HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Tenemos hoy la gozosa nueva de que el ensamble avant-progresivo argentino BUBU ha concretado la publicación de su nuevo disco de larga duración “El Eco Del Sol”, disco destinado a reactivar la nostalgia y remodelar el legado de su legendario disco de hace 40 años “Anabelas”, todo un clásico del rock progresivo latinoamericano. La algarabía es absoluta y muy bien justificada. Desde que el maestro Daniel Andreoli decidiera resucitar y reimpulsar la idea de BUBU hace unos cuantos años, las nuevas ideas musicales se han ido generando con una efervescencia mágica muy intensa y muy peculiar. Los primeros frutos concretos se plasmaron en el EP “Resplandor” que se publicó en abril del 2016.* Dicho ítem contenía tres piezas, las mismas que vuelven a salir al frente para formar parte de la serie de ocho composiciones con los que se arma el repertorio de “El Eco Del Sol”. El ensamble nuclear de BUBU está integrado por el antes mencionado maestro Daniel Andreoli [bajo y composición], Federico Silva [guitarras eléctrica y acústica], Julián Bachmanovsky [batería], Virginia Maqui Tenconi [teclados y dirección de coros], Alvar Llusá Damiani [violines eléctrico y acústico], Juan Ignacio Varela [saxo tenor] y Emilio Tomás Ariza [flauta traversa]. Además, están las intervenciones de los invitados Lucas Aguirre a la voz, Manuel De La Cruz Zambrano, a la percusión; Pablo Murgier, a los teclados, y; Aníbal Domínguez, a la flauta traversa. No solo eso, sino también aparece un ensamble coral bastante nutrido que incluye a Óscar Amaya, Agostina Tudisco, Ana María Battezzati, Pablo Mancuso, Emilio Tomás Ariza, Florencia Stefanelli, Abigail D’Angiolillo, Paula Liffschitz y Tina Haus. Este disco que tenemos en nuestras manos fue grabado en Casa Frida en el mes de febrero del año 2017, y ahora se ha oficializado su salida al mercado en el día 10 de setiembre del presente año 2018. Tal como lo anuncia el grupo en sus redes sociales, “de esta manera renace una semilla proveniente del sol y hace resonar un eco infinito.” Cabe adelantar que este disco encarna a la perfección un aire de coherencia y continuidad respecto al legado de “Anabelas”, a la par que añade algunos elementos rejuvenecedores dentro del ecléctico dinamismo avant-progresivo que es esencial para BUBU. A este grupo siempre lo conocimos como un original híbrido de Crimsoniamo, factores Zappianos, chamber-rock y jazz… y así sigue siendo en esta etapa de pletórica resurrección. Bueno, veamos ahora los detalles de “El Eco Del Sol”.
Tenemos hoy la gozosa nueva de que el ensamble avant-progresivo argentino BUBU ha concretado la publicación de su nuevo disco de larga duración “El Eco Del Sol”, disco destinado a reactivar la nostalgia y remodelar el legado de su legendario disco de hace 40 años “Anabelas”, todo un clásico del rock progresivo latinoamericano. La algarabía es absoluta y muy bien justificada. Desde que el maestro Daniel Andreoli decidiera resucitar y reimpulsar la idea de BUBU hace unos cuantos años, las nuevas ideas musicales se han ido generando con una efervescencia mágica muy intensa y muy peculiar. Los primeros frutos concretos se plasmaron en el EP “Resplandor” que se publicó en abril del 2016.* Dicho ítem contenía tres piezas, las mismas que vuelven a salir al frente para formar parte de la serie de ocho composiciones con los que se arma el repertorio de “El Eco Del Sol”. El ensamble nuclear de BUBU está integrado por el antes mencionado maestro Daniel Andreoli [bajo y composición], Federico Silva [guitarras eléctrica y acústica], Julián Bachmanovsky [batería], Virginia Maqui Tenconi [teclados y dirección de coros], Alvar Llusá Damiani [violines eléctrico y acústico], Juan Ignacio Varela [saxo tenor] y Emilio Tomás Ariza [flauta traversa]. Además, están las intervenciones de los invitados Lucas Aguirre a la voz, Manuel De La Cruz Zambrano, a la percusión; Pablo Murgier, a los teclados, y; Aníbal Domínguez, a la flauta traversa. No solo eso, sino también aparece un ensamble coral bastante nutrido que incluye a Óscar Amaya, Agostina Tudisco, Ana María Battezzati, Pablo Mancuso, Emilio Tomás Ariza, Florencia Stefanelli, Abigail D’Angiolillo, Paula Liffschitz y Tina Haus. Este disco que tenemos en nuestras manos fue grabado en Casa Frida en el mes de febrero del año 2017, y ahora se ha oficializado su salida al mercado en el día 10 de setiembre del presente año 2018. Tal como lo anuncia el grupo en sus redes sociales, “de esta manera renace una semilla proveniente del sol y hace resonar un eco infinito.” Cabe adelantar que este disco encarna a la perfección un aire de coherencia y continuidad respecto al legado de “Anabelas”, a la par que añade algunos elementos rejuvenecedores dentro del ecléctico dinamismo avant-progresivo que es esencial para BUBU. A este grupo siempre lo conocimos como un original híbrido de Crimsoniamo, factores Zappianos, chamber-rock y jazz… y así sigue siendo en esta etapa de pletórica resurrección. Bueno, veamos ahora los detalles de “El Eco Del Sol”.
