Hoy viajamos a través del pasado remontándonos a 20 años y meses más atrás, para decirlo con mayor especificación, nos vamos al día 22 de abril del año 1997 que fue cuando el grupo estadounidense FATES WARNING lanzó al mercado su octavo disco de estudio: “A Pleasant Shade Of Gray”. Con este disco conceptual se inició una nueva fase dentro de la trayectoria de esta banda pionera de la vertiente prog-metalera del gran escenario progresivo del mundo. FATES WARNING y WATCHTOWER fueron mencionados varias veces por los más mediáticos DREAM THEATER como referentes pioneros de esta modalidad de avanzada rockera. Para el tiempo de “A Pleasant Shade Of Gray”, el grupo estaba reducido al trío de Jim Matheos [guitarras y composición], Roy Alder [canto] y Mark Zonder [batería y percusiones electrónicas y acústicas]. Matheos estaba decidido a dar un viraje renovador al esquema sonoro de la banda tras tantear una musicalidad vivaz y llamativa en los dos discos precedentes “Parallels” (1991) e “Inside Out” (1994): ahora la idea era explorar texturas, atmósferas sombrías y utilizar el rol de los teclados con mayor insistencia, todo ello de acuerdo a la temática introspectiva y turbada de las letras. Pero también es verdad que la logística del grupo estaba obligando por otro lado a que se replanteara drásticamente la logística grupal, pues era la primera vez en la historia de FATES WARNING que el personal incluía a un solo guitarrista. El socio eterno de Matheos, Frank Aresti, se fue la banda tras la gira del “Inside Out”, y el bajista Joe Di Biase también hizo lo propio. Ante estas circunstancias, tuvo que entrar en acción el bajista Joey Vera, todavía como mero colaborador y no como miembro oficial, aunque su rol bastante activo como ingeniero de sonido, y luego productor del vídeo en vivo de la gira de este disco, le abrirían pronto las puertas para una membrecía oficial. En lo referente a la labor de los teclados, Kevin Moore – amigo personal de Matheos y desde tres años atrás desertor de DREAM THEATER – se hizo cargo del asunto, pero se mantuvo en una posición de concentrarse exclusivamente en su carrera solista y ser estrictamente un colaborador en las labores de estudio. Ni siquiera estuvo presente en las actuaciones en vivo para la gira de promoción del disco en cuestión. El disco fue producido por Terry Brown, conocido principalmente por trabajar en muchos álbumes clásicos de los legendarios RUSH: él no era nuevo en el mundo de FATES WARNING pues él produjo el disco de 1991 “Parallels” e incluso habrá e volver a las labores de producción para el siguiente disco de estudio “Disconnected” (2000).
La primera parte avisa de forma clara y
honesta el tipo de inquietud emocional que va a desplegarse en diversas trombas
a lo largo del disco: por ahora, tenemos la parca emisión de uno de los motifs recurrentes y el anuncio de una noción constante: “So where do we begin / And what else can we say? / When
the lines are all drawn, / What should we do today?” La secuencia de las partes segunda y tercera se adentra con una prestancia imponente por los parámetros metaleros con una soltura mágica que es resultado de las cadencias manejadas en el momento: de hecho, hay un vigor especialmente afilado en la Parte II que se resalta muy convenientemente con el filtro mecanicista que se pone al canto de Alder durante las mudanzas. Part III porta una mayor fiereza emocional mientras se centra en un tempo menos intenso... pero igualmente está allí la furia rigiendo las fuerzas sónicas bajo las cuales opera el bloque instrumental. Part IV tiene menos letras que las dos precedentes, lo cual permite al ensamble adentrarse con más fruición en la presión emocional reinante: persistente e intransigente, su convincente vitalidad marca un momento de precisa luminosidad sinfónica. Como
anécdota simpática, nótense las breves citas del clásico del segundo álbum de
DREAM THEATER ‘Take The Time’ en el rollo instrumental. La Parte V prosigue por esta senda de elástica fastuosidad con sus poco menos
de 5 ½ minutos de duración enmarcados en una ilación de diversos grooves y variados recursos melódicos hilados con compacta minuciosidad. También tenemos en esta instancia el
primer pasaje donde se hace esta proclama tan cruel como derrotada: “Let nothing bleed into nothing / And did
nothing. / Let nothing bleed into nothing / And did nothing at all.” Furia que
se desgarra mientras se vuelca sobre la misma conciencia que la sostiene. La sexta parte escarba insistentemente en este vestigio de vulnerabilidad para desplegar un conmovedor
clima de balada progresiva: durando casi 7 ½ minutos, sus delineamientos melódicos transitan bajo las guías conjugadas de MARILLION, GENESIS y PINK FLOYD. La
fastuosidad introducida en la instancia inmediatamente anterior se torna aquí retrato sonoro del último fulgor del crepúsculo. Tremendo testamento del remordimiento el que hallamos en estas líneas: “And I know we can't turn back all the years,
/ Time reflected in a shade of gray, / but I often wonder what could have been
/ And I still hold on to yesterday.” Las
lánguidas capas graves de sintetizador del epílogo funcionan como un necesario momento de calma tras esta gloriosa tormenta de temerarios lamentos: Alder vuelve a
enunciar la pregunta con que inició su canto para anticipar una nueva tormenta,
la que viene diseñada por la siguiente sección, la gloriosa Part VII.
