Sunday, August 28, 2022

Reafirmación de la música gestada en la corte progresiva de REGAL WORM en el año 2022

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy nos complace enormemente reseñar el nuevo disco de REGAL WORM, el proyecto británico de Jarrod Gosling; el disco en cuestión se titula “Worm! y fue publicado el pasado 19 de agosto (hace muy poco) tanto en CD como en vinilo. El buen Gosling se prodiga con su arsenal de guitarras eléctricas y acústicas, bajos, pianos eléctricos, sintetizadores, órganos, Mellotrón, Omnichord, batería, percusiones, secuenciador de ritmos, vocoder y efectos, además de hacerse cargo del canto. Le acompañan como invitados ocasionales Mike Somerset [saxofón tenor], Louis Atkinson [saxofón tenor], Lucy Board [trompeta] y Graham Mann [trombón]. “Worm! es un hermoso disco que, en buena medida, sigue en la línea de “The Hidesous Goblink (su disco anterior, publicado en octubre de 2021), aunque con una mayor presencia de sutilezas en las atmósferas y esquemas rítmicos, en general. Así las cosas, suele suceder que los mágicos brotes de excelso colorido que emergen de las amalgamas de teclados y guitarras tienen más espacio para mostrar sus partículas sonoras. En cuanto al vigor expresivo y la soltura de las capas de sonido que se integran dentro de una cruza de Canterbury, avant-prog y space-rock, las cosas siguen igual... enfatizando que igual de bien. El material recogido en “Worm!” fue grabado en diversas sesiones que tuvieron lugar en 2021 y 2022 en el Pig View Studio de Sheffield, siendo todo compuesto por Gosling. La masterización fue realizada por Dean Honer en The Bowling Green Studio, también localizado en Sheffield. Gosling se hizo cargo del arte gráfica de la portada. Bueno, veamos ya los detalles estrictamente musicales de este disco. 


Todo comienza con ‘Regal Wishbone’, una canción que reactiva muchos de los recursos de dinamismo y colorido que caracterizaron al álbum precedente: un swing ágil, una espiritualidad extrovertida y un manejo bien articulado de los grácilmente enmarañados cromatismos aportados por los instrumentos actuantes. Aires Gongianos primigenios y factores surrealistas al estilo de THE RESIDENTS se retuercen en su mutua mezcla bajo un ropaje de Canterbury sintetizado. Sigue a continuación ‘Dont Freak The Creatures’, una canción diseñada para gestar un aire particularmente señorial dentro de una estrategia musical relativamente más sobria que la utilizada en la pieza precedente, a la vez que se mantiene el espíritu de gentil travesura. Esta canción ostenta confluencias con varios elementos estilísticos del grupo italiano HOMUNCULUS RES y, en menor medida, con los legendarios RASCAL REPORTERS; con todo, el factor space-rockero sigue estando aún bastante resaltado dentro del efectivo esquema jazz-progresivo en curso. En el largo interludio instrumental que precede al epílogo, algunos sutiles retazos sombríos entran a tallar para enriquecer la vivaz complejidad temática. Hemos disfrutado de un primer cénit definitorio del álbum. ‘Dindy Super’ se cierra aún más en lo cibernético para concretar el índice temático y la ambientación diseñadas para la ocasión: lo que suena es como una idea perdida de THIS HEAT que fue rescatada y remodelada por los OMD de la etapa 80-82 bajo la mirada de algún integrante de HARMONIA. ‘The Steppe Nomad Space Program’ es la única pieza del álbum que dura más de 4 ¾ minutos; de hecho, dura casi 9 ¼ minutos. Su espíritu expresionista comienza un poco siguiendo la pista de la pieza precedente, pero pronto las cosas viran hacia una síntesis del vitalismo convincente de la pieza #1 con la sofisticación osada y versátil de la pieza #2. Hay un surrealismo latente que, desde un trasfondo no demasiado oculto, sustenta y dinamiza todos los colores sonoros y motivos que se van hilando a lo largo del camino.  Poco antes de llegar a la frontera del sexto minuto y medio, la pieza vira hacia un ejercicio de nu-jazz filtrado a través del paradigma de BIRDSONGS OF THE MESOZOIC, aterrizando todo en un breve esbozo de flotantes abstracciones electrónicas. Esta canción instaura otro momento indiscutiblemente culminante del repertorio. ‘Bong Song’ se arroja a la nostalgia por el beat de la segunda mitad de los 60s y la psicodelia de primera generación a través de un modernizado vehículo estructural centrado en suaves amalgamas de sintetizador y guitarra.


La dupla de ‘Chlorophyllia’ y ‘Green Beetle, Plate 31’ sirve para que el proyecto siga explayándose cómodamente en su particular esquema de trabajo progresivo. En efecto, tenemos en el caso de ‘Chlorophyllia’ una juguetona muestra de gracilidad lúdica donde el groove jazzero y la vivacidad de base electrónica se fusionan en una amena noria sonora. Algunos pasajes incrementan el swing para aumentar la intensidad del gentil dadaísmo que marca la pauta particular de esta canción. En cuanto a ‘Green Beetle, Plate 31’, el esquema sonoro resulta más explícitamente vivaz, estando trazado para remodelar varios de los recursos joviales y caleidoscópicos que ya hemos apreciado en varios momentos del repertorio precedente. A lo largo de su aparentemente sencillo groove, la amalgama instrumental y los cánticos confraternizan de una manera pulcramente cálida. El epílogo cósmicamente oscuro, que entra a tallar abruptamente, nos toma totalmente por sorpresa. Todo ha sonado como si una composición perdida de los CARAVAN de los tres primeros álbumes hubiese sido remodelada por una asociación de integrantes de THE RESIDENTS, NEEDLEPOINT y CLUSTER. ‘In There Anything Blacker Than A Black Cat?’ tiene la misión de dar un nuevo giro de tuerca al vitalismo sofisticado de las canciones #2 y #4 mientras recibe algunos ecos de la saltarina calidez de la canción inmediatamente anterior. ‘Hop’ trae el cierre del álbum con una exhibición de ambientaciones etéreas plasmadas sobre un regreso a los albores del tecno-pop británico que se sazona con una acidez surrealista que tiene algo de Zappiano. Todo esto fue lo que se nos brindó en “Worm!”, el nuevo muestrario musical de REGAL WORM: casi 39 minutos de esplendorosa música progresiva para nuestros tiempos, una rotunda reafirmación de la música gestada en la corte musical donde reina Gosling. Él, junto a sus compañeros ocasionales, se ha vuelto a lucir para beneplácito de la continuidad del ideal del rock artístico en nuestros tiempos. ¡¡Totalmente recomendable!!



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