‘Resplandor’ abre el álbum
ocupando un espacio de 3 ¾ minutos. Un hermoso y esplendoroso arreglo coral transita por las sílabas de la cantata inicial con una fluidez hipnotizadora, asentando así las bases para el aguerrido armazón instrumental que ha de instalarse al poco rato para completar un exquisito epílogo bárbaro. El cuerpo central vira convincentemente hacia un esquema de trabajo posado sobre un compás ceremonioso, alternando pasajes sobrios con otros más explícitamente tensos. Los neuróticos golpes finales iniciados por el violín y dirigidos por la dupla rítmica gestan una conclusión inapelable. ¡Qué enorme inicio de disco! La pieza homónima es la segunda del repertorio,
y de paso, también la más extensa del mismo con sus 9 minutos y segundos de
duración. Todo comienza con un talante sigiloso que bordea seriamente con lo misterioso: en base a las lentas escalas de guitarra y las casi cósmicas capas de los vientos y el violín se arma un efectivo preludio que nos remite con facilidad a los paradigmas de UNIVERS ZÉRO y de HENRY COW en su etapa final. Poco antes de llegar a la frontera del segundo minuto, el ensamble elabora recursos de ágil vitalidad y elegante musculatura donde se da una eficiente convivencia entre las viscerales vibraciones de la dupla rítmica y las evocativas láminas sonoras provistas por los vientos y el violín. Aspectos jazz-rockeros en el esquema rítmico y efluvios psicodélicos en varias intervenciones de la guitarra y los instrumentos melódicos garantizan el uso aristocrático del vigor rockero en curso. A mitad de camino, todo vira hacia una cadencia misteriosa que raya flagrantemente con lo tétrico (aunque sin meterse de lleno allí), aunque pronto habrá un nuevo viraje en el armazón melódico, esta vez hacia climas cálidos. Así, las cosas están dispuestas para facilitar el arribo de un interludio marchoso de amable tenor fusionesco y una subsiguiente sección final donde el empuje rockero hace gala de su majestuosa vivacidad, incluyendo una cita conclusiva del interludio fusionesco antes mencionado. Atención a la letra, que el poder evocativo de las primeras líneas del canto es muy contundente:
“Una luz detrás de las puertas del Sol / y
detrás de esa luz, / la canción que vendrá por vos. / Mundos de gris / a la luz
de otro sol / su color cambian.”
Cuando llega el turno del tercer tema, el cual responde al título de ‘Ariel’, el ensamble comienza el curso de las cosas con un talante nostálgico y contemplativo bajo la guía de la guitarra acústica, cuyo sereno enclave motiva que la instrumentación global se centre en sutilezas impresionistas a la hora de concretar a musicalidad esencial de la pieza. Luego hay un pasaje más intenso donde el bloque instrumental exhibe una garra un tanto cortante una vez que los riffs de la guitarra eléctrica entran a tallar, pero este viraje no es realmente el inicio de un nuevo desarrollo temático sino un deliciosamente extravagante puente hacia la retoma final del motivo inicial. Las refinadas triangulaciones de flauta, violín y saxofón para los segundos finales son simplemente maravillosas. ‘Omer’ comienza con una disposición reflexiva no muy diferente a la que había impulsado el centro temático de la pieza precedente, pero esta vez, la conexión entre las secciones serenas y las penetrantes se beneficia de un desarrollo más amplio, siendo así que los esquemas melódicos en curso resultan curtidos con una mayor meticulosidad. Si ‘Ariel’ nos brindaba una mirada desde un balcón, ‘Omer’ exhibe una caminata completa por lo que antes era un paisaje frente a nosotros. Con la dupla de ‘Cielo Negro’ y ‘Penas’, la gente de BUBU se dispone a seguir explorando el siempre abierto potencial de su visión avant-progresiva. En el caso de ‘Cielo Negro’, tenemos un viaje frenético y llamativo por un trayecto signado por inagotables subterfugios de incandescente vigor. Aquí se incluye un fabuloso solo de órgano así como un coqueteo con el modelo de unos MAGMA de fines de los 70s en lo relativo a la aureola de inquietante jolgorio que penetra al desarrollo temático. Por su parte, ‘Penas’ instaura un retorno a las ambientaciones generales de la primera pieza del disco a la vez que remodela y reconstruye la extrovertida estrategia ecléctica que ya resplandeció en la pieza homónima del disco. Tal vez estén aquí los solos más bellos de saxofón y de violín de todo el disco, tal vez... ‘Por La Mañana’ abre las puertas al retorno del swing fusionesco mientras da una nueva vuelta de tuerca al lirismo frontal e imponente que se ha venido explayando consistentemente en varios temas anteriores (como ‘Ariel’ y ‘Omer’).
