HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR
INCA.
Hoy nos ponemos en plan explorador de la
vanguardia electrónica y descubrimos el disco “Flux”, creado por la asociación
del dúo polaco KAPITAL y el maestro francés RICHARD PINHAS. KAPITAL es el dúo
conformado por Rafał Iwański [sintetizador análogo, pads percusivos, máquina de
ritmos, PC Wave y efectos] y Jakub Ziołek [sintetizador análogo, bajo, PC Wave
y programación de ritmos]. Por su parte, RICHARD PIHNAS es un veterano absoluto
de la avanzada progresiva electrónica desde la primera mitad de los 70s con su
proyecto HELDON y también con una nutrida carrera solista que cuenta con varias
asociaciones ocasionales con otras mentes experimentales de diferentes partes
del mundo. Aquí, PINHAS está armado con su guitarra, un loop station y algunos
aparatos para efectos sonoros. Lo que tenemos específicamente en “Flux” es el
resultado del encuentro entre los tres músicos aquí presentes en la ciudad
polonesa de Cracovia durante el Unsound Festival, en octubre del año 2014: lo
hecho en la susodicha actuación se aumenta con un temas grabado un mes antes en
el estudio, y lo que se nos muestra en este disco también abarca grabaciones adicionales
hechas entre enero y agosto del 2017 para reemplazar algunos esquemas sonoros
que no quedaron bien registrados en esa actuación de octubre. Instant Classic
es el sello que asume la misión de publicar este trabajo en CD en este mismo
mes de marzo, un trabajo que dialoga de cerca con el krautrock y que también sirve para resucitar algunas pautas esenciales de lo que en su día fue HELDON. Veamos ahora los detalles de “Flux” para aclarar esta pauta descriptiva y ampliar nuestros patrones explicativos de esta magnífica obra.
Ocupando los primeros 6 minutos del repertorio,
‘Des Plaisirs Plus Aigus Que La Glacé Et Le Fer’ pone las cosas en marcha con buen pulso. Sus primeros instantes están marcados por una clave serena, apoyándose en una dulcemente lánguida capa de sintetizador, mas esto no dura mucho pues el vendaval de retazos de guitarra y ornamentos cósmicos de teclado emergen al poco rato para establecer una arrebatada inundación psicodélica. Todo se desarrolla de una forma muy controlada, ostentando una majestuosidad poderosa.
Durando poco más de 7 ¼ minutos, ‘Zona Electronica’ exhibe una ingeniería garbosa a través de su motivadoramente fría arquitectura, una apertura de horizontes sonoros que guardan algo de la festividad de un nuevo mundo que amanece pero también el aura amenazante de eso que crece destruyendo todo a su paso. Esta pieza se expande grácilmente a lo largo de sus continuas vueltas en torno al motif básico mientras el ritmo computarizado impone una razonable dosis de contagioso vigor al asunto. La pieza homónima es la segunda más extensa, durando poco menos de 9 ¾ minutos y resulta ser un cénit decisivo y definitorio del disco, un ejemplo de cómo el esquema de trabajo prog-electrónico es capaz de gestar genuina grandeza y fidedigno señorío. Los diferentes motivos que se van sucediendo hallan un encauzamiento común dentro del excelsamente elegante esquema sonoro que arma el trío. Con intensos acercamientos a los TANGERINE DREAM de la fase 74-77 y a los HELDON de los dos últimos discos, el ensamble exhibe un arquetipo de vitalismo electrónico con claros indicios aristocráticos. Cuando se da el arribo de ‘Unicum’, el trío despliega un lirismo relativamente relajante mientras abre espacios para el establecimiento y el ulterior reforzamiento de un llamativo groove cibernético. La esencia de la máquina se reviste de hidalguía para facilitar la emergencia de un tenor sólidamente envolvente en los climas abstractos que van crecientemente prodigando su propio enriquecimiento.
Durando poco más de 7 ¼ minutos, ‘Zona Electronica’ exhibe una ingeniería garbosa a través de su motivadoramente fría arquitectura, una apertura de horizontes sonoros que guardan algo de la festividad de un nuevo mundo que amanece pero también el aura amenazante de eso que crece destruyendo todo a su paso. Esta pieza se expande grácilmente a lo largo de sus continuas vueltas en torno al motif básico mientras el ritmo computarizado impone una razonable dosis de contagioso vigor al asunto. La pieza homónima es la segunda más extensa, durando poco menos de 9 ¾ minutos y resulta ser un cénit decisivo y definitorio del disco, un ejemplo de cómo el esquema de trabajo prog-electrónico es capaz de gestar genuina grandeza y fidedigno señorío. Los diferentes motivos que se van sucediendo hallan un encauzamiento común dentro del excelsamente elegante esquema sonoro que arma el trío. Con intensos acercamientos a los TANGERINE DREAM de la fase 74-77 y a los HELDON de los dos últimos discos, el ensamble exhibe un arquetipo de vitalismo electrónico con claros indicios aristocráticos. Cuando se da el arribo de ‘Unicum’, el trío despliega un lirismo relativamente relajante mientras abre espacios para el establecimiento y el ulterior reforzamiento de un llamativo groove cibernético. La esencia de la máquina se reviste de hidalguía para facilitar la emergencia de un tenor sólidamente envolvente en los climas abstractos que van crecientemente prodigando su propio enriquecimiento.
La actuación termina con ‘Welcome To Fear City’,
monumental pieza que dura casi 11 minutos. Tenemos aquí el ítem más acuciosamente denso del repertorio, y también otro cénit. Las primeras instancias están ahogadas en una atmósfera de pura expectativa donde los sonidos aleatoriamente van tanteando el momento en que puedan asociarse con el fin de crear un epicentro bien definido. Dicho y hecho: a poco de pasada la frontera del cuarto minuto y medio, el trío concentra sus energías creativas sobre la base de un llamativo compás computarizado. Una vez desaparecido este compás, el grupo regresa a la indefinición expectante, pero esta vez con un acento minimalista más marcado y un manejo más agresivo de las inquietantes texturas creadas para este momento específico: así queda signada la coda, apelando a un paisaje sonoro donde los centelleos brindan una rara especie de oscurantismo. El abrupto final aumenta la sensación fatalista que se crea en este decisivo pasaje final. El bonus de estudio se titula ‘Terminus’ y lo pertinente de su presencia en este lugar del disco radica principalmente en su manera tan contundente de sintetizar los aspectos más vigorosos y ácidos de la propuesta sonora del trío. La secuencia rítmica enfatiza poderosamente el aspecto maquinista de lo electrónico, con lo cual se brinda un dinamismo áspero a la ansiedad futurista reinante. Un gran final para un estupendo disco: “Flux” es un disco exquisito en el que la asociación de KAPITAL y RICHARD PINHAS ha rendido magníficos frutos musicales. ¡No vale perderlo de vista!
Muestra de “Flux”.-
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