HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
La
gente de OZRIC TENTACLES vuelve al ruedo con un nuevo trabajo fonográfico
particularmente ambicioso: se trata del álbum doble “Technicians Of The Sacred”.
Ed Wynne, la figura perpetua de la banda, ocupa sus roles usuales a la guitarra
y el sintetizador, mientras que su esposa Brandi Wynne se hace cargo del bajo. Además,
su hijo Silas, quien responde al nombre artístico de Silas Neptune, toca el
sintetizador y algo de saz. La dupla de Balázs Szende (a la batería) y Paul
Hankin (a las congas, bongós y otros implementos percusivos) aporta un sólido
factor humano a los esquemas rítmicos exhibidos a lo largo de los dos volúmenes
de “Technicians Of The Sacred”, en los cuales también se hacen notar los
recursos cibernéticos. Publicado en mayo pasado por el sello Madfissh (sucursal
de Snapper Music), es el primer álbum doble de los OZRIC TENTACLES desde aquel
lejano y legendario “Erpland”, que data del año 1990. El grupo se ha tomado un
tiempo de cuatro años desde que lanzó sucesivamente los álbumes “The Yumyum
Tree” y “Paper Monkeys”. Desde su estudio ubicado en alguna montaña del estado
de Colorado, el grupo ha estado revitalizando su enfoque masivamente
electrónico del space-rock contemporáneo, pero con el gran incendio del año
2013, el trabajo con sus nuevas composiciones se debió demorar un poco más de
lo previsto. Pues bueno, ahora que tenemos a este nuevo trabajo en nuestras
manos, notamos un consistentemente reforzado modernismo musical en cuanto al
peso de los sintetizadores dentro de los sucesivos enclaves sónicos: repasemos
ahora los detalles de ambos volúmenes de “Technicians Of The Sacred”
(adelantamos que el segundo es nuestro preferido).
‘The
High Pass’ es la pieza a cargo de abrir el primer volumen y lo hace exhibiendo
un colorido cautivador e intenso con una fastuosa espectacularidad. Al
iniciarse las cosas con esos golpes de iniciales de platillos y esas inmensas
capas sintetizadas al estilo del TANGERINE DREAM 79-80, el terreno está
sólidamente asentado para que el ensamble se regodee en una magnificencia
cósmica donde los teclados se apoderan de casi todo el encuadre integral….
hasta que en la sección final entra en acción la guitarra para ostentar una
agilidad filuda, logrando así que el núcleo temático alcance un punto climático
inapelable. ‘Butterfly Garden’ porta un vigor parecido al del primer tema pero
el aspecto electrónico está aún más reforzado a fin de resaltar los matices
orientales de la idea central de la pieza. Las imágenes de incansables aleteos
de millares de pequeñas criaturas en un jardín donde las plantas y flores se
agitan por causa de la brisa primaveral encuentra en esta maraña de sonidos el
equivalente perfecto. Se engarza de inmediato el tercer tema, ‘Far Memory’, el
cual le da un refrescante enfoque jazz-rockero al asunto merced al swing
sobriamente sofisticado que arma la triada rítmica, aunque los aportes de los
sintetizadores y la guitarra siguen siendo fieles al paradigma space-rockero
que el grupo ha venido madurando desde inicios de los 90’s. Con la dupla de
‘Changa Masala’ y ‘Zingbong’, la banda vuelve a prodigarse en climas ágiles y
texturas electrónicas de inspiración exótica, incluso incorporando algunos
casuales pasajes motivados por el dub-reggae. En el caso particular de
‘Zingbong’, notamos una elaboración más exhaustiva del desarrollo temático y un
talante un poco más pomposo; esto último ayuda bastante a asentar el terreno
para el arribo de ‘Switchback’, la pieza más larga del primer volumen – dura
casi 10 ¼ minutos – y también la que lo cierra. Lo que tenemos en ‘Switchback’ es
un ejercicio consistente de grooves llamativos y bailables, muy a tono con el
paradigma del STEVE HILLAGE de las dos últimas décadas y media (space-rock
reconvertido en trance jazz-progresivo). En algunos momentos, el grupo trabaja
unas síncopas más reposadas en base a los loops permanentes con el propósito de
crear texturas envolventes a modo de variantes estructurales. La pieza dispone
en sí misma de una arquitectura temática férrea pero el grupo se da buena
mañana para mantener su vitalidad a lo largo del amplio margen de acción que se
regala.
