Friday, May 26, 2017

CHEER-ACCIDENT o la música progresiva como refuerzo de la vida


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Buenas noticias desde la zona estadounidense de las barricadas del rock progresivo de alta vanguardia: la gente de CHEER-ACCIDENT acaba de publicar su nuevo disco “Putting Off Death” por vía del sello Cuneiform Records: más exactamente, el 12 de mayo pasado. El núcleo performativo de CHEER-ACCIDENT se centra en la tríada conformada por Jeff Libersher [guitarra eléctrica, trompeta, teclados y canto], Dante Kester [bajo y teclados] y Thymme Jones [batería, piano, trompeta, teclados, guitarras acústica y eléctrica, sintetizador Moog, efectos de sonido y canto]. El repertorio creado por el grupo para esta ocasión se beneficia mucho con los aportes que añaden las cantantes Carmen Armillas, Teria Gartelos y Sacha Mullin, la violinista Julie Pomerleau, la flautista Beth Yates, así como un nutrido ensamble de metales (Mike Hagedorn al trombón, Cory Bengtsen al saxo barítono, Joan Morrone al corno francés, Ross Feller al saxo tenor, y el dúo de Rob Pleshar y Todd Fackler a las tubas). Ya habían pasado seis años desde su trabajo anterior “No Ifs, Ands Or Dogs”, y la verdad que estábamos extrañando mucho a esta banda que nos había complacido en épocas anteriores con discos tan estupendos como el que acabamos de mencionar, “Introducing Lemon” (2003), y “Fear Draws Misfortune” (2009). En lo referente a las actividades sobre los escenarios, el grupo acaba de iniciar una gira que intermitentemente se realizará entre mediados de mayo hasta el mes de setiembre, incluyendo países europeos como Alemania, Francia y Suiza en su periplo. Algunos conciertos incorporan como banda telonera a FREE SALAMANDER EXHIBIT. La alineación de CHEER-ACCIDENT para estos eventos está conformada por el cuarteto de Kester (bajo y teclados), Libersher (guitarra, voz, trompeta y teclados), Jones (batería, voz, piano, trompeta y efectos de sonido) y Amelie Morgan (teclados, voz y oboe). Todo esto promete mucho en cuanto a lo que es la disposición de solvente riqueza sonora para dinamizar el sentido del arte dentro del lenguaje del rock, algo fundamental para el ideal de la música progresiva de ayer y hoy. Por ahora, fijémonos en los detalles de este nuevo disco “Putting Off Death”, ¿vale?



La pieza que abre el disco es también la más extensa del mismo: dura casi 11 ½ minutos y se titula ‘Language Is’. Comenzando con una base voz y piano, la canción abre un amplio campo para una languidez densa que se refuerza al poco rato con el aumento del núcleo instrumental. El aire de dejadez emocional se sitúa a medio camino entre el misterio y la melancolía hasta que un rotundo viraje a un clima de tensión aguerrida y oscurantista entra a tallar con brillante insolencia a poco de superada la barrera del tercer minuto y medio. A partir de allí, el ensamble se dispone a navegar cómodamente a través de las oscurantistas aguas de los paradigmas de UNIVERS ZERO, GUAPO y sus propios compatriotas de THINKING PLAGUE. En ciertos pasajes, el ahora reinante oscurantismo se retuerce en su propia pesadez como si estuviese ocurriendo una guerra civil del sonido. Un segundo viraje temático que tiene lugar antes de llegar al séptimo minuto y medio nos lleva a un nuevo pasaje que suena a una irreverente traducción Zappiana del estándar de THE BEATLES ‘I Am The Walrus’: los arreglos de bronces ostentan una aureola traviesa mientras que el bloque instrumental está sujeto al arribo de cualquier interferencia radical que deconstruya todo sin una molécula de misericordia; es justamente la última interferencia la que se encarga de clausurar la pieza. Tras este grandilocuente ejercicio de variados dinamismos avant-progresivos debe aparecer un tema que pueda soportar la carga de esta herencia inmediata… y ese tema es ‘Immanence’. El caso de ‘Immanence’ es uno de lirismo grácil y etéreo, al modo de una canción serena gestada desde un amable juego de disonancias que se deja transportar sobre un llamativo groove pop-rockero. Si imaginamos una canción perdida de KATE BUSH de su etapa 82-85 que ha sido remodelada por unos COCTEAU TWINS movidos por su lado romántico, pues nos podemos hacer una buena idea de a qué suena ‘Immanence’. En la ilación de estos dos primeros temas de “Putting Off Death” hemos gozado de un cénit continuo que se ha extendido por más de 15 ½ minutos. 

Los siguientes 7 ½ minutos del disco están ocupados por la dupla de ‘Wishful Breathing’ y ‘Falling World’: la verdad que los títulos de por sí son muy llamativos, testimonios de la faceta más angustiada del nihilismo. Básicamente, ‘Wishful Breathing’ se encarga de reiterar las acentuaciones etéreas esenciales de la canción precedente mientras emplea un incrementado vitalismo deconstructivo en su desarrollo temático. Elaborando inquietas atmósferas flotantes al modo de un híbrido entre los CAN del último disco y el modelo de los ART BEARS del periodo del “Winter Songs”, los CHEER-ACCIDENT logran crear algo muy raro: una semi balada para tiempos post apocalítpicos. Por su parte, ‘Falling World’ se enfila por un sendero más adusto donde los fieros guitarreos espartanos y las bizarramente cálidas vibraciones de la dupla rítmica gestan un puente entre la arrogante perspicacia de THIS HEAT y la oscura visceralidad de PRESENT. ‘More Or Less’ desarrolla una labor de amena corrosión de ritmos y ambientes tropicales bajo una premisa avant-progresiva dentro de una ingeniería sonora evocativa que nos hace recordar un poco a lo que hacían los KAYO DOT durante su fase 2010-2012. Con la dupla de ‘Lifetime Guarantee’ y ‘Hymn’ llegamos a las instancias finales del disco: doce minutos y pico de exquisita gloria musical que construyen otro clímax fundamental para el repertorio integral, esta vez afincado en las aristas más centradamente melódicas del versátil ideario grupal. Es hora de dejar que impere el lirismo expresionista. En efecto, ‘Lifetime Guarantee’ desarrolla un entusiasta viaje polícromo donde las musicalidades en curso exponen una fastuosidad relativamente contenida, muy al estilo sinfónico. La sección cantada inicial fluye con holgada soltura mientras que los complejos pasajes posteriores se van ajustando a través de una ingeniería juguetona que, no siendo ajena a cierta densidad extravagante, se siente mayormente jovial. Finalmente, ‘Hymn’ se explaya en un esquema jazz-rockero semilento para su cuerpo central: el canto emana una inocultable aura nostálgica mientras el bloque instrumental gesta un engarce sobrio y, en cierta forma, etéreo. Hay un breve pasaje en el que la orquestación amenaza con inundarnos con una terrorífica neblina, pero en realidad se trata solo un momento de nerviosa intensidad en medio del predominante relax contemplativo.

Todo esto fue “Putting Off Death”, una inspirada declaración de principios de parte del personal de CHEER-ACCIDENT sobre la urgencia que tiene reforzar la vida desde el posicionamiento estético de la música progresiva. Tal vez sea éste el mejor disco que este veterano grupo haya hecho hasta la fecha, pero por ahora nos conformamos con dictaminar que se trata de una de las obras más notables del rock artístico publicado en el año 2017: dura menos de 40 minutos pero se trata en verdad de un disco muy grande.


Muestras de “Putting Off Death”.-

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