Sunday, May 08, 2022

GHOST TOAST: la búsqueda de nuevos colores

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy tenemos la ocasión de presentar el nuevo disco del grupo húngaro GHOST TOAST, cultor de una modalidad interesante de prog-metal. El disco que ahora reseñamos es “Shade Without Color”, el cual fue publicado el pasado 3 de marzo: es el quinto ítem de su producción fonográfica y opera como sucesor conceptual de “Shape Without Form” (2020). De hecho, varios temas de este nuevo álbum ya estaban compuestos durante la época de ese álbum predecesor, el cual había sido inicialmente planificado como un álbum doble. Como sea, el concepto es el mismo: se trata de observaciones instrumentales sobre el continuo e imparable vaciamiento del espíritu humano que se traduce en un convertir a las personas en meros peones manipulables e instrumentalizados de parte de quienes controlan el sistema político a niveles nacional y mundial. Los títulos de ambos discos proceden del celebérrimo poema The hollow men de T.S. ELIOT, y la gente de GHOST TOAST orienta sus composiciones hacia una reinterpretación social de las inquietudes existenciales masivamente vertidas en ese poema paradigmático de la literatura modernista del siglo XX *. Este cuarteto conformado por János Stefán [bajo, guitarra acústica, teclados, efectos de sonido y programaciones], Bence Rózsavölgyi [guitarras], Zoltán Cserős [batería y programaciones] y János Pusker [cello y teclados] se ha lucido a lo grande en este álbum publicado por el sello Inverse Records en el ya mencionado 3 de mayo de 2022. La presencia de soliloquios en varios temas refuerza la importancia del concepto al que antes aludimos. Bueno, veamos ahora los detalles de “Shade Without Color”.


El repertorio del álbum se abre con ‘In Spite Of’, una pieza que muy pronto da rienda suelta a un nervio rockero tan contundente como arquitectónico tras un breve preludio signado por el efecto de una cerilla encendiéndose. Mientras avanza el desarrollo temático, se arma una alternancia entre pasajes sosegados y otros explosivos, siendo así que el preciso dinamismo de la batería y los ocasionales colores aportados por el bajo ayudan bastante a fundamentar el esquema de trabajo diseñado para la ocasión. El ceremonioso epílogo abre camino al segundo tema, el cual se titula ‘Leaders’. Este tema tiene un núcleo central fundado en un groove futurista y una presencia mayoritaria de sintetizadores, lo cual asienta un escenario sonoro afín a la abrumadora presencias de ítems cibernéticos en nuestros contextos urbanos modernos. En una segunda instancia, este clima mecanizado se remodela bajo una muscular pauta rockera cuyo vigor metalero es apropiadamente manejado bajo un aura progresiva. Ocupando un espacio de casi 12 minutos y cuarto, ‘Chasing Time’ se erige como la pieza más monumental del álbum, y también es particularmente ambiciosa. Comienza con una calidez prog-sinfónica donde las serenas escalas de guitarra y los retazos de cello orientan sus respectivos aportes para el asentamiento de un prólogo contemplativo. Más adelante, la fibra rockera vuelve a emerger con electrizante convicción, pero siempre preservando una claridad melódica bien perfilada: aquí parece que se da una cruza entre los PORCUPINE TREE de los tres últimos discos, los TOOL de la etapa 1996-2201 y los FATES WARNING de la fase 2004-13. A mitad de camino, un nuevo motif emerge para que se dé un viraje de la atmósfera general hacia un talante más ácido y aguerrido: ahora impera una espiritualidad más furiosa, aunque los ornamentos de teclado intervienen como un mesurado contrapeso ante estas nuevas vibraciones. Ya en el transcurso de los dos últimos minutos, el grupo prepara un clímax conclusivo de tenor épico donde se combinan el fulgor melódico inicial con la furia ulterior. Un cénit del disco, sin duda alguna. ‘Let Me Be No Nearer’ gesta un híbrido entre el estándar del prog-metal y el space-rock a lo OZRIC TENTACLES (con algunos matices a lo QUANTUM FANTAY). La musculatura propia de la guitarra metalera se luce en varios pasajes, pero posiblemente es la batería el instrumento protagónico dentro del bloque sonoro global. La presencia del canto femenino en las instancias finales añade un embrujo especial al asunto. 

Con la dupla de ‘Acceptance’ y ‘Deliberate Disguises’, la banda sigue explorando diversas gamas y tonalidades dentro de su bien definida propuesta musical. El primero de estos temas mencionados nos sorprende con su inicial despliegue de candidez melódica bajo la guía de las capas y sutiles esquemas melódicos trazados por los teclados, coqueteando seriamente con el así llamado nu-jazz. Eso sí, podemos dar por sentado que el vigor rockero tendrá que emerger en algún momento, y cuando lo haga, impondrá un brío incendiario a lo largo y ancho del bloque instrumental. De todas maneras, aquí opera como un interludio, pues pronto se regresa al esquema sonoro inicial, algo que sirve para que el grupo arme una conclusión irresistiblemente fastuosa. ‘Deliberate Disguises’, por su parte, regresa al nervio combativo que signó a las secciones más agresivas de los temas #1 y #3, pero, esta vez, la cosa se enfila hacia un vitalismo voraz que la banda concreta a través de un filtro opulentamente ígneo. ¿Qué pasa cuando el paradigma de PANTERA es remodelado por los DREAM THEATER de la fase 2002-07? Pues algo como lo que estamos escuchando ahora. ‘Reaper Man’ es otra pieza especialmente ambiciosa con su ostentoso espacio de poco más de 9 minutos y cuarto, desde los cuales se abre generosos espacios para el recogimiento de ecos expresivos del tema precedente. Con todo, es justo añadir que la presencia de algunos pasajes psicodélicos relativamente cercanos al space-rock y el generoso uso de grooves y esquemas rítmicos sofisticados en varios lugares estratégicos permiten a este nuevo despliegue de músculo y pesadez ostentar un genuino enfoque progresivo. ‘Whimper’, que dura un minuto menos que la pieza precedente, le da una nueva vuelta de tuerca a la majestuosidad explosiva que ya apreciamos en los temas #3 y #6. El swing es de por sí bastante complejo, y el hermanamiento entre los riffs y el ingenioso manejo del inusual tempo de parte de la batería nos remiten tanto al paradigma de MESHUGGAH como al de CANVAS SOLARIS. El último tercio comienza con un sencillo pasaje de guitarra acústica que motiva el armazón y el ulterior refuerzo de un colorido inapelablemente fastuoso. Otro cénit del repertorio. Cierra el álbum ‘Rejtekből’, tema centrado en un talante contemplativo y misterioso donde se da prioridad a sonoridades de sintetizadores etéreos y ritmos programados. Mientras avanza el sencillo esquema musical de base, el exótico sortilegio encarnado en el canto femenino y los encuadres paralelos del cello y los tambores preservan el ímpetu sutil de la pieza, dándole un toque extra de energía en los momentos finales.    


Todo esto fue lo que se nos brindó en “Shade Without Color” desde los cuarteles de los húngaros GHOST TOAST, quienes ya tienen un lugar cada vez más fortalecido dentro de la escena prog-metalera europea. Han logrado confirmar con este nuevo disco su alta dosis de ingenio ecléctico: una inspirada y honesta dignificación del ideal del rock artístico, un disco que busca nuevos colores y encuentra la excelencia progresiva para el presente año 2022, un disco totalmente recomendable.




Shape without form, shade without colour, / Paralysed force, gesture without motion.

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