya en una señorial languidez que nos remite tanto a PINK FLOYD como a GENESIS. A mitad del camino, el desarrollo temático vira inesperadamente hacia una instancia cósmica que se sitúa a medio camino entre el space-rock y el post-rock, explotando con buen pulso el moto perpetuo guiado por el hipnótico fraseo recurrente de la guitarra. Tras un breve intermedio que recapitula los aires ágiles del primer motivo, la pieza se enfila por un epílogo majestuoso cuya lenta base rítmica realza eficazmente la intencionalidad ceremoniosa del momento. ‘Zarabatana’ es la pieza más extensa del repertorio con sus 9 ½ minutos de duración. Su sección inicial se apoya mayormente en el rol protagonista de los teclados mientras el resto de los instrumentos arma un ambiente grácil y luminoso para fundar la exquisita musicalidad en curso. Cuando llega el turno para el lucimiento de la guitarra, el asunto se deriva hacia una encrucijada de fulgores Yessianos y grooves jazz-rockeros. Un interludio de fuerte aura cósmica se centra en climas flotantes mientras el sitar elabora varios fraseos de talante sereno, dándole así una aureola relajada a sus sonidos necesariamente exóticos; así las cosas, se arma un pasaje fusionesco sobre un swing llamativo pero constreñido de tal modo que la serenidad reinante se sigue reforzando, aún cuando la guitarra lap steel se suma al bloque instrumental. El lirismo aquí concretado está muy inspirado. Poco antes de cruzar la barrera del sexto minuto, la batería inicia el camino hacia la instauración de un tercer motivo, el cual se centra sólidamente en lo jazzero dentro de un armazón sonoro que todavía resuena como algo netamente progresivo. Posiblemente son fáciles de advertir los aires a lo MAHTRAK que se insertan en medio de las conexiones con la vieja escuela prog-sinfónica británica, conexiones crecientes se aproxima el final de la pieza. 


‘Pandas Voadores’ establece una proyección jazz-rockera para una idea básica que inicialmente se sustenta en un talante reggae pero que a medida avanza la pieza se orienta más profundamente por los senderos estandarizados del jazz-fusion. En este sentido, el cuarteto focaliza muy bien los aires de WEATHER REPORT y de NATIONAL HEALTH que asimila tanto en el armazón instrumental general como en las aureolas personales que se delinean en los sucesivos solos de guitarra y de teclado. La breve pieza ‘NREM’ exhibe un flotante factor cósmico que se orienta hacia una especie de remodelación Jarreana del paradigma de TANGERINE DREAM (época 74-77): su engarce inicial con la última nota del tema precedente le convierte en un referente de ambientes relajados y reflexivos tras un momento de cálido jolgorio. Así las cosas, estamos preparados para recibir la serie de vitalistas recursos polícromos que nos va a brindar la peníltima pieza del álbum, la cual se titula ‘Onírica’. Tenemos aquí un ejercicio comedidamente enérgico de garra sofisticada al más puro estilo progresivo donde se combinan elementos del space-rock, el jazz-rock y el rock duro melódico. El empleo de tempos inusuales y señoriales juegos de síncopas de parte de la batería ayuda enormemente a realzar la grácil majestuosidad que signa la esencia fundamental de la pieza, y no solo eso, también posibilita que se dé una perfecta fluidez en la ilación de los diversos motivos sucesivos. Siendo menos exultante en su espiritualidad que ‘Pandas Voadores’ o ‘Zarabatana’, por poner dos ejemplos, no tiene nada que envidiarle a ese último en lo referente al ingenio versátil a la hora de crear y organizar la multivocidad sonora armonizada en su esquema musical. Hay, de hecho, un breve interludio de piano solo que permite al tema ahondar un poco en sus vestigios contemplativos. El crescendo de cierre establece un clímax prog-sinfónico de gran belleza. Todo culmina con ‘Efêmera’, tema que dura poco más de 7 ½ minutos. Su esquema sonoro inicial recibe mucho impacto de los aspectos más reflexivos de las piezas precedentes, especialmente de parte de ‘O Centro Do Labirinto’, pero en su interludio el esquema sonoro se agiliza tremendamente en base a la edificación de vibraciones eléctricas muy ágiles. El enfoque se sostiene sobre una confluencia de Canterbury (su faceta serena) y jazz-rock de  vieja usanza. Hay un esplendoroso solo de guitarra que impulsa la pasión particular del desarrollo temático de su último tercio, un solo que exhibe iguales dosis de vigor y melancolía: algunos retazos de sinfonismo entran a tallar con el fin de añadir un espléndido fulgor a tan bien armonizada finalización. Un epílogo así era lo más preciso para un álbum tan estupendo. 


Los nombres de la banda STRATUS LUNA y de su disco “Stratus Luna” deben ser anotados en lugares preferentes de nuestras agendas detectivescas melómanas porque, sin duda, la sorprendente presencia de esquemas y espectros eclécticos tan maduramente cohesionados en las mentes de músicos tan jóvenes merece nuestra máxima apreciación. La vitalidad y el ingenio que en este disco se exhiben en enormes dosis de creatividad musical lo convierten en uno de los ítems más notables de la escena progresiva sudamericana del momento: una luz para una nueva generación de mentes progresivas en Brasil. ¡¡Recomendable al 200%!!


Muestras de “Stratus Luna”.-

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