Friday, October 26, 2018

GHOST TOAST: desde otro mundo de experimentaciones prog-metaleras


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy toca el turno (un tanto tardío) de la banda húngara GHOST TOAST por ocasión de su álbum Out Of This World, publicado en junio del pasado año 2017. Este cuarteto prog-metalero está conformado por László Papp [batería], János Stefán [bajo, efectos y samplers], János Pusker [cello y teclados] y Bence Rózsavölgyi [guitarra], y se formó en en el año 2008 en la localidad húngara de Debrecen con la misión de practicas una modalidad ecléctica y peculiar de prog-metal que incluya elementos y rutinas de los modelos del space-rock, el post-metal y la psicodelia contemporánea. Más aún, con la fuerte presencia del cello dentro de su esquema sonoro, el campo estaba también abierto a la incorporación de preciosismos sonoros de raigambre prog-sinfónica. Out Of This World, el disco que aquí reseñamos, es el tercero y último que el colectivo húngaro tiene hasta ahora en su curriculum vitae; los dos anteriores son “Toast In The Shell” (2011) y “There Is No En...” (2013). Este tercer disco en cuestión es el que más elogios ha cosechado en las redes de difusión de la música progresiva y nos unimos a esta opinión mayoritaria. Las razones para ello quedarán expuestas mientras revisamos los detalles de su repertorio.



La dupla de ‘Ka Mai’ y ‘Gordius’ ocupa los primeros 12 minutos y cuarto del repertorio y está a cargo de instaurar con estricta seriedad varias de las ricas y enérgicas pautas estilísticas en torno a las cuales giran las ideas musicales del grupo. En efecto, lo que nos brinda ‘Kai Mai’ es un vitalista ejercicio de preciosistas ilaciones y entramados de diversos motivos que, a través de una ingeniería particularmente meticulosa, se instala grácilmente sobre una red de robustas síncopas. El elemento TOOL tiene cierta presencia relevante aquí en los pasajes más patentemente robustos, mientras que los ocasionales interludios sutiles refuerzan el recurrente aire sofisticado que recorre a la pieza como un tado. Por su parte, ‘Gordius’ se enfila hacia una expresividad aguerrida que sabe focalizar apropiadamente el ostentosamente sofisticado cuerpo compositivo que se va desarrollando a lo largo del camino. En algún momento emerge un pasaje de talante contemplativo cuya guía está en manos del cello; dicho pasaje es el momento de recarga de energías para la perpetración de un intenso pasaje final que recapitula y aumenta la filuda neurosis que ha sido imperante desde el punto de arranque. El empleo ocasional de efectos electrónicos para aumentar el fragor esencial del compás mayoritario resulta ingenioso. Hay claros aires de familia que vinculan a estas dos primeras piezas del álbum pero sus focos arquitectónicos son muy diferentes. Tras el continuado cénit encarnado en ellos, llega el turno de ‘Alia’, pieza que comienza con un tenor flotante guiado por retazos impresionistas que se almacenan en medio del encuadre entre los grooves jazz-rockeros de la batería, el ritmo programado y los etéreos ornamentos de los teclados. Cuando el cello entra a tallar, el colorido aumenta de manera sobria sin romper con el aura de señorial sigilo que ha estado imponiéndose mayormente. La atmósfera general de este tema se orienta por esta estrategia sin más variante que un breve pasaje denso que hace acto de presencia en un momento en el que la paleta sonora parece exigir un aumento de la  tensión expresiva. 

Durando casi 8 minutos, ‘The Dragon’s Tail’ expone un cénit rotundo y apabullante a punta de exponer unos grandilocuentes aires de dramatismo a su motif central: las vibraciones de la magnificencia y las sombras del misterio se congregan en una sobriamente compleja dinámica asentada predominantemente sobre un compás de 11/8. Incorporando elementos de space-rock dentro de una fluida mezcla de psicodelia y prog-metal, la banda edifica un hermoso santuario de sonoridades rabiosamente enérgicos; los momentos en los que el cello sale al frente portan una mágica belleza. Hay aires de familia con los estándares de RUSSIAN CIRCLES y LEPROUS. ‘Minotaur’ ocupa el ecuador del disco y su función principal es la de aportar la relevante novedad de trabajar con un esquema space-rockero de manera  integral a la hora de instalar y pautar el centro neurálgico de la pieza: solo más adelante salen a  relucir las fieras garras metaleras que el grupo siempre utiliza, al fin y al cabo, y allí las cosas se ponen en plan de híbrido entre QUANTUM FANTAY y SPECIAL PROVIDENCE. Definitivamente, los sintetizadores cósmicos se hacen notar incluso en esa segunda mitad cuando los guitarreos ocupan el protagonismo. Cuando llega el turno de ‘Kaia’ (la pieza más extensa del repertorio con sus poco menos de 8 1/4 minutos de duración), el grupo se dispone a explorar más a fondo estos nuevos aires eclécticos desde los que se ha articulado los grooves y atmósferas centrales de las dos piezas precedentes, ahpra sí dando prioridad a la faceta más evocativa del space-rock progresivo. Tanto el cariz  abiertamente tribal de los ritmos programados como las pistas del canto folclórico femenino ayudan bastante a enfatizar con solvente solidez esta línea de trabajo. Por su parte, ‘Last Man’ regresa de lleno al dinamismo rockero sofisticado y versátil con el cual el grupo ya había trabajado en los dos primeros temas del disco, tomando además algo de la grandilocuencia de ‘The Dragon’s Tail’



Los dos últimos temas del repertorio se titulan ‘Ishvara’ y ‘Pawn Of Fate’, respectivamente, consolidando y completando el enfoque estético diseñado meticulosamente por la gente de GHOST TOAST. El primero de ellos reforma con total convicción el imperio del space-rock con fuertes ribetes fusionescos de vibraciones tribales. Volviendo al enclave rítmico de 11/8 (dividiendo el patrón en secuencias de 5/4 y 6/4), la banda explora con aire distinguido su faceta más cálida. En fin, ‘Pawn Of Fate’ completa el círculo de sorpresas eclécticas que el grupo maneja con solvencia al incorporar ropajes y matices sinfónicos a esta última pieza cuyo núcleo temático se inserta en la  confluencia de prog-metal y post-metal. Los parcos y repetitivos fraseos de guitarra que arman el suave epílogo completan el aire introspectivo en el que se centraba la pieza incluso en sus momentos  más furiosos. Todo esto fue “Out Of This World”, un disco que en su momento cosechó varios elogios en redes especializadas en la difusión del art-rock, el rock progresivo y el prog-metal, y nosotros, desde aquí, nos sumamos (tardíamente, lo sabemos, culpa nuestra) a esta bienvenida melómana. La verdad que “Out Of This World” es un disco muy recomendable y que el nombre de GHOST TOAST merece ser anotado en un lugar preferente de las agendas de los coleccionistas de música progresiva robusta, densa y sofisticada.


Muestras de “Out Of This World”.-


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