Part VII está situada en el mismo corazón de la suite con un excelente criterio estratégico pues su núcleo temático y su poesía retoman ideas precedentes, proveyendo al primero de una musculatura renovada y a la segunda con una vehemencia remodelada bajo cuyo fragor la furia insistente adquiere matices de cinismo y de incertidumbre. Haciendo un uso medido pero convincente de la polenta rockera, esta pieza instaura un momentum irrefrenable; el clamor
de “Guzabe! Guzabe!” trastoca su
usual espiritualidad animosa a otra horrorífica y paranoide. La conciencia proyecta en el éter un espejo imaginario sobre sí mismo y se observa maquinando
utopías desesperadas: “Stare from the
darkness. / Hear the silence call? / Devise divisions, delay decisions, Watch
the hours crawl and...” Y… la respuesta al enigma llega con la enésima
afirmación de la propia indolencia que nada gana a fin de cuentas con sus
golpes de pecho: “… Let nothing bleed into nothing / And do nothing? / Let
nothing bleed into nothing / And do nothing at all?” He aquí el
momento en que los recursos de vitalidad rockera vertidos en las partes segunda, tercera y quinta se sintetizan de manera decisiva, siendo así que Part VIII está
diseñada para completar debidamente el regio empuje del bloque instrumental. Mientras el encuadre de guitarra, bajo y batería
elabora un clímax crucial a su propio ritmo, los teclados promueven un
subterfugio de clasicismo barroco, primero con ominosos serpenteos de piano, y luego impulsando un hermoso trío de piano y dos guitarras clásicas. Todos esos aleteos y marejadas de
arpegios aterrizan en una minúscula serie de golpes sincopados en 12/8 que no nos permite olvidar que la tensión emocional es, al fin y al cabo, la fuerza guía de la
suite. Ese trío de piano y dos guitarras clásicas es tal vez el retrato de una llovizna de lágrimas solitarias. Part IX cambia notoriamente de registro hacia un esquema de balada, una bellísima
balada que incluye el solo de guitarra más penetrante del disco. La conciencia
se da un momento de reposo para dejarse llevar por la faceta más dulce de la
nostalgia: “Where you are, I am / Through
nights that never end. / Where you are, I am / In words I'll never send.”