El segundo volumen se abre con ‘Epiphlioy’, tratándose de la pieza más extensa de toda esta obra con sus 11 ¾ minutos de duración. Dado que el saz ocupa un rol proficiente dentro del entramado instrumental, eso permite explorar el lado étnico con particular fruición, incluyendo el manejo de compases inusuales. También hay ciertos pasajes un tanto más agresivos en los que la dupla de batería-percusión y los guitarreos se conjugan a la hora de sostener la robustez expresiva del momento. Dicho sea de paso, en esta pieza encontramos uno de los mejores solos de Ed: en general, se instaura como un cénit inapelable del álbum. A continuación sigue ‘The Unusual Village’, el cual sigue explorando a fondo el modelo del krautrock electrónico a la par que abre espacios para algunas proyecciones enérgicas de la guitarra. Los samplers de teclado y guitarra incorporan ornamentos inspirados en el Medio Oriente. Tenemos aquí el matrimonio perfecto entre el TANGERINE DREAM de fines de los 80’s, el STEVE HILLAGE contemporáneo y el paradigma de TREY GUNN. ‘Smiling Potion’ comienza con un groove contenido, dando vueltas a un swing exótico que se deja arropar por masivas capas y adornos de sintetizadores. Más adelante, el swing se intensifica y abre paso a un esquema rítmico donde lo ritual y lo festivo se fusionan con total fluidez, generando así un clímax muy efectivo. ‘Rubbing Shoulders With The Absolute’ se explaya en una mezcla de dub-reggae y trance, lo cual hace que la banda vuelva a apelar a ciertos enfoques que habían sido predominantes en el primer volumen. Durando poco menos de 10 minutos, ‘Zenlike Creatures’ cierra el repertorio global exhibiendo una dinámica ágil en base a una idea central muy sencilla con claros ribetes del Extremo Oriente. Una vez más, tenemos que las bases, secuencias y ornamentos de los sintetizadores ocupan un rol absorbente, siendo así que la dupla rítmica – mostrando por enésima vez su gran ingenio y gran pulso – carga sobre sus espaldas la labor de gestar una calidez integral para el bloque instrumental en pleno. Siendo así que la vitalidad persistente de esta pieza se apoya en un compás inusual con tendencias jazz-fusionescas, la dinámica ágil que mencionamos hace un momento adquiere ribetes de sofisticada estilización. Teniendo en cuenta que su esplendor sónico no es tan ampuloso como el de ‘Epiphlioy’ ni tampoco ostenta una robustez rockera como otros temas precedentes, se puede decir que ‘Zenlike Creatures’ es un broche diseñado para instalar un epílogo con talante contemplativo.
Todo
esto fue el repertorio de “Technicians Of The Sacred”, un disco diseñado para
motivar matices refrescantes dentro de un paradigma compactamente delineado
como es el de los OZRIC TENTACLES. Este grupo ya tiene un discurso centrado
desde hace tres décadas, por lo que cada nuevo disco tendrá no la misión de
abrir vías nuevas insospechadas de expresión sino crear nuevas capas de
expansión sonora para dicho discurso. “Technicians Of The Sacred” resulta, por
sobre todas las cosas, una obra bien lograda dentro del space-rock progresivo
de nuestros tiempos.
Muestras de “Technicians Of The Sacred”.-
The High Pass: https://www.youtube.com/watch?v=TRrM1XvNJIQ
Epiphlioy: https://www.youtube.com/watch?v=Jeuomc_rqu8
Zenlike Creature: https://www.youtube.com/watch?v=ohQ-ToPpKrI
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