Tuesday, September 23, 2025

AGROPELTER: la hora actual del prog noruego

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy presentamos a AGROPELTER, proyecto de rock progresivo fundado por el multiinstrumentista noruego Kay Olsen: él toca las guitarras, los teclados, el bajo y el órgano de iglesia. “The Book Of Hours” es el nombre del disco debut de AGROPELTER, el mismo que fue publicado por el sello The Laser’s Edge el pasado 25 de julio, tanto en CD como en vinilo. Olsen aparece acompañado por varios invitados: Andreas Skorpe Sjøen (batería), Mattias Olsson (percusión, mellotrón, atmósferas y sobremezclas), Jonas Reingold (bajo sin trastes), Jordi Castella (piano clásico), Eli Mine (clavicordio), Norlene M (cello), Eileen Antu (contrabaho), Luis Vilca (flauta), Hannah Danets (flauta), Zhivago (fagot) y Edgar Asmar (duduk). Vemos en esta lista de colaboradores gente veterana de KARMACANIC, UMPFEL y ÄNGLAGÅRD, y tengamos en cuenta que el líder de WHITE WILLOW Jacob Holm-Lupo es quien se hizo cargo de los procesos de mezcla y masterización del disco que hoy nos ocupa. Olsen cita varias influencias desde las tradiciones progresiva y jazzera (GENESIS, CAMEL, KING CRIMSON, ELOY, VANGELIS, TERJE RYPDAL), así como desde el área de la música académica (RACHMANINOFF, BACH, BEETHOVEN).

El repertorio de “The Book Of Hours” comienza con la dupla de ‘Flute Of Peril’ y ‘Levitator’. La pieza inicial es un pequeño viaje pastoral donde las cándidas líneas de la flauta, acompañadas por una evocadora amalgama de teclados, opera sobre un trasfondo dramático, incluyendo ruidos de tormenta. El pasaje final guiado por la guitarra aporta un elemento suntuoso. A partir de allí, ‘Levitator’ emerge con una fastuosidad ceremoniosa que, tras una fanfarria tenebrosa de sintetizadores, exhibe una agilidad llamativa muy apegada al paradigma de CAMEL con algunos ribetes Yessianos. El factor oscurantista no desaparece del todo, pues se hace presente en algunos pasajes estratégicos, siendo esto un factor que permite a la composición preservar un manejo ágil de las variantes temáticas que se van sucediendo. La sección epilogar vira hacia una arrolladora solemnidad bajo el mando de las solemnes capas del órgano de fuelles.Burial Mound’ varía hacia un registro totalmente distinto: es un ejercicio de jazz-rock con tendencia libre y bajo un ropaje psicodélicamente onírico. Entre los sobrios fraseos de la guitarra y las florituras líquidas de la batería se arma un centro deconstructivo para el armazón grupal en curso. Nos llama mucho la atención la apelación a esta estrategia musical. El resto del álbum está ocupado por la suite homónima, la cual consta de cuatro partes. ‘The Book Of Hours Part I’ es la más larga con su espacio de más de 11 minutos. El pasaje prologar destila aires barrocos a través de un filtro romántico para luego elevarse hacia una instancia cósmica donde confluyen los patrones de los ELOY de la etapa 1976-79 y los GENESIS de la fase 1973-76: así las cosas, el colectivo puede orientar su vigor comunitario sobre un medio tiempo bien sustentado. Alrededor de la frontera del quinto minuto, todo se detiene para que unas sosegadas líneas de piano se hagan sentir en medio de unos ruidos de lluvia, ya más adelante, se impulsa una intensidad romántica para el piano solitario. El puente lleva finalmente a una reanudación de la prestancia suntuosa que había signado a la sección precedente, pero esta vez con una soltura más pomposa. La sección epilogar aterriza en una ambiente ceremonioso donde la suntuosidad previa se atenúa un poco, incluso hay algo de cinematográfico en el armazón sonoro.

‘The Book Of Hours Part II’ prosigue por la senda de magnificencia sinfónica del tema precedente con un enfoque un poco más calmado y algunos matices ligeramente sombríos en las partes más misteriosas del desarrollo temático. La mayor cantidad de las intervenciones de los teclados se antojan Wakemanianas, mientras que los solos de guitarra se inclinan más propiamente hacia la influencia Latimeriana. La Parte III se inicia con la exploración de los aspectos más solemnes del discurso progresivo, apelando incluso a lo introspectivo como sucede en el interludio dirigido por el piano mientras el sintetizador y la guitarra van gestando ornamentos por turnos. Una vez terminado este interludio, la banda desarrolla un pasaje lleno de ímpetu y esplendor palaciego que se sitúa muy cerca del patrón de PÄR LINDH PROJECT. Finalmente, la Parte IV, que dura 9 minutos y pico, encapsula una buena parte de los recursos de suntuosidad y prestancia melódica que se usaron en las Partes anteriores, aunque con el añadido de utilizar algunos subterfugios más modernistas en varios pasajes, así como una agilidad muy particular en la mayor parte de su esquema rítmico. Es como si una composición de KARMACANIC hubiese sido remodelada parcialmente en la fábrica de THE FLOWER KINGS. Para las instancias finales, el ensamble vuelve a refugiarse en su cubículo de proyecciones ceremoniosas en aras de impulsar un epílogo exultante y pomposo. Todo esto fue lo que se nos brindó en “The Book Of Hours”, un atractivo y exultante manifiesto de sonoridades típicamente prog-sinfónicas cuyos recursos de dinamismo y colorido garantizan que será una obra muy elogiada en los círculos de difusión de este género. Bastante recomendable. 


Muestras de “The Book Of Hours”.- 

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