Monday, December 16, 2019

Segundo viaje de LA BATTERIA



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy nos toca presentar el disco “II” de LA BATTERIA, el cual, como lo indica explícitamente el título, es el segundo trabajo fonográfico de la susodicha banda italiana. Este disco fue publicado tanto en CD como en doble vinilo (de color blanco) por el sello Penny Records a inicios de abril último. El cuarteto nuclear de LA BATTERIA está integrado por Emanuele Bultrini [guitarras eléctricas, acústica y clásica, voz], David Nerattini [batería], Paolo Pecorelli [bajos] y Stefano Vicarelli [piano, órganos Hammond C3 y Hammond L100, piano eléctrico Fender Rhodes, Clavinet D6, Mellotron M400, sintetizadores Minimoog Model D, Minimoog Voyager, Polymoog, Modular Synthesizer Dot Com System 66, Prophet 5, Prophet 12, Yamaha DX7, Yamaha CP30, Logan String Melody II, y Korg MS-20, Emulator II, EMS 3000 Vocoder]. El arsenal del teclista tiene suficiente abundancia como para asentar recursos de exuberancia al sonido grupal, mas el grupo decidió contar además con diversos invitados en varios temas de este segundo disco: Mario Caporilli (trompeta), Evandro Dos Reis (voz y cavaquinho), Bruno Paolo Lombardi (flauta), Ernesto Lopez Maturell (congas, bongós y voz), Davide Savarese (voz), Raul Cuervo Scebba (vibráfono, glockenspiel y percusión) y el coro With Us, bajo la dirección de Camilla Di Lorenzo. Como recordamos, LA BATTERIA debutó con su disco homónimo del 2015, exhibiendo una muy atractiva propuesta híbrida de jazz-rock, rock sinfónico y funky con una predominancia de atmósferas y engalanamientos melódicos propios de bandas sonoras de películas y series televisivas de los 60s y los 70s. “II” explota esta misma veta y explora matices más suntuosos y diversos dentro de la misma, lo cual repercute en una creciente intensificación del factor progresivo que late en el seno mismo de esta propuesta ecléctica y explícitamente estilizada. Con esta asociación de integrantes de FONDERIA, I.H.C. y OTTO OHM (un espectro heterogéneo que cubre el prog, el jazz experimental y el art-pop), el bloque humano de LA BATTERIA ha gestado un disco bellísimo y sumamente ameno. Aunque oficialmente se trata de su segundo trabajo de larga duración de estudio, el grupo tiene en su haber un EP titulado “Tossico Amore” y que es la banda sonora de una película, publicado al año siguiente de su disco debut. Bueno, veamos ahora los detalles específicos de “II”.


El primero de ellos se titula idóneamente ‘Prologo’ y dura 4 ¼ minutos, caracterizándose por plasmar un sencillo viaje melódico en clave de sinfonismo moderno donde las bases armónicas y las capas de teclado llevan la batuta dentro del entramado instrumental. Este punto de partida para “II” suena como una cruza entre la faceta más atmosférica de GOBLIN y los CAMEL de fines de los 70s. Con la dupla de ‘Largo’ y ‘Fuga’, el grupo se pone a explorar más a fondo su dinamismo recurrente de jazz-prog melódico, siendo así que el primero de estos temas se mete de lleno en un terreno fusionesco donde las guitarras eléctricas y acústica salen más al frente para el desarrollo temático. Si bien los sintetizadores siguen ocupando buena parte del centro neurálgico (sobre todo, en la muy intensa parte final), el hecho es que el groove armado por el bloque percusivo (real y computarizado) permite al ensamble mostrar una musculatura aumentada. Por su parte, ‘Fuga’ utiliza un estándar barroco como punto de partida para el asentamiento de los cimientos para lo que será un cuerpo central marcado por el jazz-rock con enclave electrónico, algo muy a lo nu-jazz. El uso de arreglos corales falsamente solemnes añade algo de cáustico humor al asunto: es humorístico pero realizado con mucha clase. Con el peculiar título de ‘Monica Vitti’ – tremenda diosa del celuloide italiano – emerge una bella pieza centrada en las pulcras escalas de guitarra acústica que entran en acción tras cuatro golpes parcos de percusión tonal. De todos los instrumentos acompañantes, la flauta y el glockenspiel son los más relevantes a la hora de acentuar el envolvente aroma etéreo que empapa a esta bellísima pieza. Cambiando radicalmente de registro, ‘Dogma’ se caracteriza por desarrollar una polenta rockera convincente, aunque convenientemente estilizada dentro de los patrones jazz-progresivos del ensamble. Los riffs y solos de la guitarra eléctrica hacen sentir su nervio mientras los armazones barrocos de los teclados y el exquisito punche de la dupla rítmica se encargan de completar este efectivo cuadro de sinfonismo sobriamente empapado de vibraciones jazz-rockeras. Acto seguido, ‘Moviola’ se encarga de devolvernos a la alegre gracilidad ya vertida en el segundo tema del álbum, esta vez con un protagonismo más compartido entre la guitarra y el teclado, así como un swing más ágil. Cada pieza es encantadora y mágica en sus propios términos, y esta situación seguirá firme hasta el final del álbum.  

