HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
La
gente del cuarteto instrumental norteamericano SCALE THE SUMMIT ha vuelto a
lucir la prestancia de su provincia dentro del mundo prog-metalero con su
quinto disco, el mismo que precisamente se titula “V”. Este cuarteto de Chris
Letchford [guitarra de 7 cuerdas], Travis Levrier [guitarra de 7 cuerdas], Mark
Michell [bajo de 6 cuerdas] y J.C. Bryant [batería y percusión] publicó esta
quinta placa a mediados de setiembre de 2015 a través del sello Prosthetic
Records (el mismo que los apoya desde los tiempos de su segundo álbum “Carving
Desert Canyons”, que data del año 2009). La misión esencial de “V” es la de
seguir perpetuando sentimientos triunfantes y pensamientos arquitectónicos: el
predominio de las atmósferas sugerentes y los esquemas rítmicos exigentes sobre
lo melódico marcan decisivamente el modus operandi del grupo. Éste es el
segundo disco en el que toca Michell en reemplazo del bajista original Jordan
Eberhardt y el primero en el que toca Bryant en sustitución de Pat Skeffington,
siendo así que esta ligera modificación de planes no ha afectado en nada al
mapamundi musical de SCALE THE SUMMIT. Bueno, veamos ahora los detalles de este
disco que tenemos en nuestras manos.
‘Winged
Bull’ da inicio al repertorio con una sólida exhibición de gancho en los riffs
así como en los trazos melódicos de los solos de las guitarras, mientras la
armazón rítmica juega hábilmente con estructuras sincopadas de inspiración
jazz-rockera. Tras esta estupenda vía de entrada surge ‘Soria Moria’, durando
poco menos de 6 minutos y constituyendo bien pronto un cénit significativo del
álbum. El grupo da rienda suelta a su dimensión más progresivamente sofisticada,
principalmente bajo la influencia del paradigma Crimsoniano de los 80s, a la
par que preserva la vitalidad y la musculatura inherentes a su visión musical.
Con la dupla de ‘Pontus Euxinus’ y ‘Trapped In Ice’, el ensamble se dispone a
seguir ahondando en la visión musical que nos exhibe con la soltura y clase de
siempre: básicamente, encontramos en ‘Pontus Euxinus’ un equilibrio perfecto
entre la fastuosidad absorbente de LIQUID TENSION EXPERIMENT y la peculiar exquisitez
de GORDIAN KNOT; por su parte, ‘Trapped in Ice’ empieza llevándonos por
senderos inundados de incandescente lava rockera donde lo incandescente y lo
fulgurante se encapsulan en un dinamismo convincentemente frenético… hasta que
llega la coda con una calmada guitarra que elabora una solitaria elegía
minimalista. ‘Stolas’ emerge a continuación con la misión de revitalizar las
aristas más extrovertidas del vigor musical de la banda, y de este modo retoma
el sentido del gancho de ‘Winged Bull’ en combinación con algunos ornamentos
propios de la experimentación psicodélica. Situado en el ecuador del disco,
‘The Isle Of Mull’ exhibe un aura de majestuosidad en su sección introductoria,
lo cual nos prepara para otro ejercicio de musculares musicalidades y complejos
desarrollos rítmicos. Las osadas ingenierías de los riffs y las no menos osadas
expansiones armónicas sobre las cuales se elabora el cuerpo central ostentan un
vigor genial, hasta que llega el momento del epílogo, un breve momento de
serenidad lírica.
Ostentando
un porte épico, ‘Kestral’ se siente señorial desde las primas instancias de la
instauración de su solemne motif central, no ajeno a la presencia de atmósferas
sinfónicas. El despliegue de vigor metálico es notorio, y de hecho, a partir de
la frontera del tercer minuto la pieza se torna ominosamente filuda, pero la
función principal de ‘Kestral’ parece ser la de enfatizar las inquietudes más
sofisticadas del grupo. Luego sigue ‘Oort Cloud’, otra pieza particularmente
llamativa dentro del repertorio global del disco: volviendo a los matices
Crimsonianos que ya disfrutamos anteriormente en ‘Soria Moria’, el cuarteto
también se atreve a coquetear con estándares del math-rock mientras convierte a
esta pieza en la más autoconstreñida del álbum. Si además entran a tallar
momentáneos grooves jazz-rockeros – solo de bajo incluido –, cómo no advertir
confluencias con sus compatriotas de GORDIAN KNOT y AT WAR WITH SELF. Nos vamos
acercando al final de “V” cuando emerge ‘Blue Sun’, tema que con su espacio de
7 minutos se erige en el más extenso del repertorio del “V”. Amalgamando
influencias de FATES WARNING, STEVE VAI, los CANVAS SOLARIS de los primeros
discos y los KING CRIMSON de los 80s, el grupo se explaya en una ilación de
poderosos motivos repartidos a través de atmósferas muy diversas: pasando de la
musculatura machacante a parajes de arquitectónica sobriedad, transitando con
igual solvencia por momentos de calidez melódica y por otros que se centran en
lo agresivo, el cuarteto se luce como quiere, haciendo que los 7 minutos pasen
volando a la velocidad de la luz. Pero todavía queda un poco más de iluminación
musical. En efecto, ‘The Golden Bird’ pone al disco un broche que ostenta la
robusta gracilidad de un águila y el brillo de oro: o sea, dignifica su propio
título. De hecho, en cuanto a las ideas básicas de esta pieza, se puede decir
que la banda recibe el impacto de ‘Blue Sun’ a la par que recupera atmósferas
sofisticadas al estilo de ‘Trapped In Ice’ y ‘Kestral’.
Todo
esto es “V”, un testimonio fehaciente de cuán incombustible e inagotable es la
plantación musical de la cual los SCALE THE SUMMIT extraen sus sucesivas
cosechas prog-metaleras. Seguimos convencidos de que la presencia de este grupo
es muy valiosa para cualquier buena colección de música progresiva de nuestros
tiempos.
Muestras
de “V”.-
The Isle Of Mull: https://scale-the-summit.bandcamp.com/track/the-isle-of-mull
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