En fin, ‘La Vaca Roja’ pone el broche de oro
al disco y realmente es una pieza que luce como el oro que recubre al más señorial templo construido para honrar a lo trascendente. Hay una cualidad mística tanto en el entramado instrumental como en las intervenciones corales que entran a tallar en algún lugar estratégico durante el último tercio. A poco de iniciada la pieza, la calma reinante es interrumpida por la emergencia de un ejercicio de musicalidades progresivas suntuosamente neuróticas (al modo de una mezcla de FRANK ZAPPA y KING CRIMSON), pero es solo por muy poco tiempo. Los ornamentos que imponen ciertos instrumentos a modo de breves improvisaciones enriquecen el bien encuadrado centro melódico de la segunda mitad de la pieza al aportar dosis de mesurada agilidad al asunto; otro recurso de agilidad está en las percusiones, los cuales añaden matices folklóricos. Como dijimos anteriormente, todo un broche de oro para un disco hecho exclusivamente con metales preciosos. “El Eco Del Sol” es un disco imponentemente sublime que reconstruye con total y radical eficacia el posicionamiento de BUBU como algo más que una entidad musical: un genuino astro rey dentro del colectivo de universos avant-progresivos de ayer y hoy, una estrella argentina cuyos ecos del pasado ahora son revitalizados dentro de una firme declaración de principios sobre su propia vigencia. ¡¡Disco recomendable al 200%!!
Cuando llega el turno del tercer tema, el cual responde al título de ‘Ariel’, el ensamble comienza el curso de las cosas con un talante nostálgico y contemplativo bajo la guía de la guitarra acústica, cuyo sereno enclave motiva que la instrumentación global se centre en sutilezas impresionistas a la hora de concretar a musicalidad esencial de la pieza. Luego hay un pasaje más intenso donde el bloque instrumental exhibe una garra un tanto cortante una vez que los riffs de la guitarra eléctrica entran a tallar, pero este viraje no es realmente el inicio de un nuevo desarrollo temático sino un deliciosamente extravagante puente hacia la retoma final del motivo inicial. Las refinadas triangulaciones de flauta, violín y saxofón para los segundos finales son simplemente maravillosas. ‘Omer’ comienza con una disposición reflexiva no muy diferente a la que había impulsado el centro temático de la pieza precedente, pero esta vez, la conexión entre las secciones serenas y las penetrantes se beneficia de un desarrollo más amplio, siendo así que los esquemas melódicos en curso resultan curtidos con una mayor meticulosidad. Si ‘Ariel’ nos brindaba una mirada desde un balcón, ‘Omer’ exhibe una caminata completa por lo que antes era un paisaje frente a nosotros. Con la dupla de ‘Cielo Negro’ y ‘Penas’, la gente de BUBU se dispone a seguir explorando el siempre abierto potencial de su visión avant-progresiva. En el caso de ‘Cielo Negro’, tenemos un viaje frenético y llamativo por un trayecto signado por inagotables subterfugios de incandescente vigor. Aquí se incluye un fabuloso solo de órgano así como un coqueteo con el modelo de unos MAGMA de fines de los 70s en lo relativo a la aureola de inquietante jolgorio que penetra al desarrollo temático. Por su parte, ‘Penas’ instaura un retorno a las ambientaciones generales de la primera pieza del disco a la vez que remodela y reconstruye la extrovertida estrategia ecléctica que ya resplandeció en la pieza homónima del disco. Tal vez estén aquí los solos más bellos de saxofón y de violín de todo el disco, tal vez... ‘Por La Mañana’ abre las puertas al retorno del swing fusionesco mientras da una nueva vuelta de tuerca al lirismo frontal e imponente que se ha venido explayando consistentemente en varios temas anteriores (como ‘Ariel’ y ‘Omer’).
Muestras de “El Eco Del Sol”.-
El Eco Del Sol: https://bubuprog.bandcamp.com/track/el-eco-del-sol
La Vaca Roja: https://bubuprog.bandcamp.com/track/la-vaca-roja
* En
este mismo blog se reseñó “Resplandor” en aquel año 2016: el enlace de la
reseña es https://autopoietican.blogspot.com/2016/07/bubu-suenos-de-ayer-resplandores-de-hoy.html
2 comments:
Gracias por tu entusiasta reseña, César. Ahora sólo me queda comprarlo y esperar que llegue mi amigo.
Gracias a ti por el interés: ya encargué el mío y llegará pronto a mis manos.
Seguimos en contacto.
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