Thursday, August 07, 2025

Cuarta exhibición de grandeza jazzera del cuarteto italiano UJIG



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy presentamos el cuarto disco del cuarteto ítalo-austriaco UJIG, un proyecto cultor de una propuesta modernista de música jazz-progresiva. “Delta” es el título del disco en cuestión, el mismo que fue publicado el 25 de mayo último por el sello Luminol Records. UJIG está conformado por Konstantin Kräutler [batería], Edoardo Maggioni [teclados], Marco Leo [guitarra] y Cesare Pizzetti [bajo]. La edición física de “Delta” se hizo en vinilo. Los orígenes de UJIG se remontan al año 2004 cuando tuvo lugar en Perugia una clínica de la “Berklee College of Music at Umbria Jazz”. Así de simple y así de crucial fue la germinación de este cuarteto asentado en Umbría con tres músicos italianos y un cuarto austríaco. La propuesta de UJIG está centrada en eso que se suele llamar nu-jazz, pero que con más rectitud podemos describir como una remodelación de la tradición del jazz-fusion dentro de un dialecto musical modernizado que da amplia preferencia a lo atmosférico y lo reflexivo mientras suele edificar las composiciones en base a los grooves del momento. Nos salió un rollo un poco extenso, pero bueno, preferimos descripciones más concretas. El título de este cuarto disco también se corresponde con la cuarta letra del alfabeto griego. 

Los tres primeros temas del repertorio de “Delta” tienen en común que duran 7 minutos y pico: se titulan ‘Deedoo’, ‘Make Make’ y ‘All The Things It Is’. El primero de ellos tiene un inicio bien marcado por un swing definido desde los suaves golpes de la batería y las exquisitas cadencias del piano. De a pocos, la guitarra y el bajo van trazando el núcleo central de la estructura melódica, la cual se enriquece más adelante con un envolvente solo de piano y otro de la guitarra eléctrica que añade una peculiar musculatura al asunto. Prácticamente es como si el guitarrista hubiese venido a esta fiesta musical disfrazado de Al Di Meola. Las cosas regresan al clima inicial con un añadido muy peculiar: florituras de la batería en clave de free jazz. Todo un culmen para dar inicio a las cosas. El segundo tema mencionado se enfila hacia un lirismo más delicado, siendo así que la guitarra se erige inicialmente como el principal punto de referencia para el desarrollo temático, siendo así que el piano surge al frente en algún momento de la segunda mitad para compartir el protagonismo. En general, la pieza ostenta una serenidad etérea muy apropiada para la elaboración de un paisaje sonoro de tonalidades cósmicas: al fin y al cabo, su nombre es el de un planeta enano situado en el Cinturón de Kuiper. Completa la tríada inicial ‘All The Things It Is’, pieza que permite a la banda ahondar aún más en su enfoque evocador. El colorido extra que aporta la trompeta invitada acrecienta la ya operante sofisticación lírica. Si el tema anterior era como una invitación a contemplar los cielos más elevados, éste es un testimonio de miradas interiores donde la pulcritud melódica está al servicio de la intensidad reflexiva. Dicha intensidad se torna un poco incendiaria a mitad de camino cuando emerge un poderoso interludio en 5/4: entre la exuberancia del swing de la batería y el ímpetu de los fraseos de la guitarra se completa el encuadre jazz-progresivo de la instrumentación global. Lo evocador se ha vuelto expresionista hasta casi llega al punto final, que es cuando regresa el groove inicial. Otro cénit del álbum. ‘Maybe’ se enfila hacia una introversión misteriosa que algo tiene de cálido: el diálogo cristalino y plácido entre la guitarra y el piano eléctrico fluye muy bien sobre el trasfondo de capas sintetizadas celestiales. 

‘Zorua’ es el tema más extenso del álbum con su espacio de cerca de 7 ½ minutos. Sus iniciales escalas de guitarra nos permiten adivinar que se avecina algo bastante animado, un espíritu jovial que incorpora algunos ligeros quiebres rítmicos en parajes estratégicos; de hecho, algunas veces, estos quiebres operan como recursos de intromisión de ornamentos aguerridos. Esta pieza contiene el que tal vez sea el solo de piano más bello de todo el disco, y después de eso viene un exultante solo de guitarra que incorpora algunos trucos psicodélicos a su vivaz estructura mientras aún más vivaz batería ornamenta el tempo contenido utilizado para esta instancia específica. Cuando llega el turno de ‘Sema Beyaz’, la banda regresa a los aires de nocturnidad para gestar una atmósfera crepuscular y serena. El canto femenino es un elemento extra ayuda al cuarteto a realzar esa atmósfera, mientras que el solo de trompeta completa eficazmente la sofisticación melódica diseñada para la ocasión. Los cinco últimos minutos del repertorio están ocupados por ‘Prospettive’, pieza que regresa a los aires de exquisitez ensimismada e introspectiva que ya percibimos anteriormente en ‘Maybe’. Esta vez, la aureola experesiva es un poco más grisácea mientras la delicadeza sigue siendo igual. Hemos descubierto a UJIG por “Delta” y podemos decir que estamos muy gratamente sorprendidos por su ingenio para la belleza y el groove dentro del discurso del jazz contemporáneo. Su mezcla de vitalismo, ingenio melódico y delicadeza lo convierte en un disco ciertamente muy recomendable.


Muestras de “Delta”.- 

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