Friday, February 03, 2023

La segunda muestra de sangre avant-progresiva de REUTER MOTZER GROHOWSKI

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

El año 2022 estuvo repleto de grandiosas novedades avant-progresivas, siendo una de ellas la segunda obra fonográfica del trío REUTER MOTZER GROHOWSKI: portando el título de “Bleed”, este disco que ahora reseñamos fue publicado por el sello MoonJune Records el 4 de noviembre del mencionado año pasado, sucediendo a “Shapeshifters” por dos años y pico. La asociación del maestro alemán MARKUS REUTER [Touch Guitars y loops] y los dos maestros estadounidenses TIM MOTZER [guitarras acústico-eléctricas de 6 y 12 cuerdas, guitarra barítono, guitarra eléctrica, guitarra e-bow, efectos electrónicos y loops] y KENNY GROHOWSKI [batería y percusión] ha vuelto a crear una serie de composiciones aventureras y mayúsculas penetradas por un altivo ingenio vanguardista desde donde se tienden puentes entre las áreas más radicales del prog y del jazz-rock. Entre los tres han añadido partes de mellotrón, piano eléctrico Fender Rhodes y órgano Hammond en algunas instancias del repertorio contenido en este disco. La sesión de grabación para las improvisaciones que conforman la base del repertorio de “Bleed” tuvo lugar en un solo día: el 2 de mayo de 2022. La locación fue el NRS Recording Studio de Nueva York y la sesión estuvo bajo la supervisión de Scott Petito. Las correspondientes labores de mezcla y masterización estuvieron a cargo, respectivamente, de Stefano Castagna (en su Ritmo&Blu Studio de Brescia) y de Lee Fletcher. La producción fue realizada por REUTER, mientras que el arte gráfica es de autoría de MOTZER (con un aporte de diseño gráfico de Bernhard Wöstheinrich, compañero de REUTER en ANCHOR AND BURDEN). Pasemos ahora a los detalles de lo que REUTER MOTZER GROHOWSKI nos ofrecen en “Bleed”.


Todo comienza con la pieza homónima, la cual dura poco más de 11 ¼ minutos. El esquema de trabajo expuesto en ‘Bleed’ se centra mayormente en un encuadre inteligente y solventemente articulado de avant-jazz, psicodelia progresiva y exploraciones densas que se sitúan a medio camino entre los paradigmas de STICK MEN y de DAVID TORN. Mientras va avanzando la pieza (y eso se nota prístinamente a poco de atravesar la frontera del cuarto minuto), el groove de la batería se torna más filudo, lo cual lleva al trío a insuflar una intensidad más aguerrida a su actual excursión. Ya en los dos últimos minutos, la Touch Guitar elabora unos fraseos flotantes que, aunque no carecen de energía precisa, establecen un creativo contrapeso frente a la neuróticamente vivaz ingeniería rítmica. ‘Causatum’ sigue a continuación para virar hacia un territorio más calmado, elaborando unos paisajes sublimemente ensoñadores a través de la diversa paleta sónica expuesta por los instrumentos de cuerda. La batería sigue dando rienda suelta a sus inclinaciones avant-jazzeras, pero esta vez, su soltura es manejada con una refrescante sobriedad. Para las últimas instancias, el bloque sonoro se encauza por un sendero de misteriosos minimalismos que giran en torno a un eje bien definido. ‘Sybilline’ dura un poco más que la pieza homónima y cumple inicialmente con la misión de exponer elementos inquietantemente nebulosos en base a una tensión contenida que se refugia bajo una apariencia crepuscular. Ya a mitad de camino, el empuje del trío se torna más contundente desde un punto de vista envolvente, lidiando con algunos vericuetos lúgubres pero sin adentrarse realmente en los mismos. El cuarto tema del disco se titula ‘Monolith’ y es el más extenso del mismo al durar 14 ½ minutos. Su estrategia expresiva consiste en mezclar musculatura, vibraciones tenebrosas y vorágine oscurantista en una cruza entre el modelo Crimsoniano de la fase 73-74 y la faceta más agresiva del polivalente maestro JOHN ZORN (más algunos trazos de una versión desarticulada de PRESENT). Los motivos se van armando y desarmando con una fluidez impecable, y cabe resaltar que los ornamentos ocasionales de los teclados ayudan a capitalizar la sofisticación progresiva inherente a esta ilación de delirantes excursiones. Un cénit del álbum cosechado a partir de la siembra de los temas #1 y #3.

‘Oracle Chamber’ se sitúa dentro de un terreno emparentado con el paradigma de los STICK MEN mientras se pone a jugar con tonalidades orientales en su desarrollo temático. Es como si los ecos de la vitalidad exhibida en las dos piezas precedentes se hubiesen reformado con un nuevo sentido arquitectónico. ‘Impenetrable’ vira radicalmente hacia la amplificación de la dimensión deconstructiva del trío, alternando pasajes signados por una liberalidad surrealista con otros donde reina la cacofonía osadamente cerebral con llameante mando. Lo informe regula el acto musical con inaudita lucidez. ‘Free In The Now’ es un jam que nos muestra a los tres músicos nuevamente dispuestos a explorar su faceta más calmada, desarrollando una ingeniería musical sustentada por esquemas jazz-rockeros y arreglos expansivos que se mueven a paso firme sobre un terreno prog-psicodélico. Las acentuaciones de la guitarra acústica imponen un etéreo contraste frente a los vuelos de la Touch Guitar. La batería, mientras tanto, elabora un swing suntuoso donde groove y musicalidad se fusionan en una única fuerza... y no son pocos los momentos en los que asume el protagonismo. Otro innegable cénit del disco. ‘Externalities Of The Truest Universality’ (un título bastante pretencioso, valgan verdades) trae el cierre del álbum. El grupo aprovecha el espacio de más de 8 ½ minutos de esta pieza para darle una nueva vuelta de tuerca a su faceta espacial. Aquí se da una extensa expansión de ambientes cósmicos arropados por unas vibraciones empíreas que, comenzando con un tenor un tanto indefinido, va alzándose de a pocos hacia una luminosidad envolventemente evocadora. Y bueno, todo esto fue lo que el genial colectivo REUTER MOTZER GROHOWSKI nos brindó en “Bleed”, una rotunda muestra de sangre avant-progresiva extraída de las más íntimas venas de este organismo tripartito. Esta muestra reafirma categóricamente el total compromiso que tiene el trío con el ideal de experimentar con nuevos horizontes dentro del rock artístico, por lo que solo nos queda recomendar este disco al 300% como parte de cualquier fonoteca propia de una mente melómana aventurera.


Muestras de “Bleed”.-


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