Friday, December 04, 2015

Nuevos mecanismos y estrategias para seguir aumentando el corpus de DECIBEL


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

El año 2015 supone una nueva instancia para el inacabable corpus de DECIBEL, leyenda viviente de la avanzada progresiva mexicana desde fines de los 70’s. Este ensamble  actualmente opera como trío, con Alex Eisenring, Carlos Robledo y Walter Schmidt tocando sintetizadores, guitarras, bajo y recursos electrónicos. DECIBEL siempre se ha caracterizado por establecer un lenguaje musical muy osado donde se combina rock-in-opposition, electrónica de inspiración krautrockera, exploraciones psicodélicas de formas libres y las tendencias de la academia posmoderna desde John Cage en adelante, y ahora esta propuesta goza de una nueva vitalidad. Lo que nos brinda “Insecto Mecánico” es un ítem doble de gran factura: de hecho, aquí se recoge dos conceptos en uno, siendo el primer volumen bautizado como “Reliquias” y el segundo como “Premoniciones”. Con una miríada de excelsos colaboradores como Carlos Alvarado [percusión], Javier Baviera [saxo tenor], Elliot Levin [saxo tenor y flauta], Ramsés Luna [Wind Midi y saxo soprano], Víctor Robledo [violín], Juan Carlos Ruiz [fagot] y Carlos Vivanco [guitarra y sintetizador], el ensamble realmente está dispuesto a funcionar como algo “más grande” que sí mismo, creando diversas dialécticas en pos de motivar la gestación de la armazón sónica adecuada para cada momento. Esto repercute en la instauración de claves de jazz contemporáneo y pop electrónico en ciertas instancias, lo cual nos lleva al área de un  efectivo eclecticismo. Bueno, vayamos a los detalles de este opus, ¿vale? 


El primer volumen se abre con la pieza que da título a toda la obra: ‘Insecto Mecánico’ muestra de frente un vigor vitalista y extravagante que nos remite al ZAPPA del “Jazz From Hell” y a los primeros discos de los BIRDSONGS OF THE MESOZOIC. En medio del ensamblaje de orquestaciones sintetizadas y secuencias rítmicas programadas, los alucinados solos de guitarra se asientan cómodamente en su bizarro diálogo con los vientos (aportes de saxo tenor y flauta a cargo del invitado Levin). ‘El Eclipse’ va por otro lado y se encuadra en un compás crepuscular de tenor jazzero. Aunque el clima general es más sosegado, la ocasión se muestra propicia para desarrollar texturas inquietantes y grisáceas, y claro que el ensamble y sus invitados de turno – Baviera al saxo tenor y Vivanco a la guitarra – aprovechan la ocasión con gusto. Siendo así que las bases armónicas de los sintetizadores resultan bien asentadas en el núcleo temático, los ornamentos de guitarra, saxo y sintetizador se suceden en una complicidad abstracta efectiva. Pasando a un terreno más adecuado a la electrónica contemporánea e hibridizando este recurso con factores del nu-jazz, ‘Mahabarata’ gesta un momento de pura extroversión que resulta bastante útil para prepararnos ante el arribo de la épica composición ‘Le Vampire Glacé’. En efecto, este tema de casi 9’20” de duración nos lleva hacia un minimalismo intenso diseñado para celebrar la persistencia del orden cósmico en las fronteras de la vida y la muerte. La solemnidad patente en el motif reiterativo exhibe elocuentemente el legado recibido de la primera generación del krautrock electrónico (TANGERINE DREAN, CLUSTER). ‘El Otoño En Pekín’ elabora un atractivo ejercicio de electrónica en una dinámica chill-out, mientras que ‘Anémic Cinema’ se centra en deconstrucciones abstractas donde los efectos sintetizados y samplers de ruidos callejeros se hermanan en un caos reconstruido. El volumen 1 se completa con ‘La Estrella Del Mar’, pieza compuesta por Eisenring y que dura casi 16 minutos. Gestando una confluencia de climas cósmicos al estilo kraut, sutilezas atmosféricas de inspiración space-rockera y vibraciones Crimsonianas en las intervenciones de la guitarra (otra vez, a cargo de Vivanco), ‘La Estrella Del Mar’ motiva una confluencia de lo épico y lo misterioso dentro de una amalgama sonora que se muestra inapelablemente fastuosa. También la presencia de Alvarado motiva un foco importante para el esquema percusivo de la pieza.


Vamos ahora al segundo volumen, “Premoniciones”, el cual se inicia con ‘El Color Que Cayó Del Cielo’, una pieza notoriamente recargada de dinamismos electrónicos donde confluyen el nu-jazz y los inmortales ecos del krautrock sintetizado. Explotando a fondo las vibraciones tan peculiares del compás de 11/8 y sacando buen provecho de los aportes que brindan Vivanco a la guitarra y Levin al saxo tenor, los DECIBEL se aseguran de contar con la arquitectura sónica idónea. Acto seguido, ‘En El Abismo’ nos remite a un terreno musical muy distinto, el del rock-in-opposition con inspiración en los paradigmas de UNIVERS ZERO y ART ZOYD. El fagot de Ruiz sabe imponer su propio carácter en medio de las majestuosas orquestaciones orquestadas creadas por sus egregios anfitriones; Vivanco, por su parte, hace su cuarta de cinco apariciones especiales, esta vez añadiendo aportes de sintetizador. ‘Ley De Murphy’, acto seguido, explora más a fondo los parámetros rebeldes del posmodernismo y se adentra entusiastamente en las aguas de la musique concrete, creando imágenes sonoras de nieblas informes y vibraciones desarticuladas que se van sucediendo en un espacio de 5 ¼ minutos. Un cambio drástico se da cuando emerge ‘Flamel’s Bebop’, una pieza que recurre a la remodelación electrónica de grooves be-bop bajo las coordenadas del nu-jazz dentro de unas pautas chill-techno-pop. ‘Blavatsky’ regresa a los palacios de grandilocuencia cósmica que ya apreciamos anteriormente en ‘La Estrella Del Mar’ y ‘Le Vampire Glacé’, con una mayor inclinación hacia el predominio de texturas etéreas que se dio en la segunda de estas piezas mencionadas. El violín de Robledo se asocia fluidamente con los demás ítems del bloque sonoro. Durando poco más de 10 ½ minutos, ‘Thot «Como Es Arriba, Así Es Abajo»’ nos regresa al terreno del rock-in-opposition en su primera sección, centrándose en lo sombrío y lo inescrutable; la segunda sección vira hacia el paradigma del nu-jazz, logrando con ello darle una vitalidad renovada a las atmósferas centrales con las que se había iniciado el tema. La conclusión del disco llega con ‘Finis Gloriae Mundi’, composición que dura 8 ½ minutos: su estrategia consiste en expandir sus recursos sónicos para reflejar y ornamentar con ingenioso rebuscamiento las innumerables columnas y paredes que pueblan el mundo moderno. 

  

La experiencia de “Insecto Mecánico” ha sido prolongada y consistente, y eso se debe a la manera que tiene el personal de DECIBEL de dirigir y organizar su entusiasta eclecticismo dentro de una apuesta robustamente coherente. Desde el concierto de presentación del mismo que tuvo lugar el pasado 15 de mayo en algún lugar de México, este disco entró por la puerta grande en el catálogo de la música progresiva más interesante del año 2015. Lo que nos han regalado Eisenring, Robledo y Schmidt es un trabajo redondo que merece toda la atención de amantes y coleccionistas de música experimental.


Muestras de “Insecto Mecánico”.-


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