Monday, December 29, 2025

La magia de la letra Q en el rock progresivo argentino



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy presentamos al proyecto argentino Q, gestado por el Stickista y bajista Ricky Sáenz Paz, so pretexto de la publicación de su disco también llamado “Q” a fines de noviembre de este año 2025 que ya se nos va, por vía del sello connacional Viajero Inmóvil. Además de tocar el Stick y el bajo, Sáenz Paz también se hace cargo de los teclados, ambientes y coros. Su compañero de trayectos musicales más constante es Martín Fernández (guitarras eléctricas y acústicas). Otros son Dany Ávila (batería, percusiones y hand drum), Javier Miranda (batería), Franco Scaglia (batería), Richard Coleman (guitarra), Jerónimo Duarte (sintetizador, teclados y fliscorno), Melina Xilas (saxo), Andrés Figueroa (clarinete) y Nico Fontimpe (canto). El propio Sáenz Paz es el autor de todos los temas. La propuesta de Q está orientada hacia el paradigma Crimsoniano moderno en una sana confluencia entre el prog psicodélico y el jazz-prog. El material contenido en “Q” fue registrado en diversas sesiones que tuvieron lugar en el Estudio Lamarca y Lamarca Móvil, Sala “QY”, el Estudio A Records (Mendoza) y el Estudio Ber Domínguez (Lobos). Sáenz Paz se hizo cargo de las labores de ingeniería de sonido y mezcla, además de la producción y el diseño del logo en la portada. El ulterior proceso de masterización fue realizado por Gustavo Fourcade en el estudio Steps Ahead Sound. La propuesta de Q está orientada hacia el paradigma Crimsoniano moderno en una sana confluencia entre el prog psicodélico y el jazz-prog.

Revisamos ahora el repertorio de este disco. Durando poco más de 3 ½ minutos, ‘Q1 (Inicio)’ abre el repertorio con un interesante groove, el mismo que se abre paso tras un breve prólogo espacial. Lo que suena es como una versión más jazzeada del estándar de los STICK MEN. Ostentando mayores dosis de musculatura y un empuje rítmico un poco más intenso, ‘Q2 (Esperando La Luz)’ sigue a continuación para adentrarse en el patrón de los KING CRIMSON de 1981-84 a través de una arquitectura contundente. Ésta se deja atravesar por moderados toques de neurosis expresionista, pero, en general, el patente vigor roquero está bien controlado. Con su espacio de 5 ¼ minutos, ‘Q3 (Desatar)’ se erige como la pieza más extensa del disco. Su espiritualidad es más serena que la de cualquiera de las dos piezas precedentes, lo cual permite al ensamble explayarse más hondamente en una variedad de matices. El tránsito de la ceremoniosidad inicial hacia la luminosa gracilidad posterior se hace con impoluta fluidez. El epílogo grisáceo completa la ingeniería a la perfección. La dupla de ‘Q4 (Ilusión Ascendente)’ y ‘Q5 (Espiral De Ira)’ sirve para que Sáenz y sus compinches sigan explorando grooves y atmósferas dentro de muy interesante enclave estilístico. El primero de estos temas mencionados gesta un recurso de señorial ligereza que, además de conectarse con el aura del tema #1, ofrece un efectivo contrapunto al tema #3. Tras su punzante final emerge el segundo para desarrollar un realce de lo neurótico, tal vez en un leve coqueteo con lo siniestro (a lo KC de 1994-95). ‘Q6 (Dudas Y Reproches)’ nos devuelve convincentemente a la faceta más grácil de Q. Los peculiares colores que aporta el saxofón ayudan a enfatizar el dinamismo colectivo. Con el paso de los minutos, éste va tornándose más explosivo hasta el punto de igualar en incandescencia a varios pasajes de los tres primeros temas. Un cénit decisivo del repertorio.
 
‘Q7 (Aventura)’ instaura un jam ágil con ciertas partes estratégicamente organizadas con un enfoque sofisticado. Hay un cierto coqueteo con el estereotipo del space-rock en los parajes más animados. Cuando llega el turno de ‘Q8 (El Tiempo Como El Viento)’, el ensamble se emfila por la senda del jazz-fusion atmosférico sin soltar realmente lo Crimsoniano: este factor funciona ahora desde el diseño básico. ‘Q9 (Mal Bien)’ también da prioridad inicialmente a lo reposado, pero esta vez es el firme pulso de la batería el que facilita el reemplazo de lo atmosférico por lo jazz-progresivo. La sucesión de solos de fliscorno y guitarra ilumina el tránsito de lo sigiloso a lo intensivo con el que se marca el núcleo central de la pieza. La magia evocadora del epílogo es simplemente cautivadora. Todo termina con ‘Q10 (Floating Away)’,  el único tema cantado del disco. Básicamente, se trata de una balada introspectiva donde predominan las atmósferas contemplativas. La languidez inherente al sencillo desarrollo melódico logra encapsular una espiritualidad serena y melancólica. Todo esto es lo que salió de los cuarteles musicales del proyecto argentino Q, un punto de referencia importante para el rock progresivo argentino de nuestros días: definitivamente, “Q” resulta ser un ítem muy destacado dentro de la vanguardia rockera tanto en Argentina como en toda Latinoamérica. En fin, bastante recomendable. 

 

No comments: