Hoy
se da el turno de presentar al grupo español URSA, formado en el año 2013 con
la meta de crear y desarrollar un régimen de vigor sofisticado dentro de la
avanzada rockera de su país en los tiempos actuales. Su propuesta musical se
focaliza en una sólida y aguerrida confluencia de psicodelia, space-rock y
stoner, dentro de un entramado post-metalero de genuina grandilocuencia progresiva.
Formado en la localidad catalana de Terrassa, este estupendo trío instrumental
conformado por el baterista Robert, el bajista Pol y el guitarrista Marcos nos
brinda un disco debut excitante y exultante titulado “Nulla”, el cual vio la
luz a inicios del pasado mes de marzo. La banda cita a TOOL, DREAM THEATER,
RUSSIAN CIRCLES e INCUBUS como influencias saltantes en su página de Facebook,
y esto nos puede dar una idea del tipo de vigor incendiario que el trípode de
URSA está dispuesto a brindarnos con esta carta de presentación: pero ante
todo, lo que debemos apreciar en el repertorio de “Nulla” es la forma en que el
grupo estimula y alimenta su vitalidad propia a través de sus saberes previos.
Durando
8 ½ minutos, ‘I’ inaugura el viaje musical de URSA con un despliegue homogéneo
y total de vigor rockero que se ve obligado a afilar sus aristas más elegantes
a fin de acomodarse plenamente al complejo compás de 7/8 que el grupo ha
escogido inicialmente para el encuadre del bloque sonoro. En el interludio que
sigue a continuación entra a tallar una oportuna dosis de vibraciones metaleras
desde donde el grupo gesta un clímax aparatoso. Mientras se alternan pasajes
explícitos y otros más sutiles, se prepara el terreno para impulsar el momentum
electrizante con el cual habrá de terminar esta pieza inicial. Lo que suena nos
remite en buena medida a una encrucijada entre los paradigmas de RUSSIAN CIRCLES
y el colectivo compatriota de JARDÍN DE LA CROIX. A continuación sigue ‘III’
(no ‘II’, el cual se deja para el final). Siendo la pieza más extensa del álbum con su
espacio de más de 10 ¼ minutos, es obvio que está diseñada para ostentar una
personalidad monumental, y en efecto, cumple cabalmente con su cometido:
estándares del Crimsonismo (paradigmas del 73-74 y de los 80s), el prog-metal (a
lo SCALE THE SUMMIT), la tradición stoner y el patrón del post-rock en su
versión más aguerrida (a lo RED SPAROWES) se van alternando en una ingeniería sonora
incandescente. La banda va paseándose por los diversos recovecos multitemáticos
con una agilidad incombustible. ‘III’, con su aplomo para encapsular las compulsiones
eclécticas que laten en el espíritu grupal de URSA del modo en que lo hizo, ha conquistado un genuino y decisivo cénit para el álbum. El turno de ‘IV’ es uno de
exploración continua del vigoroso e incandescente eclecticismo que se ha
desarrollado con rotunda majestuosidad en ‘II’, por lo que vamos en camino
celebratorio hacia una perpetuación de la cima musical en curso. El cuerpo central creado para la ocasión da un
lugar preferente a climas flotantes heredados de la faceta más exquisita del
space-rock (algo así como un híbrido de los escandinavos de CAUSA SUI y un
BLACK SABBATH matizado con brochazos Floydianos), siendo así que el grácil groove aportado por la dupla rítmica
brinda el esquema arquitectónico idóneo para el caso, un caso de stoner progresivamente sofisticado. Por supuesto, también hay pasajes directamente rudos
donde la banda sigue elaborando recursos de ácida excitación, así como otros
donde el grupo explora sonoridades más constreñidas: en estas últimas se
cultiva un paisaje apropiado para asentar una atmósfera reflexiva sin renunciar
por ello al punche rockero. De hecho, este punche sigue haciéndose presente con
el fin de motivar una sección final moderadamente colorida.
‘V’
comienza con un retazo flotante de carácter cósmico que en realidad es una compresión
de energía que termina estallando a todo dar: desde antes de traspasar la
frontera del segundo minuto hemos pasado de la calma nebulosa a la
conflagración antagonista, algo que se nos devela como el recurso que
necesitaba la banda para instaurar el primer cuerpo central de la pieza, muy
obediente del estándar del post-metal con su motif recurrente y su nervio
particular en el terso esquema rítmico. Las cosas se intensifican un poco a
partir de la barrera del quinto minuto, lo cual es un puente hacia el inicio de
una vía hacia el fragor señorial que consigna las vibraciones centrales del
último motif. Podemos notar aquí alguna presencia del impacto
de los PORCUPINE TREE en su faceta más aguerrida, así como aires de familia con
bandas compatriotas como EL PÁRAMO y DOMO... aunque también es justo señalar que estas últimas confluencias aquí mencionadas ya han estado presentes en nuestra aproximación a otras piezas precedentes del álbum. Las capas cósmicas iniciales regresan para la coda, pero con un
matiz amenazante que recoge tanto el impacto de lo acaecido en ‘V’ con la misma
prestancia con la que anuncia la ulterior luminosidad de ‘II’. Como dijimos
anteriormente, ‘II’ es la sección a cargo de cerrar el repertorio del disco y
se puede decir que su leitmotiv se centra en una síntesis de los elementos y
atmósferas más saltantes que se han elaborado en las cuatro piezas
precedentes. Su
inicio es ágil y etéreo a la vez, siendo así que el compás de 7/8 que empieza
imponiendo su supremacía ayuda a crear una aureola de sofisticación para el llamativo
groove en curso. Un poco más adelante, la banda empieza a asentar un esquema
rítmico más diverso mientras va marchando en una impoluta ilación de pasajes
aguerridos y delicados con una fluidez impecable. Las confluencias con las
líneas de trabajo de bandas como TÉ, RUSSIAN CIRCLES y TOWN PORTAL se hacen
notar mientras el trío construye un sendero sonoro que finalmente ha de
detenerse en un clímax fiero delineado por un meticuloso lirismo.
En fin, ahora que hemos recorrido el repertorio
íntegro de “Nulla” podemos apreciarlo como una sólida declaración de principios
de parte de URSA sobre el vigor nuevo que el trío en cuestión está preparado para aportar dentro del variopinto y siempre inquieto mundo de la vanguardia rockera española. Recomendamos este disco al 100% por ser expresión de fuerza total: los URSA son músicos cuya pista vale la pena seguir.
Muestras
de “Nulla”.-
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