Friday, November 29, 2019

El sortilegio procedente del nuevo encantamiento progresivo de HERD OF INSTINCT



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Es un enorme placer para nosotros traer a colación el nuevo disco del colectivo progresivo estadounidense HERD OF INSTINCT, el cual se titula “Incantation” y salió al mercado en el último día del pasado mes de octubre… Sí, sí, en el mismo Día de la Víspera de Todos Los Santos. Se trata del quinto trabajo creado y producido por este colectivo actualmente conformado por el cuarteto de Mark Cook [Warr guitar, bajo sin trastes, guitarra, teclados y arreglos de cuerdas], Bill Bachman [batería y percusión], Mike McGary [piano y sintetizador] y Rick Read [Chapman Stick, bajo y teclados]. A lo largo del catálogo de diez temas que aparecen en este nuevo álbum hace acto de presencia una serie de invitados de lujo ocasionales: Elaine Di Falco (canto y letras), Colin Edwin (bajo sin traste y guitarra e-bow), Gayle Ellett (mellotrón, piano eléctrico Fender Rhodes, sintetizador Moog, órgano Hammond, armonio, guitarra y tambura), Adam Holzman (piano eléctrico Fender Rhodes, sintetizador Moog, mellotrón y órgano Hammond), Stephen Page (violín), Craig Shropshire (percusión básica y gong) y Dave Streett (Warr guitar). Como vemos, una horda de luminarias pertenecientes a THINKING PLAGUE, DJAM KARET, PORCUPINE TREE, O.R.K., la banda de apoyo de STEVEN WILSON, etc. Parece mentira que hayan pasado 12 años desde que HERD OF INSTINCT se fundó en la ciudad texana de Arlington, y parece muy lejano ese año 2011 en el que el grupo hizo su debut fonográfico con su disco homónimo. Solo queda Mark Cook del trío original de esos tiempos, y en algunos discos precedentes al que ahora nos ocupa había un integrante de los mismos DJAM KARET que también operaba como miembro oficial de este grupo. Desde la temporada del tercer álbum “Conjure” (2016), McGary forma parte del personal constante de HERD OF INSTINCT, y es en ese mismo disco que Bachman tocaba en algunos temas, proyectándose como reemplazante de Ross Young. “Incantation” es un disco muy valioso en sí mismo puesto que instaura un patrón sonoro renovado y más ecléctico que nunca para la banda. Veamos los detalles del repertorio contenido en él. 

Los primeros 5 ¾ minutos del álbum están ocupados por ‘Sun Gun’, una pieza que tras un breve preludio tentativo instaura un dinamismo aguerrido y exquisito sobre un compás tan grácil como complejo. El medio tiempo del compás permite al Stick lucir fluidamente sus envolventes bases armónicas mientras que la guitarra, en los momentos de sus solos, puede emplear texturas muy interesantes a sus fraseos. Aquí hay aires de familia simultáneos con los paradigmas de GORDIAN KNOT y de STICK MEN, no hay duda. ‘Incantation One’ sigue a continuación para irrumpir en otro terreno totalmente distinto, uno donde se fusionan los mundos del avant-prog, el jazz-rock y el post-rock. La primera mitad de esta pieza juega con una cruza de los dos primeros antes mentados, mientras que la segunda se enfila más ciertamente hacia el tercer elemento, y lo hace con una dosis tal de estilización que acerca a la banda al modelo de unos GRAILS. Antes de llegar a esta instancia de atmósferas reflexivas y sobrias el bloque instrumental se había perfilado a lo largo de un despliegue de climas y motivos llenos de nerviosa musculatura. El canto de Di Falco, con su talante ritualístico, añadía una magia especial al asunto mientras la banda iba reforzando de manera paulatina el vigor expresivo exigido para la situación. La dupla de ‘Coin Locker Babies’ y ‘Prey 4 Winter’ nos muestra al cuarteto expandiendo su paleta sonora con un perfecto equilibrio de vitalidad, elegancia y colorido. El primero de estos temas elabora un ejercicio de psicodelia progresiva donde sus predominantemente mesuradas cadencias están bien sazonadas por elementos jazz-rockeros. Cuando el asunto se pone un poco más fuerte, el ensamble explora recursos de densidad que hacen que la sección epilogar transite hacia una atmósfera razonablemente intensa. Por su parte, ‘Prey 4 Winter’ despliega la primera manifestación abierta de extroversión musical, haciendo patente una actitud celebratoria mientras se regodea en el carácter llamativo de su desarrollo temático y la sofisticada arquitectura rítmica desde la que se articula su swing. Más adelante emerge una sección intermedia donde el fulgor sonoro vigente se siente más constreñido, pero la sección epilogar nos trae de vuelta al entusiasta motif central con un extra de arreglos etéreos de teclado. Sin duda alguna, esta pieza nos parece un momento culminante y muy vital dentro del repertorio.