Part X es una breve incursión industrial cuyas vibraciones etéreamente modernistas instalan un oportuno puente entre el mullido romanticismo de Part IX y las expresividades más sueltas que nos esperan en lo que queda del álbum. Part XI vuelve por la vía de las vibraciones y estremecimientos de tenor focalizadamente metalero, traduciendo la estilizada candidez del paraje final de la octava parte en el centro temático bajo la ingeniería dual de guitarra y bajo. Mientras eso sucede, la batería de Zonder impone su particular señorío en el procedimiento de llenado de espacios: un swing magnífico, una vitalidad elegante, redobles increíbles donde la fuerza del rock se reviste de una elegancia inaudita. Tenemos aquí revisiones de los espíritus de las partes cuarta y quinta con ecos añadidos de la garra que marcó a la segunda. Y bien, tiene que llegar el momento de la sección final, la Parte XII, cuyas secciones inicial y final se apoyan sobre el juego de síncopas con el cual había terminado la Parte VIII, pero esta vez en base a los cortantemente parcos fraseos de la guitarra. El tipo de vitalidad que la guitarra aporta según estas circunstancias logra permanecer bien asentado en la aureola de añoranza y aflicción que ha reinado a lo largo de todo el disco. Por su parte, la sección intermedia se centra en un compás de 10/8 por vía de una cadencia majestuosa que da la apariencia de espiritualidad distante, pero que tal vez sea el comienzo de una serenidad largamente requerida (o la esperanza de ese comienzo): las líneas finales son muy elocuentes al respecto – “Face to face
we'll awake / To see another day / And with hope in our hearts / Embrace this
shade of gray, / This pleasant shade of gray.” Esa mezcla de languidez
y estoicismo que se exterioriza en el canto
final de Alder en consonancia con la letanía minimalista de la guitarra resuena
como un oráculo que responde a los últimos remordimientos expresados en líneas
como éstas: “I remember winter / And I
remember strain / Like the sound of your voice, breaking, / These memories and more remain.” Tras
unos minutos de silencio suena el despertador de un reloj, el clamor del nuevo
día que efectivamente reclama nuestro decisivo despertar.
En cuanto
a las versiones en vivo de esta obra completa, hay dos referentes fonográficos
precisos: uno es el vídeo “A Pleasant Shade Of Gray - Live” y el otro es el
doble CD en vivo “Still Life”. El primer ítem fue publicado originalmente en
VHS a inicios de 1998, siendo así que el personal que tocaba sobre el escenario
constaba de Matheos, Alder, Zonder, Vera y el teclista Ed Roth. Vera intensificaba
su presencia en el grupo haciéndose cargo de la producción y filmación del material
visual que complementaba al concepto del álbum dentro del contexto de un
concierto. En una ulterior reedición doble de “A Pleasant Shade Of Gray” se
incluía este vídeo como DVD que acompañaba al CD original: el sello Metal Blade
se encargó de esto en el año 2006. En cuanto a “Still Life”, se trata de un
doble CD en vivo publicado en octubre del mismo año 1998 en el que el primer
volumen estaba íntegramente dedicado al disco conceptual que ahora nos ocupa. En
esta ocasión, el músico invitado a los teclados es Jason Keaser. Como el
segundo volumen contenía temas de discos anteriores, la presencia de otro
guitarrista resultaba obligatoria, por lo que el grupo convocó a Bernie
Versailles para cumplir con ese rol. La idea de comenzar la segunda parte de
este repertorio con una suite tan enorme como ‘The Ivory Gates Of Dreams’ es
bastante osada, pero todo sale bien de acuerdo al buen oficio que siempre
caracterizó a FATES WARNING. Bueno, aquí termina ya nuestra retrospectiva de “A Pleasant Shade Of Gray”: un trabajo creado con ambiciones
musicales tan monumentales y ejecutado con tanto oficio y tanta sensibilidad debe
quedar inscrito en la historia como uno de los discos más relevantes del género
metal-progresivo, aunque en verdad el producto final llegaba a desafiar las
barreras habituales del susodicho género. Posiblemente lo más justo es evaluar su
presencia en la historia del rock de los 90s como una apuesta por un nuevo
talante dentro de la avanzada progresiva de aquel entonces: como sea… ¡qué gran
disco! Sería un grave crimen de la filosofía estética del rock olvidarlo ya que desde este humilde foro virtual
lo reivindicamos como una obra maestra definitiva de FATES WARNING.
Muestras de “A Pleasant Shade Of Gray”.-
Part VIII: https://www.youtube.com/watch?v=oalQl4DXBJU
Parts I & II [en vivo]:
https://www.youtube.com/watch?v=dXDIN4wfIIg
Part
VI [en vivo]: https://www.youtube.com/watch?v=rGzRNfbXhh8
Retrospectiva originalmente publicada en el blog Rock & Prog en el día 2 de setiembre del 2017. Enlace: https://rockandprog.wordpress.com/2017/09/02/fates-warning-20-anos-de-a-pleasant-shade-of-gray/
[Esta
retrospectiva está en cierta medida basada en la reseña originalmente publicada
en La Caja de Música: enlace https://www.dlsi.ua.es/~inesta/LCDM/Discos/fateswarning_apleasantshade.html]
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