‘Antenna’ sigue una línea de trabajo semejante a la de la pieza precedente pero con un groove más notoriamente sosegado, lo cual permite a los músicos explorar con especial sigilo el gancho propio del motif central. Algunos aires a los WEATHER REPORT de fines de los 70s se notan aquí, así como al legado de FONDERIA (estamos pensando en su álbum “My Grandmother’s Space Suit” del año 2014). ‘Stiletto’, por su parte, inicia otra estrategia de regreso, esta vez al nu-jazz, con el añadido de ciertos climas misteriosos al estilo de los temas de fondo para un thriller, especialmente en los diversos ornamentos de los teclados. Mientras tanto, los fraseos de la guitarra mantienen una aureola sobria, y la dupla rítmica sostiene con firme pulso un groove bastante atractivo. En algún momento, la guitarra se pone a crear unos efectos psicodélicos que anticipan un quiebre deconstructivo... y todo vira hacia un momento de flotante incertidumbre. Tras este momento de misteriosa inquietud, el motif central vuelve para remodelar el colorido con el cual había comenzado la pieza, pero esos trucos psicodélicos entraron para no salir más. Estas dos piezas han instaurado un cénit del álbum. El breve ‘Intermezzo’ – dura poco más de un minuto y cuarto – establece un momento de solaz bajo la guía del piano, siendo así que los suaves aportes de la guitarra, el bajo y el vibráfono acentúan el talante melancólico de la composición. ‘Diva’ es la pieza más extensa del repertorio con sus casi 5 ¾ minutos de duración. Se trata básicamente de un jam centrado en sonoridades space-rockeras bajo un patrón razonablemente emparentado con los de QUANTUM FANTAY e HIDRIA SPACEFOLK, pero con un vitalismo jazz-funky que permite al persistente groove revestirse de un aire distinguido. Con la dupla de ‘Affresco’ y ‘Spirale’, el grupo procura ahondar más y más en su diversidad de recursos sonoros. El primero de estos temas tiene una primera mitad de carácter prog-sinfónico con una espiritualidad nostálgica, derivando en su segunda mitad hacia un dinamismo jazz-progresivo que le permite al motif central adquirir una coloratura nueva. Por su parte, ‘Spirale’ recibe el impacto de ‘Diva’ mientras registra la impugnación de parte de un mayor peso para el nervio jazz-rockero, especialmente en lo referente a la participación de la guitarra eléctrica. 


‘Furfante Amedeo’ reincide en una alegre exhibición de jazz-funk con ribetes fusionescos mientras que ‘Intervallo’ hace una nueva excursión en lo pastoril (parece algo de ANTHONY PHILLIPS o CELESTE). Cuando llega el turno de ‘Romanzo’ tras el relejante intervalo precedente, el grupo arma una matriz musical que mezcla lo caviloso con lo enigmático bajo un embrujo melódico de tenor sinfónico. Una pieza muy bella de la cual hubieran estado muy orgullosos CAMEL o PREMIATA FORNERIA MARCONI de componer, pero el Dios Destino quiso que esta pieza fuese creada por LA BATTERIA. Algunos aires de banda sonora del maestro SERGIO LEONE hay en ciertos arreglos de la guitarra, mientras que los diversos ornamentos de los teclados nos remiten a las líneas de trabajo de LA MASCHERA DI CERA y FINISTERRE. Es tal vez la pieza más grandilocuente del álbum. Con la tríada final de ‘Megalopoli’, ‘Eldorado’ y ‘2170 Ultima Speranza’, el ensamble elabora una clausura decisivamente climática para el disco. ‘Megalopoli’ retoma la dimensión más aguerrida del caleidoscopio sónico del grupo con una sólida confluencia de hard rock y jazz-rock envuelta bajo un ropaje progresivo. En el caso de ‘Eldorado’ tenemos un marchoso ejercicio de jazz-fusion con un realce de las percusiones latinas y una vitalidad comedida en los dibujos melódicos delineados por la guitarra y el teclado. Algo muy al estilo del segundo disco de IL BARICENTRO con algunos toques al estilo de GINO VANELLI, la verdad que sí. El punto final llega con ‘2170 Ultima Speranza’, algo que parece un partitura perdida de las sesiones del disco segundo o tercero de JEAN-MICHEL JARRE y que fue remodelado para hacer un híbrido entre TORTOISE y los TANGERINE DREAM de inicios de los 80s. Claro está, tanto en este tema de cierre como en todos los que hemos escuchado aquí, el estilo de LA BATTERIA se impone por sí mismo en medio de todas las influencias e inspiraciones con las que forja su ideario musical. Lo que hemos disfrutado a lo largo y ancho del repertorio de “II” habla por sí solo como la revelación de uno de los discos más bonitos y refinados dentro de la vanguardia italiana en el año 2019. No nos podemos quejar: han sido casi 68 minutos de música bella desenvuelta en una solvente variedad de esquemas creativos. Un disco muy recomendable, no dudamos lo más mínimo de ello.



Muestras de “II”.-

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