‘Myth And Ritual’ regresa a la lógica de lo ritualístico y lo hace con un enfoque cósmico; alternando sus propios momentos de protagonismo, los cánticos cósmicos y las flotantes orquestaciones de sintetizadores. La segunda mitad del repertorio se abre con ‘Abaddon’, una pieza que guarda varios aires de familia con la pieza que abrió el álbum tanto por el ensamblaje del músculo rockero dentro de un medio tiempo como por la oportuna adición de grooves jazz-rockeros al vigoroso armazón sonoro. Volviendo a las confluencias estilísticas con GORDIAN KNOT, también se notan coincidencias con los ambientes progresivos de DJAM KARET (fase 97-03). Cuando llega el turno de ‘Pavement Grey’, el grupo y sus compañeros de turno nos tienen preparado otro cénit irresistible del álbum. Siendo una pieza patentemente ambiciosa en cuanto a la versatilidad que se concreta a través de su desarrollo temático, su mezcla de sinfonismo, introspecciones de tenor Floydiano y jazz-prog ostenta un señorío sereno cuya opulencia se queda a medio mostrar. Está allí, latente y saliendo al frente en muy pocos momentos medidos, sosteniendo a la integridad del bloque instrumental mientras éste da prioridad a las facetas más cristalinas de los motifs en curso. ‘Temples’ ahonda en el factor jazz-progresivo con un índice sonoro que coquetea parcialmente con el post-rock, todo ello mientras hace un moderado uso de recursos cibernéticos para reforzar el predominio de lo atmosférico. Con la combinación de percusiones programadas y reales, el cuerpo central evoluciona hacia una afinidad muy cercana con lo que los DJAM KARET han hecho en sus dos últimos discos. es un tema muy encantador que muy bien pudo durar un poco más para que se explotase mejor su gancho, pero llega el momento en que la dupla de ‘Incantation Two’ y ‘Torture Garden’ se encargue de cerrar el disco. Más exactamente, esta dupla ocupa los últimos 9 minutos del repertorio. ‘Incantation Two’ reforma el formato de ‘Incantation One’ para reorientarlo hacia algo mucho más volátil, haciendo que lo etéreo asuma un aura más mística a través de la adición de nuevos elementos electrónicos y la implantación de un donaire más majestuoso. Tras la emisión de un golpe de autoridad bajo la coordinación de la guitarra y un tambor, se abre camino hacia un epílogo en clave de post-rock electrónico. El cántico femenino se encarga de gestar un elemento evocador para la ocasión.

‘Torture Garden’ cierra el disco haciéndose eco del dinamismo especial que emanan de los recursos electrónicos empleados en algunas piezas anteriores. Los climas ensoñadores de los teclados y las muy parcas armonías de la guitarra en el inicio se sujetan al groove mecánico e hipnótico trazado por las percusiones computarizadas y electrónicas, algo así como una reformulación del estándar de TANGERINE DREAM de inicios de los 80s bajo el modelo post-rockero. A pesar del título de la pieza, no es tanto el dolor o la amenaza lo que se destila en su atmósfera central, sino una aureola de misterio sutilmente ominoso. A lo largo del camino, las orquestaciones sintetizadas se van haciendo más fastuosas mientras el armazón percusivo se va desvaneciendo poco a poco. Un gran final para un gran disco, uno de los mejores del año, según nuestro humilde parecer. “Incantation” es un disco ganador que da abiertas muestras de cómo se puede seguir haciendo música progresiva sana e ingeniosamente ecléctica en este nuevo milenio con un foco renovador; hasta nos atrevemos a añadir que se trata de su mejor trabajo hasta la fecha. Las diversas dosis de vitalismo y color que hallamos a lo largo de la serie de 10 temas que ocupan este disco lo convierten en uno de los triunfos artísticos más notables de HERD OF INSTINCT, un colectivo que hasta ahora no ha dada un solo paso en falso. Muchas gracias a este grupo y a su scolaboradores por brindarnos este nuevo material que recomendamos al 200%. 


Muestras de “Incantation”.-

2 comments:

Vinicio Meirinho said...

Instigante a sua resenha César. Quase que consigo ouvir a música seguindo as suas palavras. Vou conferir. Forte abraço.

César Inca Mendoza Loyola said...

Gracias por tus gentiles palabras... La verdad que es un disco hermoso.

Forte abraço.