HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA
CÉSAR INCA.
Nos llegan buenas noticias desde la escena progresiva noruega, pues LARS FREDRIK FRØISLIE, integrante del grupo WOBBLER (y, por un tiempo, de TUSMØRKE, además de THE OPIUM CARTEL y WHITE WILLOW), acaba de publicar un álbum en solitario, el cual se titula “Fire Fortellinger”. Este trabajo fue publicado como vinilo (en el habitual color negro, además de otras ediciones en verde y en azul manchado) y como descarga virtual en el blog de Bandcamp del músico el pasado 2 de junio. FRØISLIE se hace cargo de un gran arsenal de teclados, además del canto, la batería Ludwig, la flauta dulce y la tremoloa: los teclados son el órgano Hammond C3, el Mellotrón M400, los sintetizadores Minimoog Model D, Yamaha CP70B, ARP Pro Soloist, ARP Axxe y ARP Solina String Ensemble, el clavinet Hohner D6, el Chamberlin M-1, los pianos eléctricos Fender Rhodes MkII y Wurlitzer 200, y la espineta William de Blaise. El único músico de apoyo es Nikolai Hængsle, quien se hace cargo de los bajos Rickenbacker 4003, Fender Precision, Fender Jazz Bass y Fender Telecaster; conocemos a este músico por ELEPHANT9 y NEEDLEPOINT. El material recogido en “Fire Fortellinger” (Cuatro Historias en español) fue masterizado por Jørgen Træen después de que el propio LARS FREDRIK FRØISLIE se hiciese cargo de la producción y la mezcla del mismo. También es FRØISLIE el autor de la portada del álbum, mientras que Thomas Hagen Kaldhol realizó el diseño gráfico y tomó fotografías adicionales.
El repertorio del disco se abre y se cierra
con sus temas más extenso: uno que dura casi 17 minutos y se titula ‘Rytter Av Dommedag’,
el otro que dura poco más de 16 ½ minutos y se llama ‘Naturens Katedral’. ‘Rytter
Av Dommedag’ tiene una letra basada en el tiempo legendario del Ragnarök cuando el Rey Rakne hace una alianza con los viejos dioses tras despertar de su montículo funerario. Todo comienza con un tenor ceremonioso muy centrado en una ambientación otoñal, siendo ésta momentáneamente interrumpida por un breve interludio arrollador de ciertos ribetes Emersonianos. La primera sección cantada se explaya en un relax contemplativo adornado con una suntuosidad moderada y apoyado sobre un lento compás que se mantiene atento al desarrollo de las armonías del piano. Alrededor de la frontera del cuarto minuto y medio, las cosas viran hacia un fulgor bastante dinámico que no tarda en centrarse en un recursos de vitalidad al estilo de los primeros años de KAIPA y, en cierta medida, a los YES de la fase 1972-74, especialmente, en lo referente al uso de recovecos explícitamente palaciegos para los solos y orquestaciones de los múltiples teclados en acción. El asunto se extiende hasta concretar una consistencia expresionista donde se alternan recursos barrocos y románticos. La ceremoniosidad inicial regresa para el tramo final con la asunción de masivas remodelaciones suntuosas, las mismas que parecen portar un aura aparatosamente mística. Al llegar el turno de ‘Et Sted Under Himmelhvelvet’ comienza con un enfoque centrado en la reiteración de la faceta solemne de la suite de apertura, pero esta vez se nota que hay unas vibraciones más etéreas en el modo en que operan los primeros solos de sintetizador. Este factor ayuda mucho a situar el contraste que, al poco rato, antepone el pasaje aguerrido y extrovertido que se apodera de todos los espacios. Tras este intermedio emerge un puente ensoñador centrado en tenues capas de teclado y sedosas líneas de flauta, el mismo que se dirige hacia un reprise del motif inicial. ‘Jærtegn’ se enfila por una cruza entre el BO HANSSON de 1973 y los GENESIS de la etapa 1970-72, incluso apelando a ciertas confluencias con QUATERMASS. Transitando de lo cálido y juguetón a lo ascético e introspectivo, la ingeniería instrumental creada para la ocasión no pierde de vista la importancia que suele tener lo dramático en el paradigma sinfónico.
Tal como dijimos más arriba, ‘Naturens
Katedral’ cierra el álbum: su letra es una descripción y un elogio de los paisajes invernales en las zonas montañosas de Noruega, los vientos, los ríos, las nevadas, la majestuosidad de los montes y los árboles que hay en ellos, la añoranza de una Noruega antigua donde la vida rural era la única. Comparada con a suite que abrió el álbum, ésta exhibe mayores dosis de vigor rockero a través de sus progresivamente sofisticadas ilaciones de motivos diversos. Algunos parajes emanan unas vibraciones misteriosas que rayan con (nunca se adentran en) lo lúgubre, y son esas mismas vibraciones las que acercan la visión de FRØISLIE a las de otros grandes referentes del prog escandinavo como ÄNGLAGÅRD, WHITE WILLOW (los tres primeros álbumes) y SINKADUS. Alrededor de la frontera del noveno minuto, se impone un intermedio disruptivo impulsado por un ímpetu misterioso, lo cual abre camino a la irrupción de un intermedio plenamente impetuoso. Así las cosas, cuando el asunto vira hacia lo parsimonioso, ya se hace sentir una garra un tanto oscurantista en el modo en que se amalgaman el órgano y el mellotrón. Es el retrato de los peores remezones de una tormenta invernal. Una vez pasada ésta, llega el momento de dar la bienvenida al cielo azul que despeja la atmósfera, y el arsenal de FRØISLIE lo hace con un despliegue de gracilidad melódica que se sitúa en una alternancia entre modismos barrocos y coloridos renacentistas bajo la persistente guía del órgano. Así concluye “Fire Fortellinger”, un disco bastante interesante que revela una faceta más punzante y otoñal de la visión prog-sinfónica de LARS FREDRIK FRØISLIE que la que usualmente transporta a la misión común de los muy celebrados WOBBLER. Aquí hay una fastuosidad que reconocemos desde los discos del grupo mencionado, pero ella es manejada con una actitud más evocadora, abriendo espacio a varios momentos cinematográficamente intensos; cada una de las piezas aquí contenida es prácticamente narrativa traducida al arte del sonido. Nos ha tomado totalmente por sorpresa en el mejor de los sentidos este disco que acabamos de reseñar: lo recomendamos ampliamente para cualquier fonoteca de música progresiva actualizada, y, cómo no, resulta de gran interés para cualquier seguidor de la movida progresiva escandinava de nuestros días.
Rytter Av Dommedag: https://larsfredrikfroislie.bandcamp.com/track/rytter-av-dommedag
Jærtegn: https://larsfredrikfroislie.bandcamp.com/track/j-rtegn
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