Saturday, June 29, 2019

El excelso búmeran musical de MARCELO YAKKO



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

En esta ocasión presentamos el disco “Boomerang” del músico y compositor argentino MARCELO YAKKO, el cual fue publicado en el pasado mes de mayo. A lo largo del disco en cuestión, MARCELO YAKKO asume, junto a su rol habitual de bajista tocando ítems con y sin trastes, también aportes a los teclados, la batería y las percusiones. La lista de colaboradores es larga y repleta de talento: Alejandro Cassarino, Marcelo Devries, Óscar Ríos. Jonathan Burgos, Gabriel Leopardi, Marcelo Roascio y Andrés Rexach a las guitarras; Hernán Díaz a las percusiones; Alejandro Devries al piano eléctrico; Brayo Guttman al saxo; Federico Alberto Álvarez y Pablo De Ferrari a la trompeta; Iwalke Verdeyazul al trombón; Gustavo “Pato” Romero a las percusiones. Patricio Pedernera se hace cargo del canto en la tercera pieza del álbum, la única con letra, mientras que YAKKO es acompañado por Fredy De Seta en los arreglos colares del tema de entrada. Casi todos los temas que aparecen aquí fueron compuestos por YAKKO con excepción del último (de autoría de MICHAEL JACKSON), el tercero (con música de YAKKO y Patricio Pedernera, además de la letra escrita por este último) y el cuarto (con letra y narraciones de Quique Quagliano). El disco que ahora reseñamos sucede a “Nevada Mortal”, que data de mayo del pasado año 2018, un trabajo extenso y ambicioso. Ahora, con un enfoque más concentrado en los matices y una actitud de reemplazar a lo fastuoso por lo cordial, aunque sin negar el deseo genuino de aventuras, “Boomerang” nos revela otras facetas dentro del ecléctico ideario musical de YAKKO con un énfasis seriamente enfocado en los discursos del jazz-rock y del jazz-fusion. 


El repertorio del disco es abierto justamente por la pieza homónima, la cual dura 4 ½ minutos. Apoyándose sobre un swing cálido y amable en clave de funky-jazz, la vitalidad de esta pieza está totalmente revestida de gentil estilización que, preparada por los iniciales fraseos ágilmente refinados  del bajo, preparan el terreno para la definitiva instalación del bloque melódico bajo la pauta de la guitarra. El solo de guitarra que emerge a poco de pasada la frontera del tercer minuto es brutal, terminando todo con un refuerzo del motif central. Tras este muy buen inicio del disco sigue ‘The Kitchen’, tema que cumple con la misión de reforzar el clima de amable vitalismo instaurado por ‘Boomerang’ mientras le da un toque extra de sofisticación. Lo que suena aquí nos suena a algo muy en onda con los WEATHER REPORT de inicios de los 80s y el HERBIE HANCOCK de fines de los 70s; se incorporan en esta fórmula algunos elementos latinos por vía de la presencia de percusiones que refuerzan el esquema rítmico con contagiosa soltura. Cuando llega el turno de ‘Illusions’, YAKKO y sus compañeros de viaje se disponen a explorar el área del soft-jazz con algunas referencias sutiles a las atmósferas y grooves estereotípicos de la tradición del Motown. A medio camino entre AL JARREAU y el STEVIE WONDER de la fase 73-76, esta bonita canción adquiere un fulgor extra con la intervención de un hermoso solo de piano eléctrico durante el interludio instrumental. Claro está, también debe haber un solo de guitarra, y el que aparece aquí realiza florituras oportunas para la ocasión. ‘Isla’, el cuarto tema del disco, es muy especial porque incluye un hermoso soliloquio de QUIQUE QUAGLIANO, productor y conductor del programa radial rosarino Gigantes Gentiles. El esquema musical es un etéreo nocturno de piano que se proyecta bajo capas orquestales de sintetizador y a través de un constante ruido de oleajes marinos. “Islas de piedra y soledad, eso somos.” / “Islas de sal y deseos rotos, nos habita una fauna de sueños y pesadillas sin detectarse presencia humana… Sin embargo, en ocasiones puede abordarnos un recuerdo que va... Vela henchida en su intento de conquista.” El quinto tema de “Boomerang” responde al sencillo título de ‘Groove’ y destila una vitalidad que recoge la semilla de ‘The Kitchen’ para transformarla en un juego de vivacidades ampliadas donde la faceta colorida del cosmos sonoro de YAKKO se viste de sus más relucientes galas. Ese solo de guitarra a lo JEFF BECK debe ser uno de los mejores de todo el álbum, y fue hecho por Roascio. Es una pena que solo dure 3 ¼ minutos este tema porque tiene un gancho imponente que muy bien posibilitaba una expansión temática con la suficiente garra como para que no se agote la idea. En fin, así salió la cosa como resultado final y tampoco está nada mal.


‘Quiero Decirte...’ nos devuelve a la dimensión introspectiva de YAKKO en base a un evocador desarrollo melódico donde el bajo explora, a través de la confluencia de dos pistas distintas, recursos de conmovedora candidez en medio de la reinante placidez que brilla en la oscuridad cual delicada maraña hecha de la plata más delgada que pueda existir. Suficientemente apacible como para motivar ideas y sentimientos melancólicos, en realidad no llega a ser hondamente triste, pero definitivamente impacta en el oyente con su delicada tersura. La tríada final del disco está conformada por ‘Danza En la Jungla’, ‘Elefante’ y ‘Castillos Y Dragones’, ocupando conjuntamente una duración de casi 10 ¾ minutos. El primero de éstos recibe la candidez de la pieza precedente para darle un viraje celebratorio con el uso de la magia fusionesca de base afro-brasileña. Los arreglos percusivos que entran a tallar en algún momento (junto a algunas vocalizaciones de talante celebratorio) enriquecen eficazmente el hermanamiento de bajo y teclados con el que se arma el cuerpo central. A propósito, aquí YAKKO se hace cargo de todo lo que suena: bajo, guitarra, teclados, voces y percusión. ‘Elefante’ se erige como un cénit muy particular del disco al establecer una cruza dinámica y fluida entre las vibraciones gráciles de los dos primeros temas y los ecos fusionescos del tema inmediatamente anterior. Los efectos paquidérmicos que surgen en varios pasajes del tema añaden un coqueto matiz psicodélico al asunto, siendo así que el ensamble hace un uso muy cuidado del vigor expresivo según las pautas del desarrollo temático en curso. En fin, ‘Castillos Y Dragones’ comienza con un ambiente de melancolía parecido al de ‘Quiero Decirte’, pero pronto deriva hacia una arquitectura sonora decisivamente extrovertida sobre un vibrante compás en 6/8; así las cosas, este cuerpo central se pone en plena consonancia con los grooves y atmósferas reinantes en las dos piezas precedentes. La secuencia de los tres temas precedentes estableció un efectivo contrapunto de serenidad frente a los recursos de patente extroversión que disfrutamos en los dos primeros temas del álbum, así como en el quinto, y llegó el último tema para sustentar un exquisito espacio intermedio. Todo esto fue “Boomerang”, un catálogo de hermosas movilizaciones sonoras en clave de jazz-rock y fusión cuya versatilidad le permite lucir una amplia gama de colores y atmósferas. MARCELO YAKKO y sus compañeros de los varios viajes plasmados en cada uno de los temas contenidos en este disco han arrojado hacia los hogares de nuestras mentes y nuestras almas un búmeran de música excelsa y luminosa. 


Muestras de “Boomerang”.-

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