Wednesday, December 18, 2024

SFARATTHONS: amor al ideal del rock progresivo a través de años y décadas



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA. 

Hoy hablamos del grupo italiano SFARATTHONS y la que es hasta ahora su última producción fonográfica, “Odi Et Amo”, la cual data del 11 de julio del año 2023. Llega un poco tarde esta reseña, lo sabemos. La alineación que gestó este álbum está conformada por Giovanni Di Nunzio [primera voz y guitarras], Cecilio Luciano [batería], Luca Di Nunzio [teclados, guitarras y coros], Giovanni Casciato [guitarras] y Mario Di Nunzio [bajo]. Muy recurrentemente aparece el flautista Geoff Warren como invitado, y también se hacen presentes ocasionalmente el saxofonista Sabatino Matteucci y la narradora Alessandra Iandomarino. El trayecto y el destino de SFARATTHONS es bastante interesante: se fundó a fines de los 70 en la localidad de Borrello, provincia de Chieti, región de Los Abruzos, pero sólo en el nuevo milenio pudo tener presencia en el mercado fonográfico. Un caso muy similar al de CONSORZIO ACQUA POTABILE o IL CASTELLO DI ATLANTE. El debut del grupo se dio en el año 2016 con “La Bestia Umana”, al cual le siguió tres años después “Appunti Di Viaggio”, y ya existe este tercer álbum titulado “Odi Et Amo”. Todo el material aquí contenido fue compuesto entre los años 2020 y 2022, basándose conceptualmente en los poemas de CAYO VALERIO CATULO (84 a.C. - 54 a.C.), siendo así que las letras provistas por el poeta Donato Di Luca versan sobre las dualidades alegría-dolor, odio-amor, belleza-fealdad y razón-sentimiento. Sólo hay una canción con letra de Pietro Luglio, teniendo ésta música de la autoría del propio flautista Warren. Vayamos ahora a los detalles del repertorio contenido en “Odi Et Amo”.

Durando poco menos de 8 ½ minutos, la pieza homónima abre el álbum y lo hace con una progresivamente efectiva prestancia. ‘Odi Et Amo’ empieza con un suave pasaje de piano y flauta que explora áreas expresivas ensoñadoras, haciendo que la calma del momento se sienta realmente envolvente. Más adelante, las cosas se agitan un poco más para orientarse por una senda extrovertida donde se exorciza los legendarios fantasmas de ALPHATAURUS y LE ORME con una frescura nueva; la agilidad renovadora del ensamble se mueve grácilmente a través de la razonablemente sofisticada ingeniería rítmica. La sofisticación en curso da vueltas sobre sí misma mientras refuerza los índices temáticos creados para la ocasión, logrando cimentar el terreno del clímax conclusivo a paso firme. Acto seguido, llega el turno de ‘La Donna Amata’, una pieza aún más vivaz que la anterior que eleva los recursos de señorío sinfónico a un nuevo nivel de fortaleza expresiva. Recién a poco de pasada la frontera del sexto minuto nos topamos con la primera sección cantada del álbum. Si podemos imaginar una cruza entre la majestuosa densidad de los METAMORFOSI de 1973 y el vigor estilizado que el mismo grupo creó para su resurrección en el nuevo milenio, podremos hacernos una buena idea de cómo opera esa mezcla de solemnidad y lirismo que se concreta en este palaciego segundo tema del álbum. Queda oficialmente instaurado el esquema de trabajo general del disco como un todo... Y aún quedan varios temas para disfrutar. ‘Maddalena’ acoge los aspectos más explícitamente ceremoniosos de los dos discos precedentes y los congrega en un esquema sonoro solemne. Las delicadas florituras de la flauta y las flotantes orquestaciones de los teclados se asocian en una arquitectura evocadora. ‘Saffo’ toma el relevo de la canción precedente y le brinda una incrementada suntuosidad, la misma que sirve para que el grupo geste vibraciones conmovedoras para el estándar prog-sinfónico. Las texturas del saxofón y la guitarra son aportes cruciales para el armazón colectivo rumbo a su controlado dramatismo.

Todas esas piezas anteriores tienen duraciones entre 8 ½ minutos y 9 ¾ minutos, pero cuando llega el turno de ‘Zarina’, nos topamos con un viaje musical con un espacio de poco más de 12 ½ minutos, el más extenso de todo el álbum, aquel que dijimos más arriba que tiene la música compuesta por el flautista. Todo comienza con una serenidad contemplativa que no es ajena a los paradigmas de los GENESIS y los PFM de la primera mitad de los 70. Hay un aura bucólica que dirige el groove durante los primeros minutos, pero cuando llega el turno de intensificar las cosas, la batería da un empuje renovador a la instrumentación, siendo así que el bloque instrumental acoge un fulgor renovador por un par de minutos. Tras un etéreo intermedio, la instrumentación vuelve a la senda de lo extrovertido, pero esta vez, con un talante un poco más frugal. Así las cosas, el grupo regresa de lleno a la luminosidad mágica que antes había signado al tema #2 y a buena parte de la pieza de entrada. Finalmente, todo se va atenuando gradualmente hasta completar el regreso a la actitud contemplativa con que empezó la canción. ‘Ti Dono Una Canzone’ es una composición del grupo en homenaje a los profesionales de la salud que se encargaron de cuidar a la gente durante la pandemia. Se trata de una balada progresiva que permite a la banda volver a sus devaneos bucólicos mientras se focaliza primordialmente en aires románticos. Tiene un cierto tufo Cameliano lo que suena aquí, con el filtro retro-progresivo tan propio de la escena italiana. ‘Odi Et Amo – Closing Session’ cierra el repertorio al modo de una confluencia de retazos melódicos que, en vez de asentarse en tierra firme, van navegando aleatoriamente por las aguas de un océano onírico. El carácter protagónico de la flauta sirve como contrapunto a los efluvios del piano y las capas crepuscularmente cósmicas del sintetizador. Todo esto fue lo que nos brindó en “Odi Et Amo”, un disco cautivador que da amplias muestras de lo valioso que es el aporte de SFARATTHONS para la escena progresiva italiana de nuestros días. Muy recomendable para cualquier buena colección fonográfica de rock artístico.


Muestras de “Odi Et Amo”.-

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