HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Un año tremendamente
Tulliano ha estado siendo el 2014 que ya se nos va: un disco nuevo y gira de
IAN ANDERSON, la edición de un DVD en vivo que documenta su gira anterior, y
dos reediciones de lujo de los clásicos “A Passion Play” y “WarChild” bajo el
comando técnico de Steven Wilson. En esta ocasión nos centramos en el mentado
DVD en vivo, “Thick As A Brick – Live In Iceland”, registrado a partir de un
concierto en la capital islandesa de Reykjavík en el 22 de junio del 2012, en
una de las primeras fechas de su gira mundial donde hizo el doble espectáculo
de la inmortal gema progresiva de JETHRO TULL “Thick As A Brick” y su secuela
“Thick As A Brick 2: Whatever Happened To Gerald Bostock?”. Junto a IAN
ANDERSON en sus usuales roles de líder, cantante, flautista y trovador de
guitarra acústica, están el guitarrista Florian Opahle, el baterista Scott
Hammond, el teclista John O’Hara, el bajista David Goodier (también tocando a
veces el glockenspiel) y el actor Ryan O’Donnell aportando mimo, recursos
teatrales varios, canto adicional y algunos sampleos instrumentales. Puesto que
Goodier y O’Hara fueron parte de la alineación de JETHRO TULL en sus últimos
años de actividad, es justo decir que la actual senda solista del maestro IAN
ANDERSON se alimenta del ímpetu de la época crepuscular del gigante progresivo
originado en Blackpool a partir de los aportes de sus compañeros de viaje y no
solamente por el repertorio de sus actuaciones en vivo. Mientras sigue vigente
la gira mundial “Ian Anderson Plays The Best Of Jethro Tull”. Echemos un
vistazo a este DVD en formato Blue-ray “Thick As A Brick – Live In Iceland”
publicado a fines de agosto último por vía de Eagle Records.
Los momentos de mayor
brillantez escénica se concentran justamente durante el desarrollo del mayor
esplendor musical, y por supuesto, nos estamos refiriendo a la parte centrada
en el “Thick As A Brick”. La introducción fílmica con el inicio de la sesión
psicológica del buen Gerald Bostock en manos del doctor interpretado por el
mismo ANDERSON ofrece el monólogo perfecto para el legendario inicio de la
suite Tulliana: “You really did mind, didn’t you?” – una vez puesta en marcha
la maquinaria del grupo sobre el escenario, la dinámica de la pieza original se
muestra con una vivacidad renovada. El rol de Ryan O’Donnell como cantor-mimo
coronado como alter ego monárquico de ANDERSON resulta un recurso idóneo para
no agotar más de la cuenta la ya gastada voz del legendario Bufón de la Gran
Corte Progresiva, y también para dar más campo abierto a sus intervenciones a
la flauta. Un momento particularmente entrañable es la readaptación del gag de
la llamada telefónica. Si en el show original el ring interrumpía un momento
candente del primer pasaje instrumental en 5/4, ahora interrumpe el inicio del
pasaje de boy-scout; quien llama es la violinista Anna Phoebe, la misma que
promete conectarse en dos minutos por vídeo-conferencia de Skype y no seguir
interrumpiendo el momentum musical… y justamente eso es lo que sucede, pues en
la pantalla de fondo surge su imagen en vivo tocando el violín haciendo segunda
voz a las líneas de flauta. Además de cargar a su pequeño hijo, lo cual da un
aire de espontaneidad hogareña, también se ve un momento donde se asoma alguien
disfrazado de ladrón: un guiño a una de las noticias del falso periódico que se
elaboró en la portada de aquel disco del 1972.
Una interesante novedad es el gag que se realiza en el descanso entre las dos partes de la suite original; un simulacro de revisión de la próstata por vía rectal actuado por dos “espontáneos” del público bajo la guía del siempre carismático ANDERSON, culminado con unos consejos prácticos muy serios y la proyección de fotos de estrellas del rock y el jazz que murieron de cáncer a la próstata (entre ellos, HERBIE MANN y FRANK ZAPPA) como parte de las pulsaciones que impulsan el inicio de la segunda parte. Una pregunta obligatoria respecto a la supervivencia de esta segunda parte en el nuevo milenio se refiere a cómo se desempeña el baterista Scott Hammond en su rol de “Barriemore Barlow” durante el solo de batería: podemos responder que el Sr. Hammond se porta muy bien, logra desarrollar un despliegue de fuerza y groove bastante solvente, aun cuando se nota que no llega al nivel del semidios Barlow, pero bueno, eso era de prever. Un detalle más importante aún es la ejecución de la sección renacentista “The poet and the wise man stand behind the gun”, la cual nunca tuvo lugar durante la gira original del 1972 e inicios del 1973. Una buena ocasión para reivindicar este momento, uno de los más mágicos y envolventes de la suite, con un lirismo delicado y bien dibujado – las minúsculas pero relevantes líneas de clavicordio brillan con un fulgor cristalino, y sobre todo, cabe destacar cómo O’Donnell brinda una pasión nueva a su canto de las dos últimas estrofas, llegando a donde ya no llega ANDERSON pero sin imitar su timbre (nos recuerda más bien a un híbrido de PETER GABRIEL y RAY DAVIES).
