HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Hoy se da la ocasión de
presentar al grupo franco-canadiense BLITURI y su homónimo disco de debut,
publicado en el pasado mes de octubre. Fundado por Vincent Lechambre en 2013,
el grupo funciona con la siguiente alineación: Lechambre a las guitarras, el bajo
y los sintetizadores; Paul Carter a los clarinetes y el oboe; Zakari Frantz a
los saxofones; Evelyne Ridyard al vibráfono; Lyne Santamaria
al corno; Louis-Michel Tougas a la batería y las percusiones. El mundo musical
de BLITURI está enmarcado dentro del universo del rock-in-opposition, fielmente
educado bajo las pautas de la vieja escuela francófona de UNIVERS ZERO y
PRESENT, además de enlazarse con los aportes desarrollados por entidades más
actuales como la nueva institución veterana MIRIODOR y ensambles notables como
ROUGE CIEL y SCHERZOO. El fondo del asunto es que los BLITURI encarnan una
propuesta intensa y estupenda dentro del escenario actual del
rock-in-opposition, absorbiendo varias influencias de diversos legados
progresivos con suficiente creatividad como para forjar una voz propia a partir
de ellas; veamos cómo se traduce esto en el repertorio de su disco homónimo.
‘Snark’ abre el álbum con una
musculatura potente y avasalladora, una dinámica muy pertinente y muy efectiva
a la hora de elaborar los desafiantes juegos de disonancias que conforman los
motivos centrales de la pieza. Con la instauración de algunos interludios
calmos y un manejo sensacional de síncopas complejas en la armazón rítmica, la
pieza logra plasmar un perfecto retrato sonoro de exquisita tensión. Pasando a
un momento más relajado y lírico, ‘Gambit’ nos ofrece un relativamente breve
ensueño sereno (dura poco menos d 2 minutos). La siguiente dupla de ‘Dunning-Kruger’
y ‘Acumen’ sirve para que el ensamble afiance su sentido de aventura con una
consistencia inapelable. ‘Dunning-Kruger’ tiene la misión de volver a los
recursos de sistemática tensión con las cuales había comenzado el repertorio,
solamente que ahora se da una dosis mayor de solemnidad. Por su parte, ‘Acumen’
nos lleva hacia instancia de señorial majestuosidad en un bosque sonoro donde
cohabitan brumosos misterios y neuróticas densidades: a través de la chocante
magnificencia de la compleja partitura, los músico de BLITURI dan algo de
rienda a influencias de HENRY COW (etapa del “Western Culture”) y KING CRIMSON.
Una mención especial debe ir para la perversa arquitectura desplegada en el
solo de guitarra, estratégicamente acompañada por efluvios de los vientos.
‘Intersatz’ es un breve ejercicio de canon guiado por el trío de vientos con una
refrescante soltura inteligentemente transmitida a los demás instrumentos; es
como un rato de simpática luminosidad que debe preceder a as otoñales y
grisáceas atmósferas que predominan en el siguiente tema, titulado ‘Abilene’,
una composición signada por una ingeniería constreñida donde la sensación de
reposo y el aura de misterio se funden en una sola energía expresiva.
‘Hispide Ramsaak’ es una pieza muy
amena que empieza con un ejercicio rockero donde se balancean los legados de
KING CRIMSON y HENRY COW, para luego tornarse a un dramático ejercicio
deconstructivo muy propio de la rebeldía académica de la musique concrete. Los
últimos 11 minutos y pico del álbum están ocupados por ‘Riddoch’. Siendo el
tema más largo del disco, es una óptima oportunidad para hacer una síntesis
final de los últimos temas del mismo, y en efecto, eso es lo que sucede aquí
hasta cierto punto: vemos que hay una sección rockera vibrante, un largo pasaje
marcado por abstracciones cacofónicas, y unos ornamentos posteriores sobre este
mismo pasaje donde se manifiesta un minimalismo etéreo, casi convocando a las
almas del limbo a contarnos algunos de sus más tristes secretos. El aura de vitalidad que se trasluce potentemente a través de esta atmósfera de ígneo abandono se convierte en una manifestación de majestuoso desasosiego desarrollada con genial nervio por parte de los involucrados.
En conclusión, BLITURI se erige en una presencia gravitante dentro del momento actual de la experimentación prog-vanguardista franco-canadiense. Apreciamos a “Blituri” como un catálogo de aventuras sónicas mayúsculas que nos deja impacientes para apreciar más obras de este grupo en el futuro próximo.
Muestras de
“Blituri”.-
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