Una interesante novedad es el gag que se realiza en el descanso entre las dos partes de la suite original; un simulacro de revisión de la próstata por vía rectal actuado por dos “espontáneos” del público bajo la guía del siempre carismático ANDERSON, culminado con unos consejos prácticos muy serios y la proyección de fotos de estrellas del rock y el jazz que murieron de cáncer a la próstata (entre ellos, HERBIE MANN y FRANK ZAPPA) como parte de las pulsaciones que impulsan el inicio de la segunda parte. Una pregunta obligatoria respecto a la supervivencia de esta segunda parte en el nuevo milenio se refiere a cómo se desempeña el baterista Scott Hammond en su rol de “Barriemore Barlow” durante el solo de batería: podemos responder que el Sr. Hammond se porta muy bien, logra desarrollar un despliegue de fuerza y groove bastante solvente, aun cuando se nota que no llega al nivel del semidios Barlow, pero bueno, eso era de prever. Un detalle más importante aún es la ejecución de la sección renacentista “The poet and the wise man stand behind the gun”, la cual nunca tuvo lugar durante la gira original del 1972 e inicios del 1973. Una buena ocasión para reivindicar este momento, uno de los más mágicos y envolventes de la suite, con un lirismo delicado y bien dibujado – las minúsculas pero relevantes líneas de clavicordio brillan con un fulgor cristalino, y sobre todo, cabe destacar cómo O’Donnell brinda una pasión nueva a su canto de las dos últimas estrofas, llegando a donde ya no llega ANDERSON pero sin imitar su timbre (nos recuerda más bien a un híbrido de PETER GABRIEL y RAY DAVIES).
Tras el final de
“Thick As A Brick” llegan las emocionadas ovaciones del respetable, como cabe
esperar… ¡y bien merecidas que son! Pocos minutos antes de que el ensamble
vuelva al ruedo, se proyecta sobre la pantalla una imitación de reportaje sobre
la vida rural, por supuesto en clave de parodia, y con un ANDERSON amulando a
un septuagenario terrateniente que celebra las peculiaridades de la calidad
vida agrícola. El terreno está preparado para la parte del show dedicada a
“Thick As A Brick 2: Whatever Happened To Gerald Bostock?”. En su momento
reseñamos este disco señalando que no lograba mantener la gracia monumental de
la primera obra, pero ahora notamos que su puesta en escena le permite levantar
grandemente sus réditos musicales: toda la parafernalia teatral organizada por
ANDERSON y en la cual el talentoso actor O’Donnell ocupa un rol protagónico le
da una dimensión expresiva interesante a lo que está escrito en las partituras.
Por supuesto, el colorido musical de ‘From a Pebble Thrown’ y su inmediata
extensión instrumental, así como la dupla de ‘Upper Sixth Loan Shark’ y ‘Banker
Bets, Banker Wins’, contienen un solvente atractivo musical muy a tono con la
esencia prog-folk del JETHRO TULL clásico. También se siente un dinamismo
especial en el groove al estilo de marcha de boy-scouts de ‘Wootton Bassett
Town’, el vigor épico de ‘A Change Of Horses’ y la grácil picaresca de ‘Kismet
In Suburbia’: este último caso queda bien sazonado con la aparición de
O’Donnell con su atuendo de sacerdote, asumiendo posturas ceremoniosas y
recogiendo limosna. El final del show está graciosamente marcado por la interrupción
del antes mencionado terrateniente, quien comete el descaro de decir las
palabras finalesde la última canción, y en tono más cordial, presentar a los
músicos. Es obvio el autobombo de ANDERSON, pero también es obvio que el mismo
protagonista de la situación se lo toma a broma.
Dentro de los extras
tenemos una entrevista al buen IAN para un medio periodístico islandés, la
interpretación de ‘Banker Bets, Banker Wins’ en el Montreux Jazz Festival del
2012 – repetimos que se trata de una de las canciones más destacadas del “Thick
As A Brick 2” – y, sobre todo, un entrañable recordatorio del ya desparecido
armonicista suizo y fundador del Montreux Jazz Festival Claude Nobs. Se trata
de un jam muy extenso y muy ameno de ‘Some Day The Sun Won’t Shine For You’, el
mismo que tuvo lugar durante un taller sobre armónica en el blues dirigido por
el mismo Nobs: se ve a Claude disfrutando a sus anchas con ANDERSON y su banda
de apoyo, además de una segunda flautista que también sabe lucirse en varios
momentos. Este clima de alegría y camaradería refleja muy bien el tono
celebratorio que tiene todo el DVD en sí, a través de todas sus secciones. “Thick
As A Brick – Live In Iceland” es un ítem muy pero que muy recomendable, una
revelación inconfundible del nivel de vitalidad y entusiasmo que IAN ANDERSON
todavía tiene dentro de sí y que sigue dispuesto a dejar aflorar a cada momento.
Muestras del DVD.-
Sección de la primera
parte de “Thick As A Brick”: https://www.youtube.com/watch?v=TZpu5Ml1jX8
Banker Bets, Banker Wins: https://www.youtube.com/watch?v=SnVJK3LxwMg
[Dedico esta reseña a
Jackie Suárez con inmenso agradecimiento.]
No comments:
Post a Comment